martes, 28 de febrero de 2012

the manual of the forbidden- capi- 7



musité.
-Eso es relajante… y realmente bello.
-¿Y a ti? Además de la música.
-Bueno, soy un poco intrépido, me encanta ir de aquí para allá, ya sabes, por eso me gusta viajar; ir por todo el mundo sería fantástico-la emoción brillaba en sus ojos haciéndolos lucir realmente encantadores.
-Egipto-dije.
-¿Disculpa?-Me reí.
-Egipto es el lugar al que me gustaría ir, suena algo loco pero… no sé, está tan alejado de todo esto que sería ese el lugar perfecto para escapar de mis problemas.
-Wow… eso, suena bien.
-Hubiera deseado tener las posibilidades de haberlo hecho cuando mis padres…-me quedé a la mitad de la frase, sintiendo de pronto algo que me raspó el pecho.
-¿Cuándo tus padres…?-inquirió.
-Murieron…-musité. Su expresión cambió, aquella bella y deslumbrante expresión de galán de pantalla fue sustituida por una cara de total ternura.

-Oh… lo siento mucho-su consuelo me hizo sentir inexplicablemente mejor- ¿Quieres contarme o prefieres no hablar del tema? -Me quedé en silencio un rato, y luego de mi boca comenzaron a salir las palabras sombrías.
-Murieron en un accidente automovilístico. Un idio’ta conducía ebrio y se pasó la luz roja… mis padres fueron los que rindieron cuentas a la muerte-la voz se me quebró, hablar de aquello no me era tan fácil-. Tres años de eso y aun me duele bastante-admití, con un hilo de voz-. Hubiera deseado ir yo con ellos para morir también-mascullé.
-Oye-se paró delante de mí e interrumpió mi caminar, me hizo también alzar la vista para mirarle, su rostro estaba serio-, no digas eso-me dijo-. Las cosas suceden por alguna razón, si tú estás aquí ahora con vida es porque Dios quiere que lo estés.

En sus ojos había una dulzura que no me había topado desde que mis padres me daban mis presentes de cumpleaños o navidad, y que inexplicablemente me invadía todo el fuero interno y me daba una paz eficaz. Ese par de ojos almendrados en los que ahora me reflejaba me sacudieron el corazón y la tristeza que había en él, se alejó.

-Gra-gracias-murmuré.
-¿Estás mejor?-preguntó- Lamento haberte hecho hablar de eso.

Cada que él me preguntaba aquello, no podía siquiera pensar en algún adjetivo negativo, no mientras tenía sus ojos avellanos reflejándome a mí.

-Estoy… bien-sonreí.
-Bueno, démonos prisa, supongo que mueres de hambre; pero antes prométeme algo -levantó una de sus cejas y la expresión divertida volvió a su bello rostro.
-Dime.
-No estarás triste hoy, yo no lo permitiré-me dijo y enterneció cada célula dentro de mi cuerpo. Sonreí.
-Prometido-musité. Su sonrisa apareció en aquel rostro angelical y mi corazón se aproximó a mi pecho.
-Genial, entonces vamos-se colocó a mi lado de nuevo y me hizo caminar junto con él.

selena era muy, pero muy afortunada. Ahora sí que le tenía envidia. Seguimos caminando y tras unos minutos, me mostró un pequeño restaurante propio de un hotel, y con mis torpes ojos y mi casi nulo aprendizaje del idioma italiano pude entender un letrero en la parte superior de la verde lona que decía Bonvecchiati. La primera reacción de mi cuerpo fue la sorpresa, aquel establecimiento era muy bello y parecía de verdad costoso.

-Te encantará la comida, ya verás-me dijo, con el entusiasmo palpable en su voz.
-Mmm… no es un poco ¿caro?-pregunté, terriblemente avergonzada ya que no contaba con mucho dinero italiano en mi bolsillo.
-No encontrarás mejor restaurante que este, anda, ven. No te preocupes por el dinero-me sonrió y me tomó del brazo, algo que me erizó la piel allí en donde él la estaba tocando, haciendo que una vibra recorriera mi espalda.

Me jaló hasta allí y habló en italiano al mozo quien luego de unos segundos nos acomodó en una mesa cerca de la orilla de la terraza, en donde debajo corría un canal de agua. Me senté en la silla que el mozo recorrió para mí y luego nick tomó su asiento enfrente de mí. El mozo, un sujeto calvo y refinado nos dio un par de menús y se retiró; inmediatamente hice un mohín al no entender nada en aquella carta color tinto.

-¿Qué quieres?-me preguntó nick, amablemente.

Mi mirada revoloteó una vez más por la carta ininteligible y la expresión de confusión saltó a mi rostro. La entonada carcajada de nick rebotó en mis oídos con ese encanto inspirador propio.

-¿Qué tal si pedimos lasaña? ¿Te gusta?-inquirió.
-Sí-me sentí tonta y avergonzada y puse la carta del menú sobre la mesa, junto a la que nick también había dejado. Ordenó en italiano al mozo que de nuevo se había acercado y desvié mi atención hacía las aguas del canal que se abría paso debajo de nosotros por todo el largo de la calle.
-Grazie mille-la inconfundible voz de nick me hizo voltear a mirarle y mientras le agradecía al mozo, escruté su bello rostro.
Sus ojos poseían un brillo especial, un brillo que opacaba ferozmente al fulgor de las estrellas y seguramente las hacía ponerse celosas; ya que este resplandor que sus ojos soltaban era tan bello y delicado y por supuesto, capaz de iluminar a toda una ciudad en tinieblas, también. Sus labios rosados parecían el cojín de plumas bordado en seda de alguna realeza y al estirarse, formaban una bellísima sonrisa de ensueño, como la de un niño tatuada en la cara de un galán de revista. Su rostro era perfecto con ese tapiz de piel clara,y con los diversos lunares que se encontraban esparcidos alrededor de su cara eran casi invisibles.
-¿Tengo algo?-preguntó y me hizo aterrizar.

-Perdóname. Es que soy un poco distraído-musitó, ligeramente ruborizado.
-No, no; la distraída soy yo-dije y luego me reí.
-Soy Chaz-me estrechó la mano.
-Miley Howe-me presenté.
-Eres americana-adivinó.
-Sí, California, de allí vengo.
-¿En serio? Yo nací en Texas. Soy americano también; pero con raíces europeas-explicó.
Ahora había entendido entonces, por qué me había hablado desde un principio en español; pero luego dirigí la mirada hacía la puerta del departamento en el que él iba a introducir la llave antes de que yo le chocara.
-¿Vives aquí?-balbuceé, al captar el trío de números que formaban el trecientos ocho.
-Sí, con mi tía; te dije que tenía raíces europeas.
La vieja gruñona con la que selena me había dejado la llave de su apartamento era tía del lindo muchacho que me sonreía en este instante. Abrí los ojos ante la sorpresa.
-¿Eres sobrino de la señora Montórfano?-inquirí.
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Bueno hasta aqui llega el maraton chicas y me alegra mucho que les ete gustando espero disfruten el maraton un besito enorme asi grandote chausin cuidense

the manual of the forbidden- capi- 6



Me sonrió, y aquella sonrisa hizo que miles de burbujas se inflaran en mi estómago y flotaran en él. Miré hacía arriba, sintiéndome más segura que hace unos segundos y me topé con cielo grisáceo. Luego miré hacía mis lados, los ladrillos se elevaban formando un edificio barroco y arcaico de color beige. Oía el murmullo de las personas delante de nosotros, un murmullo ininteligible para mí, puesto que su idioma era diferente al mío; mientras que el gondolero pasaba el remo por el agua y hacía mover la góndola provocando que la brisa me acariciara el rostro bajo la boina.

-¿Sabes por qué se llama El puente de los suspiros?-preguntó nick, interrumpiendo mi análisis del paisaje.
-¿Por qué?-Bueno, este puente une al Palacio del Duque con la antigua prisión de la Inquisición. Da acceso a los calabozos del palacio y los prisioneros veían desde aquí el cielo y el mar por última vez, y suspiraban.
-Nada romántico-me reí.
-No, pero la gente le ha dado tanta fama que el nombre les sirvió a unos poetas para inspirarse en ese género literario. -Me reí, encantada por su brillante explicación.- ¿Por qué te ríes?-preguntó, divertido.
-Por que pareces de esos maestros de colegio y me haces sentir como alumna.
-Perché in questo caso sono felice di essere il vostro insegnante-rió. No sabía qué había dicho, pero sea lo que sea me hizo ruborizar, el acento italiano adornaba su melodiosa voz de terciopelo y hacía que las burbujas en mi estómago se agrandaran más.
-Tendré que aprender italiano-mascullé. El soplo cálido de su risa me acarició el rostro, apartando la brisa de la gélida mañana.
-Lo que dije fue: Que en ese caso, yo estoy encantado de ser tu profesor-dijo-. Y si quieres, puedo enseñarte italiano también.
-Me gustaría-mi sonrisa se volvió tímida y oculté el rubor debajo de la sombra de la boina.

nick no sólo era un adonis en persona, sino que ¿tenía que resultar tan terriblemente encantador también? Tomé la cámara fotográfica y saqué un par de fotografías a la construcción barroca que admiraba, por accidente o casualidad, mi lente capturó también el bello rostro de oro que tenía a mi lado.

-Emm… no-el color se me subió al rostro al haber sido descubierta en mi análisis visual de aquella maravilla que era su rostro.

Después de un silencio incómodo, en el acomodo de ideas, nuevas sensaciones y miles de cosas que hacían que mi estómago se moviera, una luz llegó a mi razón y pudo conectar con mi lengua y hacer salir mi voz.

-Amm… me decías que joe había aceptado. ¿Cuándo sería?-dije.
-Bueno, si quieres, mañana mismo-comentó, animado.
-Mañana… ¿Pero qué tal si le dan a selena el trabajo?
-Buen punto, entonces sería quizá hasta el domingo-reflexionó.
-No falta mucho, de todas formas-dije, sabiendo que mañana era viernes.

El mozo llegó y colocó los platos delante de nosotros. El olor a queso fundido de la lasaña se adentró en mi nariz y mis tripas rugieron. La sonrisa de nick apareció fugaz en sus labios y el rubor tímido en mis mejillas. Mientras comíamos saqué varias fotografías del lugar y justamente como la vez anterior, el rostro de nick apareció furtivo entre algunas. No sabía qué pasaba, no sabía por qué cada vez que nick hablaba me maravillaba tanto, no sabía tampoco por qué cuando me miraba algo se removía en mi estómago, ni tampoco sabía por qué cuando mencionaba mi nombre me sentía especial. Eso me obligó a pensar en selena y sin saber tampoco por qué, me sentí culpable de pronto. Todos mis intentos por hacer que él no pagara mi comida fueron en vano.

-Soy un caballero-terminó por decir y antes de que yo le refutara algo tendió el dinero sobre la mesa.

Me llevó de regreso hasta el departamento de selena, mientras que la fierecilla rogaba encontrar alguna manera de extender el tiempo y si era posible hacerlo parar. Aquello me daba miedo, por que yo también lo deseé. Cuando llegamos, él subió conmigo, encaminando sus pasos junto con los míos.

-Espero que a selena le hayan dado el trabajo-musité, mientras mis pies medio cansados, subían desganados los escalones del edificio.
-Yo también. Sueña con eso desde hace tiempo-concordó.
-Exacto, sé que la haría bastante feliz estar dedicando su tiempo a algo que le gusta bastante hacer-sonreí.

Abrí el departamento y oí el chasquido de la llave al quitar el seguro, entonces nick siguió mis pasos y se adentró también. Una rara combinación entre la extrañeza y la emoción creció repentinamente en mi fuero interno. Me le quedé mirando cuando cerró la puerta.

-Son las tres treinta, seguro que le dieron el empleo-dijo, observando el reloj que colgaba de la pared.
-¿Tú crees?-pregunté, mientras sentía a la fierecilla celebrar de emoción y no precisamente por una buena razón.
-Sí, ¿te molesta si la espero?-preguntó, jugando con una manzana que había tomado de algún lugar en la cocina.
-No, por supuesto que no, siéntate.

La fiera celebró aún más, el tiempo con nick se me había expandido, al menos hasta que selena llegara. Esa última idea no le agradó del todo a la fierecilla.

El día terminó, selena había llegado pasadas de las cinco de la tarde anunciando jovialmente su nuevo empleo y nick, luego de tres horas se había marchado. Ahora yo me encontraba recostada en la cama, mirando el techo de nuevo, como en la noche anterior; haciendo un análisis del día trascurrido y trayendo a mi mente aquel perfecto rostro, maravillándome al recordarlo. Rebusqué entre las amarillas hojas de aquel grueso libro de anuncios un buen laboratorio para imprimir las fotos que había tomado ayer. selena había partido temprano a su empleo y llegaría tarde, así que tenía que buscar alguna manera de pasar el rato.
Refunfuñé para mis adentros por no entender nada de lo que me mostraba el libro y me pregunté entonces cómo podría encontrar el laboratorio si no sabía siquiera leer el anuncio. Definitivamente tenía que aprender italiano. Aquella idea me hizo pensar en nick y reí como tonta al recordarle. Pero eso abrió paso una pregunta que me hizo fruncir el ceño… ¿Por qué?
Sin embargo, no era tan tonta como para no entender absolutamente nada de ese anuncio, me ubiqué un poco al distinguir las imágenes y garabateé la dirección en un papel de aquel lugar que parecía ser lo que yo buscaba.
Salí del departamento con la dirección en mente que afortunadamente había encontrado en la guía, mientras trataba de acomodar mi cámara fotográfica en el morral color verde olivo que cruzaba por mi pecho. Mis pies siguieron caminando entre tanto que intentaba introducir toda la cámara y de pronto mi andar se vio interrumpido al chocar con otro cuerpo.
-¡Lo siento!-dijimos ambos al unisón.
Levanté la mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana y pálida hacía lucir oscuros sus ojos, sin embargo poseían un hermoso color Siena con motas de luz y las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. El cabello en su cabeza perfectamente intacto encontraba acomodado y peinados, haciendo que algunos cabellos tomaran incluso un tono más claro que el castaño que los pintaba. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y un par de arruguitas se formaron a los lados mientras se dibujaba una bonita sonrisa curiosa.

-Hola-pronunció.
-Hola-dije, medio atontada por el bello rostro juvenil que tenía justo enfrente.
Cuando el viaje terminó y pisamos tierra firme, el estómago me rugió de hambre, recordé entonces que no había desayunado ni tomado nada. Até mis brazos alrededor de mi barriga y rogué por que mi estómago se callara.

-¿Tienes hambre?-adivinó nick. Hice un mohín por haber sido descubierta y luego asentí sin decir nada, completamente apenada.- Conozco un buen restaurante aquí cerca, ven-me sonrió, emocionado. O al menos eso era lo que parecía y me hizo seguirlo. Dirigí una mirada al Chevrolet negro y nick volvió a adivinar mis expresiones.- No está tan lejos, podemos ir caminando, ven-me sonrió de nuevo, y esa sonrisa ató una cuerda a mi cuerpo, obligándome a seguirle hipnotizada.

Apresuré mi paso y llegué hasta su lado, me sentía… tonta; él parecía un modelo de revista y yo… una adolescente común y corriente; pero aquello no me impidió caminar junto a él. Yo lo consideraba un privilegio y no sabía por qué.

-¿Qué te gusta? Además de tomar fotografías, claro-preguntó.
-Mmm… bueno, la lluvia, oír cómo cae y golpea el techo-

the manual of the forbidden- capi- 5



-No-dijo.
-¿Entonces por qué te ríes?-enarqué una ceja.
-Por que me pareció un poco… gracioso-aun bajo las gafas de sol, su expresión era como la de un niño que es regañado por su madre.
-Para mí no es gracioso-dije, severa pareciendo enojada.
-Lo siento yo…

Estallé en fuertes risotadas interrumpiendo su disculpa y se me quedó mirando extrañado.

-¡Caíste! Creíste que me había disgustado-alcancé a soltar entre risas.

Su rostro dejó la seriedad y precaución y se dibujó en él una bella sonrisa.

-Eres mala-musitó y luego río.
-Sólo a veces-reí-. Pero bueno, ya hablando en serio, ¿en qué nos vamos a ir?-inquirí.
-En mi auto-dijo, como si fuera obvio y luego apuntó hacía el vehículo que tenía a un lado. Era un Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro.
-En tu auto…-musité- claro, debí imaginarlo-reí, sintiéndome tonta.

El me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.

-Sube-me indicó.

Me acerqué y me ayudó a subir, tomando mi mano para servir como un apoyo. Algo en mi estómago se movió y estaba segura de que no era la fierecilla; porque ahora permanecía muy quieta.

-Gracias-musité, ruborizada.
-De nada-me sonrió de nuevo, haciendo que el color se profundizara más. Ya hasta estaba pensando que lo hacía a propósito.

Puse el estuche de la cámara sobre mis piernas. El subió a su asiento, y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.

-Bonito vehículo-dije.
-Gracias, pero me gusta más el de mi hermano-rió con franqueza-. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
-¿Qué?
-La idea de selena-aclaró.
-Oh, claro, pues… en ese caso, genial-musité.
-Te va a agradar, es muy buena persona-me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
-¿Tratas de hacer lo mismo que selena?-inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
-¿Qué?-la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
-Buscarme pareja-dije.

El rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
-¿selena hace eso?
-Lo está haciendo, estoy segura-musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento. El volvió a reír.
-Pues juro que no lo hago con esa intención-sonrió y se detuvo en una luz roja.
-¿Y cómo puedo creerte?-inquirí, enarcando una ceja. Rió de nuevo, divertido por mi juicio.
-¿No basta con que lo haya jurado?-preguntó, escandalizado y divertido.
-No tanto-negué con la cabeza. Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
-Bueno, creí que a lo mejor tenías pareja ya-dijo.
-¿Y qué te hizo pensar eso?
-Pues, eres muy linda-se encogió de hombros-; no veo porqué no.

Me quedé helada y me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parecía linda a él. El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.

-Gracias…-musité.
-¿Ya me crees?-sonrió.
-Quizá.

Su risa estalló de nuevo y puso los ojos en blanco.

-Si que eres terca ¿no?
-No, sólo un poquito dura de convencer.
-Está bien, está bien. Esa es una cosa por la que no se me ocurrió emparejarte con mi hermano, otra es que joe está enamorado de una chica misteriosa.
-¿Una chica misteriosa? -Se encogió de hombros.
-Lo conozco muy bien como para saber que está enamorado, el problema es que no me quiere decir de quién.
-Bueno, todos tenemos derecho a la privacidad -me encogí de hombros y el me miró-. Una amiga me lo dijo una vez.
-Bueno, creo que tienes razón-sonrió resignado-. Aunque me gustaría saber.
-Eres curioso-adiviné.
-Mucho-admitió.

Dio la vuelta a una calle y siguió derecho. Miré por la ventana polarizada, maravillándome con el encanto de Venecia, sus edificios, sus calles, todo me parecía fantástico.

-Qué bonito-susurré.
-¿Qué es bonito?-preguntó y mi atención volvió a él.
-La ciudad, la gente, todo… -él volvió a reír.
-Sí, la primera vez que visitas Venecia sueles enamorarte del lugar.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?-pregunté.
-Casi dos años.
-¿Dos años?-abrí los ojos como platos.
-Casi. Bueno, a decir verdad… año y medio.
-Wow, ¿por qué…?-me quedé a la mitad de mi interrogante, recordando las palabras de selena: “Me contó que era de Canada, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…”
-Por qué, ¿qué?
-¿Así que vienes de Canada?-dije, tratando de evadir mi pregunta anterior, borrarla de la conversación o algo por el estilo.
-Sí, en Stanfford Ontario, allí nací-respondió-. Pero, por qué ¿qué?-volvió a insistir.
-Nada, sólo me equivoqué de palabras, es todo-reí, nerviosa. Me miró con los ojos entrecerrados, no del todo convencido y luego posó su atención en el objeto que tenía sobre mis piernas.
-¿Qué es eso?-preguntó.
-Oh, mi cámara.
-¿Eres fotógrafa?-se asombró.
-Sí, y adoro serlo.
-Te gusta el arte entonces-concluyó.
-Por supuesto.
-¿Sabes? A mi gusta la música.
-¿Tocas algún instrumento?
-Sí, la guitarra, el piano,y la batería..
-¡Wow! Eres talentoso entonces. -El sonrió, halagado por mi comentario.
-Gracias.

Siguió conduciendo y cada movimiento que él hacía me provocaba una sensación rara de encanto, en ese momento la respuesta de la pregunta que selena me había hecho se escuchó en mi cabeza: sí, él era perfecto. Luego de unos minutos más, su voz interrumpió el silencio.

-Llegamos-avisó, entusiasmado.

Miré hacía el frente, a la izquierda y me maravillé con lo que vi. Bajé del auto al igual que él y sentí cuando el frío me rozó los brazos. Los cabellos que se salían de la boina se movieron.

-Ven, vamos. Tenemos que ir a una de las góndolas-hizo un movimiento de cabeza indicándome que le siguiera.

Nos acercamos más y pude ver el agua del canal y otras tres personas que querían subir al negro trasporte de madera. Me paré justo antes de subir. Nick me miró.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-He oído que las aguas de los canales de Venecia son profundas-dije, con temor. El río.
-¿Tienes miedo?
-N-no -mentía, pero tampoco quería que él pensara que soy una cobarde, aunque lo era. El volvió a reír.
-Ven, no tengas miedo, estas cosas son muy seguras-me extendió la mano para que yo la tomara y su cálido tacto era algo que no podía rechazar jamás.

Me tomó de la mano, sujetándome fuertemente y haciéndome sentir completamente segura, era como si el infantil miedo de antes se hubiera evaporado como el aliento frío que sale de la boca y no tarda más de tres segundos en desaparecer. Subí a la góndola y él se sentó a mi lado, mientras que las otras tres personas se situaban delante de nosotros. El gondolero comenzó a remar y el bote a moverse, me estremecí un poco. Nick me miró, y en su mirada había una ternura que brillaba, ese par de ojos almendrados me brindaban una auténtica protección con el resplandor que soltaban.

-¿Estás bien?-preguntó y su voz se llenó de dulzura.
-Perfectamente-musité, atontada.


the manual of the forbidden- capi- 4



-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.
-A nick le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó selena.
-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.
-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.

Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a nick muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de nick volar hacía selena. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrada por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de selena.

-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con miley se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y joe-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.
-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a joe hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que selena ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho… ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del hermano de nick ? Seguro también era apuesto.

-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo nick a su novia y luego besó su frente.
-Gracias, amor.
-miley-me giré a mirar a nick de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses-sonrió.De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.
-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.

selena y nick salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, por que a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía. Luego de que oí la puerta cerrarse, selena se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

-¿No es perfecto?-preguntó.
-¿Qué cosa?-inquirí, confundida.
-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.
Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando selena me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.

-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.
-A las seis.
-¿De la tarde?
-De la mañana.

Abrí los ojos como platos y la miré.

-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?
-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.
-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?
-Por que si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.
-Voy a extrañarte-hice un puchero. Ella rió.
-Me extrañarás más si consigo el trabajo, por que saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.
-selena, estoy cansada, me acostaré ya-dije.
-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.
-Ocho cuarenta -corregí-, y sí, estoy muy cansada y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, sólo la primera parte era cierta por que tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

-Está bien. Buenas noches.
-Buenas noches -me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.
-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. nick vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

-Genial -mascullé, y sonreí.

Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.
Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que selena se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con nick. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.
Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de selena del otro lado.

-¡miley, levántate ya! -gritó. Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos. -¡Bestia!- volvió a golpear la puerta- nick vendrá en cualquier momento.

¿nick? Abrí los ojos, completamente despierta y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. selena corría de un lugar a otro en busca de algo.

-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.
-¿Qué buscas?-pregunté.
-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.

Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría nick en llegar?...

...¿Por qué me pregunto eso?

-Busca en tu cuarto, selena-musité. Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.
-miley, por favor abre-me gritó selena desde su cuarto. Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.
-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.
-Buenos días, nick-le devolví la sonrisa-.
Pasa...
Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.

-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.

Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenada. Nadie, exceptuando a selena, me había visto en pijama.
-Gracias-murmuré.
-¿Dónde está selena?
-En…
-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.
-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.

Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.

Me vestí rápidamente, me hice una coleta de lado y me coloqué una boina a cuadros sobre la cabeza.

-¡miley! Debo irme-gritó selena, desde algún lugar cercano a la puerta.Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.
-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.
-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta. Miré entonces a nick, quien se encontraba parado mirándome a mí.
-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.
-Es muy temprano para desayunar-musité.El rió.
-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.
-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.

Tomé mi bolso y me lo crucé por el cuerpo, echando allí mí cámara; luego él me abrió la puerta y me dejó pasar primero. Se deslizó después hacía mi lado y caminó junto a mí, su perfume, mezcla de miel y frutas tropicales se introdujo en mi nariz.

-¿Escaleras o ascensor?-preguntó.
-Escaleras, es el tercer piso-decidí. Sonrió como si le hubiera gustado mi elección. Esperó a que yo me adelantara y luego me siguió muy cerca. Cuando salimos del edificio, caminé hacia la derecha, muy decidida.
-¿A dónde vas?-preguntó nicky me giré a mirarle, entonces me di cuenta de que ya no me seguía sino que estaba parado y reía.
-Pues, a tomar un taxi o un autobús-me encogí de hombros, confundida.

El rió con ganas y sus carcajadas atronaron en mis oídos como la entonación de una cascada al caer al lago. No comprendí qué le resultaba tan gracioso y fruncí el ceño.
-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Por que si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.

Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.

-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.

La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.


the manual of the forbidden- capi- 3





Hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos por sus calles.

-¿Cómo pasó lo de Dennis? Eso jamás lo supe-me dijo y le miré extrañada-. Quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.
-Oh, bueno, simplemente decidí superarlo y ya-me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un hermoso saco café. El reflejo de selena se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola del mar.
-Dime, selena, ¿cómo conociste a nick?-musité sin mirar el rostro de ella y fingiendo que observaba detenidamente el bello saco del aparador, nerviosa. Algo definitivamente raro.
-En un café, un día lluvioso-suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré-. Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!-suspiró- Me contó que era de Canada, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…-se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó-sonrió-. Sólo quería desearme buenas noches-suspiró, teatralmente.
-Suena… como a un cuento-sonreí.
-Me siento como en uno-sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan feliz!-me abrazó, completamente llena de emoción; cosa que siempre hacía cuando estaba así.


-¿Cuántos años tiene?-pregunté, retirándome de su abrazo.
-Veintitrés.
-No hay mucha diferencia, tú tienes veintiuno-dije, aliviada.
-¿Sabes qué nos dicen?-inquirió, animada.
-¿Qué?
-Que somos la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos-suspiró. Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, se removía incómodo y desesperado. Como una pequeña fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.
-Me alegro mucho por ti.
-¡Ya sé! Podríamos salir todos alguna vez, así te presento-comentó.
-¿Todos?
-Sí,nick, tú, joe y yo.
-¿Quién es joe?-inquirí, medio confundida.
-Su hermano.De pronto recordé la conversación que ella había tenido con nick anoche y que había mencionado a un joe como su hermano.
-Oh-musité-. Me encantaría-sonreí, amable.
-¡Le diré a nick para que organicemos todo!-me abrazó de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña. Así era selena; dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.
-Oye-musité, cambiando repentinamente de tema-, quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.
-Il ponte dei suspiri. ¿Y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa-dijo-. Más bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí.
-Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces-me encogí de hombros.
-Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.
-¿Al qué? ¿selena, te molestaría hablarme en español?-Ella rió.
-Al Palacio del Duque.
-Gracias. ¿Me llevarás al Puente de los suspiros?-Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.
-Está bien. Te llevaré mañana.
-Gracias, selena. Eres la mejor-y fui yo quien empezó el abrazo ahora.

Seguimos caminando por las calles de Venecia, mirando casi todas las tiendas de ropa que allí había. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimas al departamento.Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.

-¡Es nick!-anunció jovialmente selena y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacía la puerta.
Dirigí mi vista hasta allá, desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.

-¡Amor!-selena se lanzó a sus brazos en cuanto la figura de su novio fue palpable, y el la recibió cálidamente. La fierecilla se removió incómoda.-Ven, pasa.

Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de allí.

-miley, hola-mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que habían puesto en su sonido mi nombre; lo hacía parecer bello, único. Me giré para mirarle.
-Hola, nick-le sonreí.
-¿Cómo va tu primer día en Venecia?-preguntó.
-Cansado-reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo. Creo que él también se acordó, por que rió de la misma manera que yo.
-Ojala los demás no sean siempre así-comentó y sonrió, luego miró a selena para entablar conversación con ella. Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión.
-¿Estás nerviosa, cielo?-le preguntó a selena.
-¿Sobre qué?-inquirió ella, confundida.
-Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.
-¿Mañana es siete?-la voz de selena sonó alarmada- ¡Dios, lo olvidé! -Entonces me giré de nuevo para mirar.
-¿Tienes una entrevista de trabajo?-pregunté, realmente emocionada.
-Sí y… ¡oh!-se quedó en silencio durante unos segundos- ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!-se acercó a mí- Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.
-Tardé un segundo en comprender porqué me pedía disculpas.
-Oh, selena, no. No te preocupes, nena-le sonreí-. Iremos otro día a visitar el puente.
-¿No estás enojada?
-¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?
-Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello. ¡Tengo una idea!-dijo de pronto, como si la primera parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novio- Amor, ¿podrías tú llevar a miley a Il ponte dei suspiri?

Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de nick, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba con sus ojos mieles...
-Chiaro. Per me non c'è nessun problema-respondió él y luego sonrió.
-Gracias, nick-dijo selena y luego me miró.
-Español, por favor-dije y los dos rieron.
-Que sí, que no hay problema-dijo mi amiga. Miré a nick.
-¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que selena tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.
-No-me respondió-. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo-rió.

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Holiwis chicas bueno quiero darles las gracias por todos sus comentarios que me han dejado supe mega lindos leo toditoos antes de ir al cole y siempre me sacan una sonrisa los amo mucho y gracias por su apoyo bueno en un comenatario anónimo me dejaron que quería que yo siguiera dos noves si lo que pasa que una nove la hacia con mi amiga y pues al final ya no la hicimos pero solo por el comentario anónimo que me dejo esta chica(creo que es mujer y si no sorry) seguiré esa nove lo mas pronto que se puedo y de la otra la otra es one shot pero también la seguiré slo siento aveces olvido seguir las cosas enserio pero con gusto la seguiré y ah yasmin me alegro mucho de que te hayan gustado mis noves enserio y pues si todas están de acuerdo are un matatón de átame a ti y esta novela :)
bueno gracias por leer chicas y muchas gracias por seguirme un besito chau

lunes, 27 de febrero de 2012

the manual of the forbidden- capi- 2



Intenté tragarla y luego tosí cuando lo logré, medio asfixiada aún. selena apareció de pronto a mi lado, mientras la puerta de la entrada estaba ya cerrada.
-miley, ¿estás bien?-me preguntó, pero la tos seca que salía de mi garganta me impedía hablar-. Te daré un poco de agua, espera-corrió hacía la llave y tomó un vaso, llenándolo rápidamente con el líquido que salía del grifo.
Se acercó a mí y me extendió el vaso, yo tomé del agua, esperando que aquel ardor en la garganta desapareciera y la tos se fuera también.
-¿Mejor?-inquirió.
-Sí-dejé el vaso sobre pretil de la cocina-, gracias.
-Eso te pasa por atragantarte de comida, bestia-bromeó.
Reí ante el apodo que desde hace años llevábamos diciéndonos.
-Bueno, eso me pasa porque me hiciste venir desde el otro continente sin comer-refuté, riendo.
selena se sentó a mi lado y me arrebató la galleta para terminarla de comer ella.
-¡Oye!
-Hay pizza en el refrigerador, creo que eso podría llenarte más que una galleta-dijo.
-Tengo más sueño que hambre, así que mejor mañana me llevas a desayunar-sonreí-Oye, sele…-vacilé y me dediqué a juguetear con los dedos de mi mano-nick es… ¿tu novio?
-Y lo que más amo-afirmó.
-¿Y porqué no me lo había contado, señorita?-me hice la indignada.
-Por que… llevo un mes saliendo con él.
-¿Un mes? ¡Nuestra última llamada fue ayer!-le recalqué.
Ella se encogió de hombros en su lugar.
-Bueno, bueno, quería darte la sorpresa.
-Pues, lo lograste. Pensé que después de lo de Jairo tú ya no…-me quedé a la mitad de la frase, pero ella me entendió.
-Sí, yo también lo pensé. Si no, no hubiera huido del país como cobardemente lo hice-sonrió-. Pero conocí a nick y… lo amo.
-¿De verdad? Hace un mes que salen, qué tanto lo puedes conocer-musité.
-Lo suficiente. miley-me miró seria-, pensé que estarías contenta por mí.
-¡Lo estoy!-y lo estaba de verdad, pero algo se removía dentro de mí, algo que me hacía estar confundida. Ese tipo de confusión cuando no te explicas, el porqué las cosas avanzan tan rápido y cambian de un día para otro-. Estoy feliz de que hayas seguido adelante con tu vida, me pones el ejemplo-admití.
-¿Qué quieres decir con que te pongo el ejemplo? ¿Sigues enamorada de Dennis?-saltó hacía atrás mirándome con los ojos como platos.
-¡Para nada! Eso ya pasó, a lo que me refiero es que, no te quedas estancada en un pasado; como yo con el accidente de mis padres.
-Oh, miley, eso fue hace ya tres años, ahora eres una fotógrafa profesional de veintidós y tienes mucho que sacar de esa vida que llevas-me pasó el brazo por los hombros-. Pero ahora no hablemos de temas tristes, mejor dime, ¿has conocido a alguien especial?
Sonreí ante su curiosidad y su enorme sonrisa indagante. Pero a la mente se me vino el nombre de nick, como una oleada del viento, rápida y fugaz.
-Qué cosa más extraña…
-¿Qué? ¿A quién conociste?-me di cuenta entonces de que lo había pronunciado en voz alta, o suficientemente fuerte como para que selena me oyera.
-¿Eh? Ah…-tartamudeé.
-Vamos, miley, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen-insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.
-Pues, amm… sí y no-farfullé.
-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?
-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero…
-¿Pero qué?
-Pero, no puedo decir que sea ese “alguien especial”-hice las comillas con mis dedos.
-¿Por qué no?
-No creo en el amor a primera vista, lo sabes-sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.
-Sí; ¿pero sabes? Con nick fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo-. ¿Tú dónde conociste al chico?-preguntó de repente.
-Emm… en…-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal-en el avión.
-¿Se sentó junto a ti?-la curiosidad de selena parecía nunca terminar.
-Mmm…-recordé entonces cuando nick se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí-algo así.
-¿Quieres contarme?
-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Selena. Era sólo un chico atractivo, cuántos más no hay aquí. Y era cierto, porque para empezar, nick sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a selena que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia. Pero eso en mí no era normal.-Estoy realmente cansada, selena. Dime ¿dónde está mi cama?
-Habitación-corrigió ella y luego sonrió-. Justo allá-señaló hacía la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.
-Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansada.
-Que duermas bien, miley. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí-lo último pareció que se lo dijo a ella misma-. ¡Te quiero!
-Y yo a ti!!. Buenas noches.

Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en el. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿porqué había pensado en él? En la idea de que selena y nick no se conocían lo suficiente como para decirse ‘Te amo’; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Dennis sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora selena había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Qué patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de selena no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.
O eso creía yo.


El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perló la mayor parte de la cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré. El horrible accidente que mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Miré el reloj, aun con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me di una rápida ducha y luego me cambié. Salí a la cocina, selena aun no se despertaba, así que me dio tiempo de prepararle el desayuno. Cociné un par de huevos fritos y unas salchichas con un pedazo de tocino, luego preparé un jugo de naranja. selena vivirá en Venecia pero sigue siendo americana.

-¡Mmm! ¿Qué es eso que huele tan delicioso?-salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.
-Quise prepararte el desayuno-le puse el plato en el pretil.
-Aaww-exclamó-. Es maravilloso tenerte aquí.Ambas reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que había salido del sartén.
-¿Qué planes tienes para hoy?-me preguntó.
-Creí que tú ibas a hacer mi agenda de este día-dije, confundida. La grande sonrisa de la que ella era dueña se expandió por su rostro.
-Sólo quise asegurarme de que no la hayas olvidado-rió de nuevo-. Te llevaré por las mejores tiendas de ropa que jamás hayas visto-la emoción saltó a sus ojos.
-Genial-musité. Ropa. No era una adicta de la moda o algo por el estilo, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto; pero a selena siempre le había gustado y tenía un excelente gusto en ropa. Cada vez que íbamos a alguna tienda, era ella la que terminaba con más de cinco bolsas en la mano.
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dadicado a montse te quiero nena

Átame a ti - capitulo- 18



nick estaba callado.
Así que cuando llega el momento de salir del trabajo, ¿conduces camino arriba y pasas tus noches cuidando de Eliza? ¿Después de estar con ella todo el día?
—Eliza no es una carga, nick, ella es todo para . Nunca supe que podía... amar tanto a alguien —Bajó la voz—. A veces estoy tan abrumada por ella, por el pequeño ser perfecto que ella es y lo mucho que ha llegado a ser en mi vida... —miley todavía se sorprendía todos los días de lo mucho que el nacimiento de Eliza la había cambiado a ella como persona. Ahora nick estaba aquí, dándole la oportunidad de desnudar todas las emociones que había mantenido en su interior acerca de cómo este milagro de ellos "ups", era lo mejor que le había sucedido nunca a ella.
¿Lo entendería él? ¿O simplemente la hacía parecer patética que no tuviera a nadie más con quien hablar? ¿Sobre todo cuando ella sabía que él tenía el apoyo de su enorme familia?
Seguro, miley podría abrirse y contarle todo a India, Dios sabía que ella había escuchado los problemas de India desde hace años. Pero India ya había proporcionado toneladas de apoyo emocional durante el embarazo de miley y el nacimiento de Eliza. Parecía cruel deshacerse en elogios acerca de las alegrías absolutas de la maternidad y su hermoso bebé considerando el desengaño que India había sufrido un par de años atrás. Por mucho que miley apreciaba y realmente le gustaban sus empleadas, había una línea de propiedad entre el trabajador y el jefe que no se sentía cómoda atravesándola. Entre la creación de su negocio y dar a luz a Eliza, no había tenido mucha oportunidad de conocer a otras mujeres en la comunidad o hacer amigos.
¿Sólo quería amistad de Nick Jonas?
—¿miley? ¿Qué está pasando en esa bonita cabeza? murmuró él.
Sopa emocional. ¿Quieres probar? A veces está caliente, a veces está fría.
nick le dio la vuelta para mirarla.
—Oye.
—No es como si tuviera elección.
—La tienes ahora —Él le acarició la mejilla—. Voy a estar aquí cada noche, tan pronto como termine en el rancho. No voy a dejar que hagas esto sola nunca más.
Podría ser que fuera una tonta, pero quería creerle. Quería arrojarse en sus brazos y llorar de gratitud. Pero la fe ciega había causado más problemas en su vida que la autosuficiencia, por lo que mantuvo su escudo de escepticismo intacto.
—¿Así nada más? ¿Sin discusión? ¿Simplemente aceptas esto? ¿La aceptas a ella?
—Sí —Su pulgar trazó los círculos oscuros que ella sabía que eran visibles bajo sus ojos—. Sin duda Eliza es mi hija. Ella es mi responsabilidad. En mi mente, eso significa que tú lo eres también. Créeme, eso tampoco es una carga.
El pensamiento racional se desvaneció cuando la tocó. Su dulzura hablaba sentidas palabras, su suave caricia, el calor en sus ojos le dieron un golpe emocional y ella no trató de esquivar el golpe. Entonces la mirada de nick cambió de confort a pura potencia sexual masculina. Su pulgar se movió hacia abajo y le recorrió el labio inferior. Una y otra vez. Haciéndolo más suave. Más húmedo. Él no dijo una palabra, no tenía que hacerlo.
Su mente gritaba retirada. Ella sintió el cambio en él y trató de detener a su cuerpo de responder de igual manera. El aliento de nick sopló por su mejilla en un erótico golpe de calor. Ningún hombre la había mirado nunca en la forma en que él lo hacía. La aterraba, siempre lo hizo.
Ella trató de arrancar, pero él apretó la mano alrededor de la parte superior de su muslo.
—Déjame hablar mi pieza antes de salir corriendo. Esto no es a lo que vine aquí. Pero ha habido una chispa caliente entre nosotros desde el día que nos conocimos. Que me aspen si voy a negar que esté ocurriendo de nuevo.
—La negación sería más fácil.
—Tal vez para ti. No para . Nunca para mí. Fingí contigo una vez. No voy a hacerlo de nuevo. Jamás —Entonces la soltó, y salió de la habitación.
Bien hecho, Jonas. Decirle que no la vas a atacar y ¿qué es lo primero que haces?
Gruñir e ir todo Lobo Grande Malo sobre ella.
Cristo. Era un idiota. Un toque, una mirada optimista, coqueta de miley y él se transformaba en un sapo en celo. Nick tomó varias respiraciones profundas y miró por la ventana sobre el fregadero.
Sus sentimientos por miley no habían cambiado. Las cosas se habían ido al infierno entre ellos el verano pasado antes de que él hubiera reunido las tripas para confesar que se había enamorado de ella. Fuerte. Y a juzgar por la forma en que ella estaba actuando, no le daría la bienvenida a cualquier declaración de sus sentimientos o su intención. Al menos no ahora. Parecía que no tenía más remedio que frenarse y dejar que esta obra fuera al ritmo de ella, no al suyo. Por suerte era un hombre paciente.
Más tranquilo, nick agarró un biberón de la nevera. Eliza despertaría pronto, podía bien estar preparado para alimentarla.
Unos pasos suaves se detuvieron detrás de él.
nick se dio la vuelta.
—Mira. Lo siento. Te toqué como si tuviera derecho a hacerlo. No lo tengo. Lo último que quiero es hacerte sentir incómoda en tu propia casa.
—Olvidémoslo, ¿de acuerdo? Atribuyámoslo a que fue un día estresante. Voy a subir para preparar tu habitación. Eliza está todavía aquí en la cuna. ¿La escucharás si se despierta?
—Seguro. ¿Dónde voy a dormir?
—En el cuarto de invitados.
—¿Dónde suele dormir Eliza?
—En mi habitación.
—Eso va a ser un problema cuando me levante con ella en medio de la noche.
—No, no lo será. Me haré cargo de la alimentación de la noche y me levantaré con ella, como siempre lo hago.
—Al diablo que lo harás. Estoy aquí para cuidar de nuestra hija. Eso significa día y noche. Si ella duerme en tu habitación, yo también.
miley pareció petrificada por un momento antes de recuperar su compostura.
—Gracioso, Jonas. Por un segundo te creí.
—No estoy bromeando —Cruzó los brazos sobre su pecho, sabía que parecía beligerante y no le importó—. Estaré bien si mueves su cuna al dormitorio de invitados conmigo.
—Pero todas sus cosas en mi habitación. No había planeado decorar y ponerla en su propia habitación al menos por otro mes.
—Entonces sería inteligente dejarla justo donde está, ¿verdad?
Ella parpadeó con la misma expresión de ojos de búho que Eliza tuvo antes.
Así que lo que tú estás diciendo es...
—Parece que tú y yo vamos a ser compañeros de cuarto, cariño.
—Oh, no.
—Oh, . Tú te quedas en tu lado de la cama. Yo me quedaré en el mío.
—¿Así que estamos compartiendo una cama estrictamente como socios paternos?
—Síp.
—¿Serás un perfecto caballero?
—Si eso es lo que quieres. Además, probablemente estarás tan feliz de conseguir dormir una noche completa que ni siquiera te darás cuenta de que estoy ahí.
—Pero…
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Holis neniwiis, espero que anden de lo mejor chicas :) bueno ahora si gracias a cammy por el premio que me dio Gracias!
ahora si las preguntitas :)

¿Sabor preferido?
El chocolate :)
¿Color que crees que te describe?
el morado y el blanco
¿Crees en la magia?
mm no se pero que tipo de magia sorry no entendi :$
¿Libro preferido?
los ojos de mi princesa ( que lo tiene memi la envio yo perdi el mio urg jeje)
¿Poeta o poema favorito?
mm no se el escritor solo se que es algo del amor o amistad o vivir ni idea jeje
¿Que estilo de música te gusta?
rock, pop, country, raras
¿Que profecion te gustaría estudiar?
psicologia :)
¿Universidad de tus sueños?
Harvar o como se escriba
 ¿Leer o escribir?
las dos
¿Cual es tu hobby preferido?
bailar
¿Que estación del año te gusta?
invierno

ahora sii chau chicas las amoo corazones y cuidense muchisisimo y no olviden seguir votando ehh :) 

Att: Saris