—Una aventura es una cosa,
pero yo no quiero vivir con una doble moralidad ni estar con un hombre
comprometido.
Logan se echó a reír,
pensando en lo solitaria que había sido su vida últimamente.
—Te prometo que no estás invadiendo
el territorio de nadie más.
Ella volvió a mirarlo a los
ojos.
—¿Qué les pasa a las mujeres
de…? ¿De dónde has dicho que eras?
—No te lo he dicho. Pero soy de
California, y a las mujeres de
allí no les pasa nada, salvo que casi todas están buscando un compromiso.
_______ apoyó el hombro contra la
pared del ascensor.
—¿Y eso te asusta?
—No es que me asuste. Es que me
gusta mi vida tal cual es. Soy piloto, por lo que siempre estoy viajando por
todo el mundo —se encogió de hombros—. Estar confinado en un sitio no es lo
mío. A menos que sea como ahora. Contigo —le acarició la mejilla y vio cómo sus
pupilas se dilataban por el ligero roce.
Acercó los labios a los suyos.
El deseo de probarla era muy fuerte, pero no tanto como la necesidad de saber
más de ella. El zumbido del ascensor era como un metrónomo que acompañaba la
ferviente pasión que latía en su interior. De un momento a otro llegarían a su
destino… Se apartó y pulsó el botón de parada del ascensor.
Si ella se sorprendió, no lo
demostró.
—Me alegra saber que no estás
engañando a nadie —dijo, pasándose la lengua por el labio inferior.
Ya fuera un gesto inconsciente
o deliberadamente provocador, el resultado fue el mismo… Una corriente
eléctrica que se concentró en la ingle de Logan.
—Jamás haría algo tan
despreciable —dijo, intentando diferenciarse a sí mismo no sólo de su ex novio,
sino también de las tradiciones que habían marcado su pasado.
—No todos los hombres piensan
como tú, y deberían hacerlo —afirmó ella, recalcando su declaración con un pisotón
en el suelo. Volvió a hacer un
gesto provocador con los labios, y Logan tuvo que contenerse para no besarla
con pasión desenfrenada. No estaba preparado. El tiempo acuciaría aún más sus
respectivos deseos y liaría que lo que pasara entre ellos fuera verdaderamente
espectacular.
—¿Alguna vez te han dicho que
exageras tu acento sureño cuando te enfadas?
Ella se puso colorada.
—Ésa es otra cosa que tengo que
superar.
—Por mí no. Tu acento me excita
todavía más —se acercó a ella hasta que sintió sus pezones endurecidos a través
de la camisa de algodón.
—Eres tú quien me excita —dijo
ella con el acento sureño más sensual que él había oído jamás. Le rodeó la
cintura con los brazos al tiempo que dejaba escapar una prolongada exhalación,
que acabó en un jadeo espeso y sofocante.
La erección de Logan amenazó
con romper los vaqueros. Tuvo que apretar los dientes para contenerse, porque,
por mucho que la deseara, un ascensor no era el lugar adecuado.
—¿Sabes otra cosa? —preguntó
ella.
—¿Qué?
Ella le hundió los dedos en el
pelo, acariciándole con las uñas la piel ultrasensible de la nuca y llevándolo
a un límite insospechado de excitación. Mientras, deslizó la otra mano hasta su
trasero y palpó sus glúteos con golpecitos suaves.
—Cuando te dije que necesitaba
tener el control, lo decía en serio.
Sin previo aviso, se apartó de
él y agitó la hoja blanca de la «sexcapada» frente a sus ojos, igual que él
había hecho antes con ella. Y
maldito fuera si eso no avivó aún más su deseo.
__________ entró en su apartamento.
Cielos, estaba muerta de calor y no por el bochorno veraniego. Las reacciones
que Logan podía provocar en su cuerpo con una simple mirada o una simple
caricia desafiaban la lógica. Pero la lógica no tenía nada que ver con la
química. Él no estaba comprometido ni se relacionaba con mujeres que quisieran
algo más que sexo. Y sexo era lo único que ella deseaba de Logan Lerman,
piloto de California, que saldría de su vida el domingo siguiente.
Un vistazo al reloj del
vestíbulo mientras dejaba las llaves en el aparador le dijo que se acercaba la
hora de cenar.
—¿Quieres comer o beber algo?
—le preguntó. Se dio la vuelta y se quedó atónita al encontrárselo casi pegado
a ella.
—Desde luego —respondió él en
un susurro, colocando una mano sobre su cabeza y aprisionándola entre su cuerpo
y la pared, igual que había hecho en el ascensor. Sólo que esa vez estaban en
la intimidad de su apartamento. No había peligro de que nadie los
interrumpiera.
Con la mano libre le levantó la
barbilla y acercó la boca a sus labios.
—Llevo queriendo probarte desde
que te vi.
—No veo nada que pueda
detenerte ahora —susurró ella. Y entonces, por haberse prometido a sí misma que
mantendría el control, le tomó el rostro en sus manos y tiró de él hacia su
boca.
Para ser dos desconocidos encajaron
a la perfección, pensó _______--. Él la besó con una intensidad que corroboraba sus
palabras anteriores. Ella había deseado a un hombre cuyos ojos ardieran de
lujuria solo por ella, cuyos besos la hicieran temblar y cuyo cuerpo se
retorciera por el deseo que ella le inspirara. Y lo había encontrado a él.
Logan hacía del beso un arte.
Sus labios eran de una textura exquisita y su lengua se desenvolvía a la
perfección. Sabía a menta y seductora virilidad, y una corriente de calor se
arremolinó en el interior de ___________-. Los pechos se le hincharon, los pezones se
le endurecieron dolorosamente y un aluvión de humedad le empapó la entrepierna.
Llevó los dedos desde sus
mejillas sin afeitar hasta la nuca, donde descubrió un punto especialmente
sensible para hacerlo gemir y conseguir que la apretara aún más contra la
pared, haciéndole sentir la dureza de su erección. Y también descubrió que
cuando él le mordisqueaba y succionaba el labio inferior, la espalda se le
arqueaba involuntariamente y los pechos se aplastaban contra su torso robusto.
No supo cuánto tiempo
permaneció de pie, de espaldas contra la pared, perdida en el placer subliminal
de un beso, pero las sensaciones eróticas siguieron creciendo en su interior
como una espiral de fuego. Y cuando él interrumpió el beso, ya había llegado a
la conclusión de que no era ella quien ejercería el control. Tendría que saltar
sin paracaídas y esperar que el peligro potencial de aquel vuelo glorioso
mereciera la pena.
Él apoyó la cabeza contra la
suya, respirando entrecortadamente.
—Creo que me vendría bien una
copa. Ella se obligó a llenarse
los pulmones de aire.
—Por supuesto. Vamos a ver qué
tengo.
Se escabulló por debajo de su
brazo y se dirigió hacia la cocina. Abrió la nevera y examinó su escaso
contenido. Teñía que ir a la compra.
—Puedo ofrecerte una copa de
vino blanco. O… —se arrodilló para examinar la bandeja inferior—. Hay un pack
de cervezas que dejó mi ex.
—Una cerveza estaría bien. Y no
hace falta que me traigas un vaso. Vamos a pasar por alto las comodidades
—dijo, dejando muy clara su doble intención.
Cuando se juntaban eran
combustible puro, y no había la menor finura ni delicadeza en lo que
pretendían. _________ se alegró. El corazón le latía con entusiasmo y quería
demostrar con aquella experiencia la clase de mujer que podía ser.
—Ponte cómodo —le dijo mientras
sacaba dos botellas. Le encantaba usar su acento sureño sin el menor escrúpulo,
sabiendo que a Logan le gustaba.
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Un anuncio rapidin MALE ella tien problemitas y no podra publicar pero no piensen que nos ah avandonado NO pronto publicara de nuevo y ella les explicara bien
5 comentarios:
ME FASINO, LO AME Y ME ENCANTO, OSEA ME ENCANTA QUE LOGAN ME ARRINCONE CONTRA DONDE SEA, CON TAL DE SENTIRLO CERCA ME ENCANTA, ESE BESO QUE ME DIO ME DEJO TOTALMENTE LOCA TANTO QUE EMPAPE MI ENTREPIERNA CON MIS PEZONES DUROS (COMO DICE AHI) :$$$ HAY MI SISTER ME RE GUSTO, ESPERO QUE SUBAS LA PARTE QUE SIGUE QUE QUIERO SABER QUE PASA, MIENTRAS ME QUEDO TOMANDO UNAS CEVEZAS CON MI LOGGIE HABLANDOLE DE FORMA SUREÑO??? JAJAJA ME ENCANTO QUIERO EL QUE SIGUE!! POR FIIIS MI SISTER. TE AMOO, BESOOTOOTES! ♥
ME FASINOO AHH LOGA LO AMOOOO
wao waooo waoo seguola prontoo fasinante
amiix quue POR QUE LA DEJASTES AHII SUBE MAS MUJER NO SOLO VIVO DE UNOOOO SUUBEEE
lalala SIGUELA logan wao wao wao
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