Nick la quería. Estaba escrito justo allí. Había querido estar con ella antes de que se enterara sobre Eliza.
Sin ningún motivo oculto. El hombre dulce y honesto le había lanzado su
corazón, sin saber si ella lo cortaría en pedacitos deslizándolo por su máquina
destructora de papeles.
No
había posibilidades. Ahora que tenía su corazón iba a cuidarlo para siempre.
Así que, a pesar del dudoso comienzo que tuvieron, habían terminado lo que
habían empezado no un mes atrás, sino hacía un año, se habían enamorado, el
tipo de amor para siempre y permanente que ella pensaba que nunca encontraría
ni merecería.
Miley no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que las lágrimas gotearon sobre
la página.
Sentía
el abrumador deseo de pregonarlo con bombos y platillos: ¡A él le gusto! ¡A él
realmente, realmente le gusto! ¿Gustar?
Él te ama.
Tú lo amas. Él te ama. Es la cosa más
simple del mundo.
¿Lo
era?
Sí.
Eliza
gritó y Miley la miró.
Su
hija parpadeaba con esos grandes ojos azules, mostrando una muy amplia sonrisa…
y rodó.
―¡Eliza
Belle Jonas! ¿Cuánto tiempo hace que eres capaz de hacer eso?
La
bebé hizo un burbujeo suspicazmente parecido a una risa.
Todavía
sorbiendo a través de su risa, ella dijo:
―Espera
a que tu papá vea tu nuevo truco. Va a estar encantado de la vida.
Y
Miley no podía esperar otro segundo para decirle todo. Levantó a su bebé
balbuciente y salió corriendo por la puerta.
―¡Annie!
Su
compañera de trabajo corrió velozmente afuera para ver a Miley saliendo a toda
velocidad de su oficina.
―¿Qué
te pasa?
―Nada.
Me estoy yendo a arreglar otra cosa en mi vida.
―¿Vas
a volver más tarde hoy?
―Espero
que no. Así que estás a cargo. Acostúmbrate. ―A
mitad de camino del pasillo, Miley se detuvo y se volvió para mirar a su amiga―.
¿Realmente esto es tan simple?
Inmediatamente
Annie sonrió.
―Sí,
cariño, realmente lo es.
Miley encontró la casa de Kimi y Calvin bastante fácilmente, y sintió otra punzada de
culpa por nunca haber ido allí antes. Eso era algo más que ella priorizaría,
tomarse tiempo para la familia, su familia de tres, y el grupo Jonas / West que
era una parte tan importante de la vida de Nick. Tal vez algunas veces ella,
Nick y Eliza pudieran quedarse a pasar la noche allí, para que Nick no tenga
que conducir tan malditamente lejos. Infierno, ella se mudaría aquí y haría el
viaje diario hasta Miley Blue si llegara el momento.
Comenzó
a hacer el corto camino al mismo tiempo que un hombre de pelo oscuro salía de
la casa. Casi chocaron y ambos dieron un paso hacia atrás. Ninguno de los dos
dijo nada cuando se miraron a los ojos.
―Ey,
Miley. ¿Cómo estás?
Esto
no tenía que ser embarazoso.
―Bien.
¿Y tú?
―Cansado.
―Se
inclinó y miró fijamente a Eliza.
Pero
los pequeños pies de Eliza no patalearon con felicidad. No hizo gorgoritos ni
sonrió. Permaneció tranquila y observando.
―Ella
sabe que no soy él, ¿verdad?
―Sí.
―Miley besó la parte superior de la cabeza de Eliza―.
Es hija de su papá. El papá la tiene envuelta alrededor de su dedo meñique.
―Mi
hermano es un hombre afortunado. Ella es hermosa. ―Kane
sonrió―.
Eres igualita a tu mama, ¿verdad, dulzura?
No
era ninguna sorpresa que Kane todavía fuera un seductor total.
―Todos
dicen que se parece a Nick.
―Entonces
no están mirando bien.
―¿Hablando
de Nick… dónde está él?
―Terminando
con el heno el campo del sur. ¿Por qué?
―Necesito
hablar con él.
Kane
se enderezó.
―¿Ahora?
¿No puedes esperar hasta esta noche cuando haya terminado?
―No.
Miley medio esperaba que Kane la enfrentara. Exigiéndole escuchar por qué estaba
interrumpiendo el día laboral de su hermano.
Pero
no lo hizo. Él sonrió abiertamente y le dio palmaditas a su sobrina debajo de la
barbilla.
―Me
imaginé que ese podría ser el caso. Cuando lo encuentres, dile que terminaré
mañana. Mamá me envió afuera a preguntarte si necesitaras ayuda para llevar
algo a la casa.
―Eso
sería genial. Hay una cuna portátil en el asiento trasero.
Después
que Miley dejó a Eliza con sus abuelos, se apoyó contra la puerta de su coche
y estudió el mapa que Kimi había dibujado.
Kane
pasó tranquilamente a su lado.
―¿Alguna
idea de dónde tienes que ir?
―Ni
una pista.
Él
se rió ahogadamente.
―Tira
ese mapa. Mamá es un poco exagerada. Es fácil encontrarlo. Haz ocho kilómetros
hacia el este por el camino de grava. Gira a la derecha en el primer cruce de
carretera. Tres kilómetros después a tu derecha, encontrarás un portón con
alambre de púas. Pasa por allí y sigue las huellas de llantas por la línea de
la cerca hasta que veas polvo y tractores.
―Muy
más fácil. ―Ella
le sonrió―.
Gracias.
Kane
gesticuló hacia el carro Subaru de Miley.
―¿Irás
en esto?
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Entrada 900, que Felicidad!
4 comentarios:
AHH LO AME LO AMEEE
AHH FELICIDADES AHHH MI VIDA FELICIDADES
AHH MAMACITA ME ENCANTO HAHHAA
siguela
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