domingo, 29 de julio de 2012

The Manual Of The Forbidden-75




-como puedes decir que lo nuestro solo fue una distracción tu me dijiste- lo interrumpe
-que te amaba lo sé pero a veces nos equivocamos no como yo lo hice, ya no tengo nada que platicar contigo, y que quede claro no me busques encontré mi verdadero amor y estoy por casarme así que deja de hacerte ilusiones vagas que no valen la pena- me levante de la mesa y Salí, de ese restauran mientras una lagrima caía por mi rostro no quería mirar tras tenía miedo sabia que el ahora me odiaba pero así era mejor que él me odiara. Durante todo el camino a casa me quede pensando en que sería de mi vida porque ya no estaba tan segura de casarme pero tenía que hacerlo, tenía que seguir mi vida y si no era feliz al menos aparentarlo, un recuerdo vago inundo mi mente

Mley Flash  Back

-Mi princesa, estoy segura de que algún día te veré casada con tu príncipe azul- dijo la voz de una mujer con cabello castaño cargando a una bebe
-Pero yo no quiero casarme mami- dijo la voz chillona de la niña
-quien hablo de casarse?- dijo la voz de un hombre
-papi!-exclamo la niña entusiasmada- que bueno que llegaste mami dice que yo cuando sea grande me casare- haciendo un puchero
-oh no mi princesa no se casara, yo le espantare todos esos niño que la busquen-
-si papi, te quiero- dijo dándole un sonoro beso
Miley Fin de Flash Back
Sentí mis mejillas mojadas, ojala mis padres estuvieran conmigo, por tuvieron que morir, ellos no lo merecían, yo debí haber muerto, mis ojos se nublaban mas a la llegada de mas lagrimas, no era justo estaba sola, deseaba tanto el abrazo de un padre y una madre, pero ahora no estaban conmigo, no sabía que hacer me sentía confundida, ya no podía mas con todo esto me sentía tan presionada todos esperaban algo de mi, algo que quizás no pudiera darles, ya había decepcionado a muchas personas y lastimado muchos corazones y a causa de eso perdido también a personas muy importantes para mí, la decisión estaba tomada ya sabía que tendría que hacer.

Una semana después

-Estás segura de lo que aras- oí la voz de Ferni sollozar, por eso no me gustaban las despedidas
-sí, tranquila nos volveremos a ver-
-está bien, cuando dices que debo llevar la carta-
-el martes en la noche, Ferni que nadie te vea por favor, te prometo escribirte, ya tengo que irme te quiero Ferni- colgué el teléfono
No me gustaban las despedidas, Ferni era como mi hermana menor y dejarla por segunda vez me partía el corazón pero era lo mejor, tenía que alejarme de todo lo que algún día ame, no sé cómo sea mi futuro, pero de algo estoy segura que mi bebe y yo estaríamos bien y tal vez no estaría con su padre pero no le ibas a estorbar en su vida, el tiene una carrera por delante y nosotros no seriamos su estorbo
Mire de nuevo el anillo que brillaba en mi dedo anular, tenía que encontrar la felicidad, ese anillo me recordaba tanto a Liam, pero tampoco quería hacerle daño, yo quería que él fuera hacer feliz y hacia seria por mi parte el sería feliz, el se lo merecía después de todo lo que había sufrido, el amaba mucho a una chica cuyo nombre era Michelle, recuerdo como él estaba entusiasmado por casarse con ella, pero desgraciadamente en ese accidente murió ella y ese mismo día también era el aniversario de la muerte de mis padres, y ese día recuerdo que me la pase con el llorando por tres días y tres noches, Selena ella trata de animarnos pero era imposible, se que ella no lo hacía con la intención de lastimarme yo se que por más que le dolía yo la hice prometer ayudarme era lo mejor ya estaba lastimada y sé que Selena muy en el fondo aun sentía algo por Nick
Me baje del autobús, y con la mirada la empecé lo empecé a buscar y recordé la primera vez que también lo hice, sonríe para mis adentros
-ya era hora Miley- me sonrió como siempre
-gracias por ayudarme, no sabes cuánto te lo agradezco- lo abrace por instinto
-Gracias a ti por confesarme la verdad-
-lo lamento no sabes cuánto, si hubiera podido evitar tu sufrimiento lo hubiera hecho, pero no nos podía seguir mintiendo a ambos, eso iba a doler tarde o temprano y nos íbamos a enterar igualmente, es obvio que nosotros solo nos interponemos en su camino no?- le dije sollozando
-No te preocupes Miley, ya te dije ellos se aman no me interpondré en su camino-
-No siempre escapare, qué futuro le daré, me siento sola, me siento desprotegida, tengo miedo- comencé a llorar desesperadamente
-No estás sola, sabes que te ayudare, Miley estás segura de que me hablas con la verdad- solo atine asentir
_________________________________________________________--
Hola chicas, espero que les guste el capitulo y respondiendo ah Agus Martines: corazón te estoy preparando el maratón no creas que no hago caso a tus comentarios y chica tienes un labor de convencimiento en mi 146 capítulos serán :D y espero que ese maratón sea subido pronto por que tambien habrá una sorpresa que les daré a tod@s así que no desesperes concederé tu petición hermosa eso seguro pinky promess 

Lost Of Love - Capitulo 1


Miley Ray Cyrus  era la típica chica inglesa. No muy alta, de cabello lacio, color castaño y una piel muy blanca adornada por graciosas pecas alrededor de su pequeña nariz. Era demasiado delgada, pero aun así tenía una belleza especial. No era como las grandes beldades Fleur Delacourt o su hermana Gabrielle, capaces de hacer desnucar un tipo, por sólo voltear a verlas, pero se defendía. No en vano hizo suspirar a varios chicos en la escuela. Tenía 23 años y una nada despreciable profesión (era empleada del ministerio, mas precisamente del departamento contra el uso incorrecto de artefactos muggles), que si bien no le daba grandes satisfacciones económicas, al menos la ayudaba para sobrevivir y ayudar en el mantenimiento de su casa. Porque, a pesar de ser una bruja independiente, todavía vivía en la casa de sus padres. Era algo más fuerte que su misma independencia, necesitaba estar ahí… y recordar todas las cosas felices del pasado. Tenía un novio, desde la escuela. Quizás esto era lo más paradójico en ella. Desde los 16 años, se descubrió terriblemente enamorada de "su peor enemigo", Liam Hemsworth, y a pesar de los constantes arranques de furia de sus hermanos por su decisión, siguió con la relación contra viento y marea… aún soportando el odio del que fue su primer amor… o como ella decía ahora, su primera ilusión. Ya no quedaba rastros del amor o interés por Nick Jonas . Todo su corazón pertenecía a aquel platinado joven que la amaba, sin importarle nada, ni siquiera el odio de los padres del joven, por haberse liado con una "traidora de sangre".
Si, la vida de Miley era medianamente feliz… tenía un trabajo digno, un novio ejemplar… sólo le faltaba lo que más quería, sus padres.
Cómo sufrió ese día. Aún martillaba en la cabeza y no la dejaba en paz, el momento en que la preciosa esfera de cristal, donde la tenían protegida sus hermanos, se despedazó; fue ese instante, cuando le avisaron del ataque a su casa por parte de varios mortífagos. El grupo, sabiendo de la muerte de Voldemort en manos de Nick Jonas , no dudó descargar su furia en las personas mas allegadas al enemigo… Temía lo peor. Cuando llegó, el escuadrón de aurores se había encargado de limpiar el lugar de mortífagos. Aún le quedaba la sensación de sus piernas temblorosas al entrar en la casa… y encontrarse con ese panorama tan desolador. Las pocas cosas que tenían en mal estado por el uso, estaban tiradas y destrozadas. Al parecer la lucha había sido tenaz… Ella lo sabía. Sus padres no se iban a rendir fácilmente. Entrando a la cocina, vio el cuerpo sin vida de… "Percy". Su hermano… aquel al que había repudiado por ser tan ambicioso… Tan poco le duró el arrepentimiento. Sólo hacía una semana que había vuelto a la casa… y ahora estaba muerto. Sintió un escalofrío al ver que sus padres no estaban ahí. Recordó la calidez de los brazos de Joe, al abrazarla y sus palabras cargadas de dolor "Están en San Mungo, no creen que sobrevivan". Y se recordó caer al suelo y gritar de impotencia. Recordó mirar a Nick , el amigo incondicional de su hermano, que la miraba con ternura, y recordó sus palabras, al abalanzarse contra el muchacho y golpearlo mientras le decía "Todo esto es por tu culpa!! Maldigo el día que entraste en esta casa, Nick Jonas !! Te odio por todo lo que vivimos y por lo que vivirás!! Ojalá Voldemort te hubiera asesinado… no sufriríamos tanto con él al poder!!!"
Miley sacudió la cabeza volviendo al presente… estaba llegando al hospital San Mungo. Cada vez que entraba a ese lugar, moría un poco. Saludó como siempre a la secretaria y se dirigió al cuarto piso. Allí se encontraban los enfermos con daños provocados por hechizos, algunos, con daños irreversibles y otros maleficios. Respiró varias veces tratando de matar la angustia que la agobiaba cada vez que abría esa puerta y entraba. Saludó a la sanadora con un beso, y acompañada de esta, se dirigió al final del lugar. Todas las camas estaban separadas por cubículos… Cada uno de los pacientes tenía su lugar ambientado como si fuera su hogar… decorado con objetos personales. Aunque Miley nunca podría entender, cómo los sanadores podrían pensar en eso como hogar, si bastaba cruzar por la puerta principal y un frío glacial se apoderaba del cuerpo, cual dementor, sacándote toda la alegría. Pero ella ya no sentía nada… la alegría la había abandonado hace tiempo. Sólo Liam la hacía sentir un poco viva. Aun así, los médicos insistían en ambientar eso como si los enfermos estuvieran en casa. Miley dudaba que sus padres se dieran cuenta de algo… ellos ni siquiera la conocían.
- Cómo han amanecido hoy? – Preguntó a la sanadora.
- Oh!! Bueno, tu madre ha estado algo inquieta… y lo menciona con una sonrisa. Y tu padre… bueno él sólo está mirando por la ventana.
- Bien… eso es un logro no? – la miró esperanzada. La sanadora no le quería sacar la ilusión, así que asintió débilmente. – Que nombre a Percy…
- No… no dijo ese nombre… dijo "Nick querido"… - Miley se paró en seco y la miró con rabia.
- Ha estado aquí? Nick Jonas? – la muchacha asintió – Cuándo?
- Bien temprano… él no quiere que lo vean…
- Desde cuándo?
- Viene una vez al mes desde que están aquí… Tu madre se pone tan alegre cuando…
- Mira – la tomó de la túnica verde – no quiero que lo dejes entrar nuevamente, entendiste? Ese es persona no grata!! – Pasaron a los señores Longbottom y llegaron. Miley  suspiró y entró al cubículo. Su madre estaba con la mirada perdida, tarareando una canción de cuna… y su padre, tenía en sus manos un patito de hule...
- Hola mamá – no hubo respuesta. Se acercó y le dió un beso en la frente – estás algo despeinada sabes? – Abrió su bolso y sacó un peine. Comenzando a pasarlo por el enmarañado pelo rubio de Molly – Ahora está mejor… no vino Demi  hoy?.
- La señorita Granger fue por un florero de plástico… usted sabe que no se permiten objetos de vidrio o cristal…
- Ey!! Demi te trajo flores? – le dijo acariciando la cara de su madre, Molly sólo miraba a un punto en la pared, y suspiraba. Eso dolía más. Que Molly Cyrus no dijera nada… y a ella le encantaba tanto hablar!!.
- En realidad fue el joven Jonas …
- Maldito… – murmuró para sí misma – Hola papá!! – le dió un beso a su padre que estaba parado cerca de la ventana – Dame eso, es algo que... – cuando quiso quitarle el patito, su padre la apartó de un tirón y se fue a sentar acurrucado en un rincón.
- No debe hacer eso. De alguna manera es una ayuda… que tenga algo en que descargar…
- Mire – dijo alzando la voz – eso es lo que logra ese infeliz…- sus ojos se aguaron – NO QUIERO QUE VUELVA A PISAR ESTE LUGAR… Y TE HAGO RESPONSABLE DE LO QUE …
- NO!!!!!!! POR FAVOR!!! NO, PERCY!!! – su madre comenzó a convulsionar y a gritar… - NO!!!!
- Voy a llamar a mi superior!! – dijo la sanadora y fue corriendo hacia la puerta de entrada. Miley sólo atinó a tratar de que su madre se calmara, a duras penas lograba sostenerla para que no se caiga de la cama… miró a su padre, y eso le partió mas el corazón. Arthur, el mas valiente padre que Miley conociera, había subido las piernas a la silla, parecía un ovillo humano, y cerrando los ojos, se tapaba los oídos murmurando "ahí vienen, ahí vienen" repetidamente. Miley no pudo más y lloró, de rabia, por no poder hacer nada por sus padres, que habían dado todo por sus hijos.
- Cálmate mamá – decía – ya está bien… no te preocupes… ya todo pasó… ahora estás a salvo…
- Apártese señorita – dijo el jefe del piso y dándole un empujón, se acercó a Molly y le aplicó una poción tranquilizante. Luego le dio a Arthur su dosis. Cuando estuvieron más calmos, acompañó al señor Cyrus hasta su cama y lo acostó – bueno, dormirán todo el día… Qué ha sucedido? – dijo mirando a la Castaña.
- Qué va a suceder? yo estaba hablando…
- Usted gritó…- dijo la sanadora. Miley la miró sin expresión alguna en su rostro.
- De alguna manera, señorita Cyrus, los gritos deben activar algunas zonas de la memoria de sus padres… recuerdos dolorosos del día del ataque. Por lo que le aconsejaría que no lo hiciera nuevamente – ella no podía más. Y ahogando un sollozo, salió corriendo de ahí… quería escapar y perderse… ni siquiera vió y mucho menos escuchó a su cuñada que le gritaba para que se detuviese. Miley Cyrus y la súper valiente, la que se puso la familia al hombro, la que se juró ser fuerte para que sus hermanos no cayeran en la depresión, y con ello terminar con la familia, corría, quería huir… ya no aguantaba tanto dolor.
Se sentía culpable. Aún sabiendo que no lo era, tenía ese peso en la conciencia. Todos los que lo conocían, es decir los pocos amigos que le quedaban, trataban de convencerlo de lo contrario… pero eso era lo que más dolía. Las personas que más le importaban, lo culpaban… y lo dejaron solo. Sus amigos inseparables… ella. A la que había descubierto en su sexto año. La que lo hacía suspirar y volverse loco, cada vez que la veía. La que le rompió el corazón de la peor manera, cuando la vió, de novia con su peor enemigo. Y la que terminó por sepultarlo al decirle aquellas palabras…"Todo esto es por tu culpa!! Maldigo el día que entraste en esta casa, Nick Jonas !! Te odio por todo lo que vivimos y por lo que vivirás!! Ojala Voldemort te hubiera asesinado… no sufriríamos tanto con él al poder!!!" … como olvidarlas, si aún le torturaban el cerebro. Por eso había decidido irse del mundo mágico, aunque nunca se fue del todo…Sólo dejó de frecuentar los lugares típicos que visitaba cuando aún estaba con ellos. Eso tuvo que hacer, matar al Nick bueno, sacrificado por el mundo y sus seres queridos, y crear un monstruo. Ahora, a los 24 años, Nick Jonas se había convertido en un importantísimo hombre de negocios… frío, calculador… hasta siniestro a la hora de realizar una operación bursátil. No le importaba nada, si tenía que pisar cabezas, lo hacía sin piedad… "Bien… piensan que soy una porquería… pues me volveré una porquería, para que alguna vez en la vida, digan la verdad sobre mi". Le decía a su mano derecha en los negocios, el amigo incondicional de su padre, y único lazo emocional que lo unía al mundo mágico, Remus Lupin. Económicamente, estaba de parabienes… tenía tanto dinero que podría dejar de trabajar y vivir como un maldito rey toda su vida, y aún le sobraba dinero para dos vidas mas. Tenía una amante incondicional… Nicole Anderson , que no le importaba dejarse vapulear por él, con tal de mantener el status de vida que él le pagaba. Un departamento en la zona mas exclusiva de Londres, dinero, joyas…
Nick se encontraba en su oficina, en un imponente edificio del centro de Londres… Se restregaba los ojos por detrás de las gafas redondas. Le dolía tanto volver a verlos… pero tenía un deber, una deuda. No verlos le oprimía el pecho. Extrañaba las caricias de Molly y los sabios consejos de Arthur… y ellos ahora estaban como vegetales. Golpeó su lujoso escritorio, sobresaltando a su secretaria que entraba en la oficina.
- Me ha asustado señor! – dijo la señora, de unos treinta y tantos años.
- Y qué quieres que haga? – dijo sécamente – De todas maneras, te he dicho miles de veces que golpees antes de entrar! – Agregó enojado. Ella no tenía la culpa de nada, pero en alguien tenía que descargar su rabia.
- Lo siento… señor – dijo algo asustada – es que… he estado golpeando desde hace tres minutos…
- Deberías haber seguido golpeando! – se enderezó – qué quieres?
- Yo… afuera está el señor Lupin…
- Y qué esperas que no lo dejas pasar?
- Si… bueno es que, yo pensé que usted…
- No te pago por pensar, sino por obedecer! Ahora, hazlo pasar, tráenos un café y lárgate!! – la mujer salió disparada con los ojos acuosos y dejó entrar a Remus, que miraba al joven con sorpresa.
- Hola Nick ! – Remus no se parecía en nada al ex profesor de DCAO que Nick conociera. Ya no tenía el rostro cansado, ni las andrajosas vestimentas. Vestía como un muggle millonario. Nick le pagaba muy bien por su trabajo, era su mano derecha… El tenía su entera confianza.
- Hola Remus. Me tomé el atrevimiento de pedirte un café…
- Bueno, yo quería un té, pero veo que si te objeto el café, me lanzarás dagas punzantes… así que lo aceptaré sin ningún inconveniente. – sonrió.
- Ya… bueno… - la secretaria entró rápidamente, dejó los cafés, el azúcar y sin decir nada, salió cerrando la puerta. – Ojalá hiciera eso siempre. Me exaspera cuando se mete donde no la llaman!! – dijo tomando el azúcar y poniendo dos cucharaditas, y removió el café, como si tuviera la culpa de todo lo que le pasaba.
- Veo que hoy te tocó la visita mensual a San Mungo… - él asintió – deberías dejar eso, si te pone de muy mal humor…
- Yo… a qué viniste? – preguntó cambiando de tema. Remus lo miró, y decidió seguirlo para donde iba…
- Bueno, la sociedad con el señor Lovegood es un hecho… le dije que quieres comprar el 40 de su revista, y ha aceptado, aunque debe hablar con su hija para finiquitar todo.
- Con esa loca? – rió malévolamente – pensé que ella sería reportera. No trabaja con su padre?
- Nop- dijo sorbiendo su café - ella es sanadora, junto con un amigo tuyo de la escuela…
- No tengo amigos, y menos de la escuela… todos me abandonaron – dijo fríamente.
- Bueno, Neville Longbottom.
- Ese inútil terminó de sanador? – preguntó incrédulo – es que deben estar bien en el mundo mágico, si ese Longbottom te sanara de algo…- dijo sarcásticamente.
- Ese inútil, como lo llamas tu – dijo serio - es sanador investigador, muy importante en el mundo mágico Nick . Ha tenido éxito en cuanta poción ha descubierto. Yo mismo debo agradecer que haya creado la poción que me quitó la maldición de ser un hombre lobo, para siempre.
- Pero te costó una fortuna… – dijo Nick como no dándole importancia – a ese infeliz sólo lo debe mover el dinero.
- Aun así, le estoy agradecido – sonrió – Tengo una familia y Nimph esta esperando nuestro primer hijo. Sin Neville…
- Bueno, pero son temas que no me interesan. – dijo cortante.
- Deberían, Nick !! Neville ha ayudado con sus descubrimientos a muchos en el mundo mágico! El y Luna, su esposa, están trabajando en estos momentos en una poción…
- Ahórrate los comentarios adjuntos que me aburren considerablemente – dijo moviendo la mano al aire. Remus lo miraba sin entender, tratando de recordar, cuándo se había convertido en ese joven detestable. Pero como ya estaba acostumbrado a su actitud, siguió conversando como si nada.
- Lo principal aquí es que tienes el cuarenta por ciento de la revista.
- Qué hay de sortilegios Cyrus ? – Preguntó saliendo del tema. Remus lo miró, dejó la taza y se acomodó en su asiento.
- Bueno, ellos se han descuidado un poco en las ventas… es un negocio muy productivo, pero entiendo a Fred y George. Con qué cabeza pueden pensar en negocios cuando sus padres… – Nick se movió incómodo en su sillón. Remus entendió que había temas que no se tocaban frente a Nick .
- Quiero comprar una parte de eso, si dices que es productivo.
- Para qué quieres invertir en el mundo mágico? Si tienes tanto dinero, que hasta se podría pudrir en las quince cámaras del banco de Gringots que te pertenecen, y tu seguirías siendo rico!!
- Nada es suficiente Remus – se levantó – Voy a tener sexo con Nicole…
- No tienes pudor para decirme eso? – preguntó el hombre algo colorado. Aun teniendo la confianza que tenían, Nick a veces era demasiado brutal para hablar de ciertos temas, que a Remus le resultaban algo complicados discutir… sobre todo si se trataba de sexo.
- Me quieres acompañar? – rió con maldad – esa loca, es capaz de aceptar un trío con tal de que no le quite su mensualidad.
- Nick cómo puedes decir eso? Es una mujer y… merece tu respeto. – él torció los ojos.
- Lo digo porque es verdad!! Yo la uso y le retribuyo su "sacrificio"- Rió - es toda una profesional… a ella no le importa y a mi no me molesta perder unos cuantos galeones al mes. Es todo oferta y demanda Remus... – tomó su saco y se dirigía hacia la puerta – no te olvides, quiero tener una participación en sortilegios Cyrus… y hazlo rápido. No quiero ocuparme yo de ese tema.
- Pero Nick , debo encontrarme con ellos para convencerlos!
- Hazlo, sólo que no me menciones. Si supieran que fui yo, preferirían quebrar antes de aceptar. Aunque pensándolo bien… - se detuvo frente a la puerta - me convendría esperar a que caigan, así compro eso por migajas… - rió, y a Remus le pareció que la oficina se heló con esa risa siniestra. – Anda Remus, haz esto por mí. Vendré en… – miró su reloj – dos horas. Más tiempo con Nicole me aburre. – Y sin más cerró la puerta dejando a Remus meneando la cabeza de un lado al otro, y pensando que el Nick que conocía, había muerto hace tanto tiempo… y a ese que ocupaba su cuerpo no lo conocía en absoluto.
_________________________________________________________________
Pimer capitulo de esta novela, bueno esta fue a pedido de Dani, si no le entienden es de la saga de Harry Potter por si se pierden, espero que les guste

viernes, 27 de julio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 25






Cuando el leve golpe sonó en la puerta, Nick abrió sin preguntar
ni mirar quién era. Sabía que era su hermano Joe.
Joe no venía solo. Dos hombres lo acompañaban. Uno era alto,
rubio, de elegante traje gris oscuro, camisa gris perla, corbata en
furioso rosa y todo el aspecto, engañoso por cierto, de ser más un
modelo que un guardaespaldas. El otro era un hombre muy grande,
de barba, pelo largo y por su atuendo solo podría decirse que era a
un motociclista. Su ropa no lo desmentía: vaqueros, tachas y cuero
por todos lados, tatuajes de motociclista, y ese andar cansino de un
motociclista. Joe parecía una mezcla de los dos, de pantalones
vaqueros, de esos muy caros, una remera blanca, probablemente de
mangas cortas y una campera de cuero de motociclista, anteojos
oscuros y una sonrisa en un rostro afable y juguetón. En la mano
traía una mochila que parecía bastante pesada.
—Hola hermanito. Te traje refuerzos—. Los tres pasaron y se
dirigieron directamente hacia el único lugar dónde había sillas: la
mesa del comedor. Cada uno buscó una posición y se sentó.
Nick cerró la puerta y los acompañó. 
Joe abrió la mochila que había puesto sobre la mesa y entregó a
su hermano una laptop —¿Es la que querías?
—Exacto—. Mientras Nick la abría, miraba y volvía a guardar en
la mochila en que Joe la había traído observó como la mira de
Joe recorría el lugar.
—Estilo desnudo. Interesante decoración. Supongo que desde que
entraron ya tres veces no tiene muchas ganas de redecorar. 
—No lo sé. Pero eso va a cambiar. Necesito que te ocupes de 
cuidarla. He decidido algunas cosas que no puedo hacer desde aquí.
—Myles y Ruppert se quedarán con ella.  

Nick los conocía desde que iniciaron la empresa, eran los mejores
y sabía que podía confiar en ellos.
Los miró y cabeceó. 
—Ya no tiene auto, así que si se moviliza usen uno de la compañía.
—Mandaré por uno. Y con respecto a su auto… -dijo Joe en un tono
bastante expeditivo.
—¿Qué…? ¿Qué con su auto? _preguntó Nick .
Joe dirigió una mirada apreciativa a los dos hombres y luego hizo
un curioso gesto con sus cejas, las alzó como pensando qué decir o
cómo decirlo.
—Las cosas vienen más pesadas, que un simple corte de frenos,
Nick . Tuvo… No. Tuvieron mucha suerte, habían colocado un
explosivo, que no explotó por milagro. Tenía el cronómetro
defectuoso. Lo habían preparado para que el primer golpe explotara.
Creo que cuando la chica…
—Miley—. Dijo Nick , mientras su mente intentaba captar
completamente la información de Joe .
Joe lo miró extrañado Nick parecía ausente y jamás parecía
ausente, así que asintió y continuó. 
—Como decía, cuando Miley pasó por entre el cantero de flores,
el cordón de separación debió golpear con la bomba y en vez de
explotar congeló el cronómetro, ese les salvó la vida. Si te hubieras
puesto delante suyo ante el primer choque ambos… —Un elocuente
gesto de manos abriéndose en abanico en el aire, fue suficiente para
que Nick  se estremeciera.
Eso decidió algunas cosas en su mente. De repente el Nick incierto
dio paso al Nick que tomaba el control de todas las variables, su
mente corría sorprendentemente en un plan de acción que lo incluía a
él, a sus hermanos, al señor James y a su Miley . Por un segundo 

dejó de respirar. Sí. “Su Miley ”, ya no habían dudas en su mente. —
Nada de auto. Ella no sale. Así que armen campamento. 
Myles y Ruppert solo asintieron.
—¿Qué harás? —preguntó Joe .
—Buscaré al responsable. No me quedaré esperando que la suerte
acompañe a Miley .
—¿Miley , eh? —la sonrisa llenó la cara de Joe—. Kevin me contó
algunas cositas… ¿así qué es una belleza?
Nick lo miró como siempre, esperando que algún día tuviera el
suficiente sentido común como para decir el comentario adecuado. Y
como esperarlo era inútil, se puso de pie con la portatil. 
—Iré al laboratorio, necesito saber algunas cosas. Muchachos… no
quiero a la señorita James fuera de este departamento. Tengo
algunas teorías que debo confirmar así que probablemente regresaré
mañana. Quedan a cargo. Antes si puedo. Quiero dormir con Miley , 
Se puso de pie y salió del comedor. Detrás suyo Joe lo siguió.
Cuando llegó a la puerta se dio vuelta y le dijo: 
—Pasaré a cambiarme y seguiré viaje al laboratorio. Cuida de ella
Joe.
—¿Y qué dice Kevin de que es inmune? —le susurró Joe mientras
Nick pasaba por la puerta.
—Lo es. Y no sé por qué. Que no la dejen salir Joe . Diga lo que
diga. Tiende a salirse con el suya. 
La sonrisa de Joe se amplió. —¿Te recuerda a alguien, no?
Nick sonrió.
—Por supuesto, a ti.
Cuando cerró la puerta detrás de Nick , Joe se dirigió a su gente,
en ese momento sonó su celular así que mientras iba caminando lo
abría.
—Joe , Cordelia —dijo la voz oscura.  
________________________________
Bueno hermosas aqui termina espero que los disfruten, no me hago responsable de daños causados eh aviso se que fue tarde pero avise eso es lo que cuenta :D besos cuídense y no se tal vez cabe la posibilidad de que mañana subo no prometo maratón pero si subire


The Bodyguard- Capitulo 24


—¿Eyaculado? Pero… eso hacen los hombres… nosotras…
—Ustedes también, ratoncito, no es común pero lo hacen. Eres
increíble ¿lo sabes? Completamente increíble. Ven aquí. 
Nick se puso de pie, la alzó y se dirigió con ella al baño. La
depósito en la alfombra sobre el suelo, y abrió la ducha de agua
caliente. Y comenzó a desnudarla. Levantó su vestido y lo sacó por su
cabeza. Ella estaba desnuda debajo de él, así que lo tiró hacia un
costado y la miró. 
Miley se veía algo desorientada, aún no podía entender que le había
pasado pero su cuerpo aún temblaba. Nunca había tenido ni dado
sexo oral a nadie. Dios, acababa de dar sexo oral, ¡ella había hecho
algo que jamás en sus más locas fantasías había pensado realizar. Si
el sexo no le gustaba, el sexo oral sobrepasaba su más loca
imaginación de algo horriblemente asqueroso. ¡Y él había eyaculado!
¡En su boca! Para que alguien jamás pensó siquiera en hacerlo, lo
habría…
—¿Lo hice bien? —le preguntó a  Nick  , sin siquiera pensar en lo que le
estaba preguntando. El tono de su voz reflejaba la misma languidez
post coito que la había llevado a quedarse dormida en la camioneta.
Nick solo la levantó, la besó profundamente en la boca mientras la
metía en la ducha.  
—Si lo haces mejor, vas a matarme. 
La sonrisa de  Miley , le dijo que había sido la respuesta perfecta.  

—¿Crees que podrás sostenerte bajo la ducha unos segundos
mientras me desvisto? —le preguntó sosteniéndola alejada del agua
que ya había comenzado a llenar el baño con su vapor.
—¿Desvestirte? —de repente su voz ya no parecía tan adormilada.
—No creo que sea una buena idea meterme a la ducha con ropa. —
dijo eso y se miró a sí mismo. Su polla semierguida sobresalía de
entre su bragueta abierta. 
Los ojos de  Miley  se abrieron enormes. Jamás había visto a un
hombre desnudo, al menos con ese magnífico cuerpo, y en su propia
ducha. Antes de decir una sola palabra más,  Nick  se había quitado la
camisa de traje que llevaba y bajado los pantalones. No usa ropa
interior. Los ojos de  Miley  se abrieron aún más grandes, mientras lo
veía deshacerse de lo que tenía puesto y meterse a la ducha con ella,
se le acercó y la abrazó.
—Ven aquí ratoncito habilidoso, vamos bañarte antes de que te
duermas parada.
¿Dormirse? Ella no se dormiría, no si podía recrear su vista de esa
manera. Estaba magníficamente construido. Y si una chica tiene ante
sí, un espécimen altamente dotado, de hombros anchos, una cintura
delgada, con un increíblemente grueso y largo pene, muslos con
músculos altamente definidos, todo recubierto por un magnífico tono
dorado y el negro cabello rozando sus hombros solo puede pensar en
tomar el jabón y dedicarse a una tarea en la que se supone la mujer
tiene un doctorado natural: lavar.
Eso hizo  Miley , comenzó a pasar el jabón en suaves círculos,
primero fue su pecho, una lenta enjabonada que se extendió de ese
abdomen completamente marcado a su espalda, sus amplios bíceps,
y luego volver al frente, cuando comenzó a bajar sobre sus rodillas, el
Señor Prepotente decidió detenerla. ¿Por qué haría algo así? 

Nick la tenía muy clara, ésta era una inmejorable oportunidad de
averiguar algunas cosas así que le quitó el jabón de las manos, y
comenzó una lenta exploración de su cuerpo, cuando no quedó nada
de él sin lavar, dirigió sus manos entre sus piernas, sus dedos,
grandes y callosos se introdujeron entre sus labios vaginales,
suavemente, lavando cada pliegue en ellos, para luego meter un
dedo dentro de ella, su gemido le indicó que era una buena decisión,
así que se arrodilló, puso su propia espalda bajo el agua que caía de
la ducha y se enfocó con todos sus sentidos en lamer y morder.
Alternativamente. Su clítoris, su boca y su lengua establecieron un
ritmo y se atuvieron a él: una lenta recorrida por su raya, chupando,
reuniendo sus jugos y recolectándolos para luego sorberlos,
pellizcarla con sus labios y después subir hasta su hinchado clítoris,
para detenerse allí, alternando chupadas y pequeños mordiscos que
la tuvieron jadeando y corriéndose en cuestión de segundos. Un
fuerte orgasmo que casi la derriba sobre la bañera. Solo sus fuertes
brazos la detuvieron. Así que se puso de pie, cerró la ducha, tomó
uno de los blancos toallones colgados, la rodeó con él y la sacó
alzada. Luego se sentó con ella en el inodoro y la secó. Secó su pelo,
apretando, escurriendo el agua, para tomar una toalla y refregar su
cuero cabelludo con fuerza.  Miley no volvió a abrir la boca, parecía
una muñeca dormida entre sus brazos. Cuando la tuvo
completamente seca, se levantó con ella en brazos la llevó hacia la
cama. Con una mano abrió las sábanas y la metió en ella. La tapó,
arropándola como a una niña. Besó su frente y se dirigió nuevamente
al baño.
Tenía que secarse, vestirse y hacer algunas averiguaciones. 











The Bodyguard- Capitulo 23


Miley caminó dos pasos hacia él y se arrodilló frente su bragueta.







Su polla se erguía en un tamaño imposible, llegando hasta su
ombligo. 
—¡Tómala! _le dijo en un tono mezcla de suplica, orden y ruego.
Desde la primera vez que había visto esa foto había soñado con ella,
tal cual estaba, arrodillada frente a él, con su polla entre las manos y
a breves centímetros de su boca. Así que espero. Jamás había puesto
tanta energía en una palabra como en su “Tómala” y por primera vez
con  Miley  , sintió que hacía efecto,
Miley lo miró hacia arriba, estiró su mano hasta su pene y lo bajó
desde su ombligo para ponerlo frente a su boca. Apenas lo tocó lo
sintió corcovear con inusitada fuerza y se le soltó. Así que regresó
nuevamente su mano y lo tomó, ayudándose con la otra. En cuanto
ambas manos la sostuvieron, sintió que  Nick  gemía, y lo miró. 
Nick había cerrado sus ojos y erguía su cabeza, completamente
inmóvil. Como si esperara, como si estuviera esperándola.
Miley bajó la vista a su polla y vio en su punta una gota de
nacarado semen, así que aceptó su invitación y acercó su boca, la
abrió, grande, muy grande, pues esa era la única forma que podría
meter la cabeza del pene en ella, y lo sorbió. Su sabor oscuramente
salado, la sobrecogió. Su firme chupada hizo a  Nick  gemir
nuevamente y moverse hacia ella. Sus grandes manos la tomaron de
su cabeza. Por un segundo  Miley  pensó que  Nick  la retiraría pero
no fue así. 
Nick sostuvo su cabeza entre sus manos, y comenzó a dirigirla. 
Un ritmo lento, muy lento.
—Chupa, ratoncito, chupa. —decía entre gemidos.  

Y eso hizo.
Era imposible que toda esa carne entrara en su boca así que mantuvo
sus dos manos, aferrándola, sosteniéndola firme, mientras su boca
chupaba, con toda la fuerza que era capaz, lo que podía de ella.
Los gemidos fuertes y ásperos de  Nick  , la fuerza casi incontenida de
sus manos sobre su cabeza, llevaron a  Miley  a levantar sus ojos
hacia su rostro.  Nick  la estaba mirando, sus ojos se veían…
brillantes… Si. Brillaban… Pero sus ojos se cerraron, y lo único que
Miley pudo hacer, fue acoplarse al ritmo cada vez más fuerte de
Nick . Por un segundo temió ahogarse, pensó que no podría alcanzar
y seguir el ritmo impuesto, pero de pronto un violento chorro de
semen salió de su miembro, y ella tragó, tragó y tragó, una y otra
vez, hasta que nada más salió de él.
Mientras su corazón corría a una velocidad ensordecedora,  Miley vio
los brillantes ojos de  Nick   abrirse mientras todo su cuerpo parecía
convulsionar. Y ella se corrió, con fuerza, sus jugos inundaron su
coño desnudo, fluyeron con tanta fuerza como  Nick  había eyaculado
en su boca. Por un segundo su rostro reflejó su duda, ¿Dios es que se
había orinado? 
Su duda llegó al embotado cerebro de  Nick  , que se agachó hacia ella,
abrazándola, buscando su rostro.
—¿Qué pasa ratoncito? ¿Te asusté?
Miley , lo miró, se sentía avergonzada.
—No lo sé—. Miró hacia abajo, entre sus piernas.
Nick la miró, no sabía que le pasaba pero si que algo le preocupaba. 
—¿Qué pasa, ratoncito, dímelo? 
 —¿Me… me hice pi? 
  Nick  miró hacia abajo entre sus piernas, y vio deslizarse entre 
ellas los jugos de su corrida. Una lenta sonrisa se dibujó en su cara
con la comprensión. 

—No ratoncito, sólo has eyaculado _dijo  Nick  con la voz
entrecortada, mezcla del violento orgasmo y el increíble
reconocimiento de lo que en verdad había pasado.
La satisfacción de su cuerpo se unió a la satisfacción de su mente al
comprender que ella había eyaculado solo dándole placer. Sabía que
su boca sería su gloria.









The Bodyguard- Capitulo 22


Cuando vio el pequeño bar adosado a una pared del otro lado, se




dirigió hacia él, se sirvió un trago y lo bebió de golpe.
Todo está entreverado. Era verdad, ni siquiera se reconocía, desde
que la había visto había roto muchas reglas que él mismo había
puesto. Había hecho de guardaespaldas, cuando jamás lo hacía, ese
era el trabajo de Joe . Se había quedado mirando toda la mañana a
Miley en clases, sabiendo que la estaba incomodando y sin siquiera
sentir la más mínima culpa. Había disfrutado hacerlo. Era tan
hermosa, su piel, su cabello, la larga sombra de sus pestañas. Parecía 

tan pequeña y frágil y a la vez tan fuerte. Tal vez su padre no había
sido el mejor padre del mundo y ella había terminado odiando a los
controladores pero en realidad solo había templado su espíritu. Era
fuerte e increíblemente apasionada. Aún resonaban en sus oídos sus
gemidos y sus grititos mientras la follaba. Fuego, pasión. No podía
recordar a una mujer responderle de la manera en que ella lo había
hecho. Se había entregado absolutamente a su pasión, perdido en
ella. Y había sido recíproco. Su olor, su sabor, lo habían vuelto loco.
Sentirse apretado por su dulce coño lo había hecho volar, ni siquiera
había sentido a la policía. 
De repente cayó de la nube de satisfacción en la que se encontraba.
Podrían haber sido atacados, ¡podría haber muerto!  Nick  sintió un
frío correr por su espalda. Haberse perdido en su cuerpo podría haber
costado la vida de Miley, y la suya propia. Si la policía no hubiera
sido legítima, quizás ambos estarían muertos. La angustia de la
posibilidad quebró su respiración. Su garganta se cerró. Se dio la
media vuelta y se dirigió al cuarto de Miley .
Miley había cerrado la puerta con toda la rabia que sentía. Él
maldito imbécil le estaba contando a su hermano como la estúpida
mujercita había caído en sus brazos con solo tocarla. ¿Cómo podía
haber hecho algo así? ¿Tener sexo en la calle? Dios jamás se lo
perdonaría así como tampoco jamás olvidaría la cara de la policía.
Habrá pensado que soy una prostituta, por dios. Debió parecérselo.
Casi desnuda. Había estado firmemente plantada en esa enorme
polla. Dios ella pudo verla, pudo ver como sus piernas tenían rastros
de su semen. De repente como en un sueño imaginó al imbécil
retirándose de su cuerpo, sin preocuparse si debía limpiarla o no .
¡Qué vergüenza! Su coño, había estado enrojecido, hinchado,
rebosando de sus jugos combinados, que habían corrido como un río
ante los ojos de cualquiera que estuviera allí parado mirando. Una 

imagen de la cabina con vidrios polarizados no hizo nada por mejorar
su ánimo. No importaba que el Señor Prepotente la hubiera
convencido de que no había visto nada, ella la había visto. Y lo había
sentido. Profundamente introducido en ella, y esa fue… una sensación
que jamás olvidaría. No era frígida, no lo era. Por un segundo en sus
brazos había pensado que moriría de sólo sentir su caliente verga
empujando, intentando dilatarla para acomodar su tamaño en su
canal. Había sido glorioso. Había sido desafortunado. Inoportuno, una
pésima decisión, ¿cómo había podido permitirle todas esas libertades
sin siquiera oponerse. Era esa cosa, esa que hacía que cada vez que
la tocaba no la dejaba pensar. Esa cosa que la hacía sentir débil y
deseosa y… completamente rendida a sus pies. Pero no volvería a
pasar, No…
La puerta se abrió. Así que inmediatamente saltó de la cama y se
preparó para defenderse.
Cuando  Nick  entró la vio saltar de la cama. Todo su cabello, se movió
con la violencia de su saltó. Su respiración era agitada, sus pechos
subiendo y bajando pusieron erecto a  Nick  en un segundo. La sangre
se agolpó en su polla con la misma violencia con que  Miley lo
miraba. 
Miley, estaba temblando, después de todo lo pasado sentír abrirse
la puerta de su cuarto con toda violencia solo había servido para
entrar en estado de pánico. Ese enorme hombre la mataría. Su
corazón empezó a latir desordenadamente.
Nick se movió hacia ella, respirando agitado. Y mientras lo hacía sólo
podía pensar en que podía haberla perdido. Su pantalón parecía a
punto romperse, el bulto era tan grande que  Miley no pudo dejar de
notarlo.  Nick  miró a  Miley con la vista fija en su entrepierna y
simplemente bajó sus manos, desprendió sus pantalones, y bajó su
bragueta. 

Miley solo pudo mirar esa enorme erección, oscura y venosa ser
liberada de sus confines, y de repente sintió su boca seca y supo lo
que debía hacer.







The Bodyguard- Capitulo 21


Demasiados


cambios en su vida para tener tiempo a cuidar sus palabras.
Cuando la soltó  Miley afirmó su espalda contra la camioneta, juntó
su orgullo y lo miró desafiante. La sonrisa de  Nick  la hizo sentir
gelatina. 
Nick interpretó su mirada como de profunda impaciencia. Sin dejar
caer su sonrisa, se hizo un lado para dejarla pasar.
Cuando el energúmeno se movió,  Miley rogó poder tener fuerzas
para sostenerse y comenzó a caminar. Demasiado sexo. El imbécil
tiene razón. Su vagina latía de solo recordarse montada en esa
increíble polla, larga, gruesa, y tan caliente… Dios, ¿hacía… cuántos
años… tres… o cuatro que no tenía sexo? No era que lo hubiera
extrañado, pero de algo si estaba segura, no había sido como éste.
Todavía podía sentir a su cuerpo temblando y sus piernas ni siquiera
la sostenían. Y el señor Pomposo tenía en su cara esa horrible
sonrisa. ¿Qué pensaba? ¿Qué era el señor Irresistible? 
Miley llegó al escritorio de Robert y cuando éste la vio se adelanto
con una sonrisa 

—Señorita James. ¿Cómo está usted?
Miley lo miro, giró para observar al imbécil que seguía sonriendo
como el idiota que era, puso sus ojos en blanco, y se dirigió hacia el
ascensor sin contestarle.
La cara de Robert quedó desconsolada, miró a  Nick  , que levantó sus
manos hacia arriba, movió su cabeza de un lado a otro, y vocalizó sin
sonido “¡mujeres!” La siguió hacia el ascensor, mientras miraba a su
alrededor, no había percibido nada extraño así que se confió a sus
instintos.
La sonrisa de  Nick  no abandonó su cara ni un instante y el enojo de
Miley tampoco. Cuando el ascensor paró en su piso, ni siquiera se
movió ¿para qué? Lo dejó hacer su trabajo. Cuando buscó las llaves
de su casa,  Nick  se adelantó y tocó la puerta, tres golpes
rápidos. 
La puerta se abrió y apareció Kevin Windstone. Los miró desde la
puerta, primero a  Miley  y luego a  Nick  . La cara de enojo de
Miley lo sorprendió, no sabía qué la había molestado, pero la cara
de su hermano reflejaba la más absoluta felicidad que le hubiera visto
antes. Nunca lo había visto así, una sonrisa que iba de su boca a sus
ojos. Brillaba. Kevin se dio vuelta nuevamente sobre  Miley  y
comprendió lo que había pasado. Sus labios estaban hinchados, su
cabello no se encontraba en orden su ropa parecía arrugada, ni
siquiera traía los libros que se había llevado. 
Miley entendió su mirada y un furioso rojo cubrió su cara.
 Kevin se compadeció de ella y su rostro se dirigió nuevamente al de
Nick . El muy sinvergüenza, simplemente amplió su sonrisa, y empujó
con su mano la espalda de  Miley  para que entrara.  
Miley lo hizo y sin decir una sola palabra se dirigió a su cuarto y 
cerró su puerta con un golpe.  

El golpe fue ensordecedor, probablemente debió remecerla. El sonido
en el silencioso departamento hizo que Kevin saltara.
—¿Cómo era eso de las reglas de trato con las clientas? —le preguntó
 Nick  .
La sonrisa de  Nick  no abandonó su cara. 
—¿Qué le hiciste, además de follártela? _Insistió Kevin .
La cara de  Nick  se puso seria. —Kevin … 
— Lo sé, lo sé, no es mi problema. Pero me sorprendes —Kevin lo miró
con absoluta seriedad—. Jamás te había visto comportarte así. Y
ella… no puedo creer que no podamos sugestionarla. No he dejado de
pensar en ello desde esta mañana. Y ahora apareces con ella, con ese
aspecto de fui-follada-a fondo- cuando si hay una regla que jamás
has roto en los últimos cinco años es la de involucrarte con una
clienta. ¡Qué demonios! Hoy todo parece entreverado. Y supongo que
deberás lidiar con ello. El departamento está seguro —dijo
acercándose hacia donde estaba su campera y tomándola—,Joe
me llamó, quiere que verifique algo que halló en su auto. Las
especificaciones están sobre la mesa,—. Las señaló con un ademán y
salió.
Nick se acercó a la mesa, tomo las indicaciones, las leyó, y las
volvió a dejar donde estaban. Se dio vuelta buscando algo que beber.




The Bodyguard- Capitulo 20


El regreso fue silencioso. Miley iba enfurecida. ¡Casi la habían
detenido por exhibición obscena! ¡A ella! ¡Inconcebible! Y toda la
culpa la tenía ese burdo armatoste a su lado. Y el imbécil sonreía
como el idiota que era. Total, había sido a ella a quien la policía había
encontrado semidesnuda. ¡Jamás se lo perdonaría! Al menos podría
haberla cubierto. Ella se había dormido ¡cielo santo! Había tenido
sexo salvaje en una camioneta. ¿Sexo salvaje? Bueno, de qué otra 
manera podría llamarse a algo que te dejaba completamente 
inconsciente. La culpa total y absoluta era del imbécil, algo tenía,
algo que la volvía débil cuando la tocaba y ¿qué era eso?¿Cómo lo
hacía?
—¿Cómo lo haces? _preguntó Miley con fuerza, por primera vez su
tono no indicaba titubeo alguno.
—¿Qué cosa?
—Manejar así a la gente, primero Robert, las chicas que casi
atropello, la policía. ¿Cómo lo haces? 
—No lo sé. —Nick le dirigió una mirada sincera—. No lo sé.
Supongo que es algo genético. Sucede con todos los miembros de la
familia desde hace generaciones. 
— ¿No lo sabes?
—No. Y ahora…
—¿Y ahora qué…? —preguntó  Miley mirándolo.
Nick estuvo a punto de decírselo. En todas las generaciones de
Windstone, jamás había oído de alguien inmune a su especial
habilidad. Jamás nadie había desistido de una orden de un
Windstone. Hasta ahora.
—Supongo que es sólo una habilidad. 

—¿Cómo funciona lo de tu… cuerpo? —Preguntó  Miley algo
avergonzada y una vez más su voz era débil e inseguro.
Nick la miró sin comprender— ¿Mi cuerpo? 
Miley enrojeció— Ya sabes… eso… _dijo casi en un susurro mientras
lo señalaba con el dedo índice.
La atención de  Nick  se concentró en  Miley . —¿Qué con mi
cuerpo?
Absurdamente avergonzada  Miley deseo haber llegado a su casa,
desesperadamente miró por dónde conducía  Nick  y tuvo la enorme
fortuna de ver que estaban a solo un par de cuadras de su edificio,
respiró fuerte, como juntando fuerzas para acabar con el tema que
evidentemente la abochornaba. 
—Nada. No tiene importancia. Llegamos, mira. — Miley jamás se
había sentido más feliz de llegar a su casa.
—Hablaremos de esto  Miley . No acabará así ratoncito _le dijo
mirándola de costado con una sonrisa casi felina en su rostro. 
El corazón de  Miley saltó, conociéndolo sabía que no lo dejaría
pasar y no se sentía con ánimos como para seguir con el tema. De
ninguna manera ella reconocería ante él que sospechaba que había
algo en su cuerpo que con sólo tocarla y ella se derretía. ¡Ni con
torturas lo haría! Así que ya podía ir borrando esa sonrisa
depredadora de su rostro porque de ella no saldría una sola palabra
más sobre el tema.
Nick maniobró para estacionar y en cuanto detuvo la camioneta,
Miley hizo el intento de bajarse.  Nick  la sostuvo con firmeza del
brazo. —Ni se te ocurra bajar hasta que no te lo diga.
Nick se bajó y mientras rodeaba la camioneta expandió sus sentidos.
Nada anormal. Y nadie en la playa de estacionamiento tampoco.
Cuando llegó al otro lado  Miley  ya estaba bajando. Mientras iba
bajando iba mirando a sus costados, sin siquiera saber qué buscaba. 

Pero algo pasó. Sus piernas no la sostuvieron y casi cayó.  Nick  la
sostuvo contra su cuerpo.
Con una sonrisa socarrona le dijo:
 —¿Demasiado sexo, ratoncito?
Miley lo miró y la antigua furia y la vergüenza regresaron a ella.
—¡Suéltame… _en un acto de inconmensurable valor agregó bien
fuerte esta vez_: ¡Imbécil! — pero mientras lo decía,  Miley  podía
sentir como el traidor de su cuerpo respondía al de  Nick  . La ya
conocida sensación de mareo y debilidad amenazó con vencerla y lo
hubiera logrado si  Nick  no hubiera hecho lo que le pidió — Sólo es
resultado de los nervios que… por “tu” culpa pasé_. Dijo en un tono
igualmente vehemente. Jamás había insultado a nadie, jamás había
casi matado a alguien. ¡Jamás había tenido un orgasmo! 


The Bodyguard- Capitulo 19


La miró y la vio mientras la bajaba sobre su pene. La cara de Miley 





reflejaba su placer, sus ojos se enfocaron en los suyos para luego
cerrarse y dejarse llevar por el ritmo de Nick . 
Toda la fortaleza de Nick se enfocó en sus brazos, Miley estaba
demasiada perdida en su placer para colaborar. No duraría mucho, no
cuando el placer era tan intenso. Cuando Miley gritó Nick perdió su
cordura y se corrió.
Cuando recobró el sentido, Nick comprendió que ni siqueira sabía
cuanto tiempo había pasado. Miley parecía desmayada en sus
brazos. La levantó para salir de ella y a medida que la levantaba sus
jugos combinados dejaban caer delgados hilos entre sus muslos,
Miley estaba dormida así que la izó de su cuerpo con cuidado, la
colocó a su lado y la miró. 
El vestido de Miley estaba arrugado en su cintura y su cuerpo se 
había aflojado hasta apoyarse en la puerta, su cabeza se acomodó
sobre el respaldar del asiento y sus largas piernas desnudas, dejaban 

ver su sexo, mojado con sus jugos y su semen. Su coño se veía
adorablemente enrojecido, un hilo de nacarado semen se había
instalado en el interior de sus muslos. Nick estiró la mano para bajar
su falda pero se detuvo, una sonrisa traviesa cambio su cara. Era
feliz, inexplicablemente feliz, y había olvidado cuando se había
sentido así. 
La miró dormir y con renuencia tomó el dobladillo de su falda y la
bajó sobre sus piernas. Luego miró sus senos. Levantó los dedos y
con bastante pesar abotonó su delantera pero no todos los botones,
sólo los suficientes como para seguir apreciando la belleza de esos
pálidos globos asomarse casi impúdicamente.
Se miró a sí mismo, jamás en su vida había hecho el amor en un
auto, nunca. Demasiado espontáneo. No condecía con su carácter.
Jamás había sido un adolescente despreocupado como para intentarlo
en un auto. Y aquí estaba regresando su polla a sus confines mirando
la cosa más bella que hubiera visto dormida a su lado. Estaba en
problemas.
Claro que estaba en problemas, los golpes en la ventanilla del lado
del conductor, lo sacaron de la nube de satisfacción sexual en la que
se encontraba inmerso, por un segundo Nick no supo qué pasaba y
por el sobresalto de Miley , ella tampoco lo sabía. 
Los golpes la hicieron reaccionar para encontrarse con una mujer
policía mirandola a través del vidrio polarizado. ¡Y ella estaba casi
desnuda y despatarrada en el amplio asiento de una camioneta!
Se irguió inmediatamente intentando poner algo de orden en su ropa
mientras sentía el zumbido que indicaba que Nick estaba bajando el
vidrio polarizado para hablar con la agente.  
—¡Espera, maldito sea! —le dijo intentando abrochar su pechera. 
Cuando lo miró se encontró con los ojos de la mujer fijos en los
suyos. Sabía de qué color estaba porque su cara ardía.  

—Buenas tardes, oficial, hermoso día ¿no cree? —dijo el imbécil como
si no pasara nada.
—Bastante bueno, señor, —dijo la mujer mirando de ella hacia
Nick —. ¿Conoce la pena por exhibición obscena en lugar público,
supongo? ¿No está algo mayorcito, hay hoteles muy bueno cerca.
La sonrisa de Nick fue enceguecedora y su voz pareció enturbiarse.
—La verdad, señora, solo estábamos mirando un mapa ya que no
conocemos el lugar. Nada más.
Miley lo miró como si le hubieran salido cuernos en la frente, cómo
podía decirle algo tan burdo, ahora los arrestarían.
—¿Y qué dirección busca señor? —dijo para sorpresa de Miley la
mujer.
—Avenida Avertton.
—Pues deberá volver a la carretera principal, tres calles más atrás, y
estará en ella. ¿Qué número busca?
Miley no salía de su asombro, al igual que Robert esta mujer
respondía como si realmente creyese lo que Nick le decía. ¿Qué
era eso?
—1129 —Fue la rápida respuesta de Nick .
—Aproximadamente unas diez cuadras más arriba. _dijo la mujer con
la mejor de sus sonrisas.
—Gracias oficial, ha sido usted muy amable.
—Para servirlo —dijo la mujer, miró a ambos con su enorme sonrisa,
la saludó y se dio vuelta dejándolos solos.
Miley aún no podía cerrar su boca.