—Es cierto.
—Pero Nick no tiene planes...
—Yo tengo otros planes, Damianos.
El hombre la miró preocupado.
—Supongo que ahora irá a decírselo a él—añadió Miley.
—No en un lugar público, señora. Perdóne¬me... ¿pero ha pensado bien lo que está hacien¬do?
Miley asintió.
—Se va a poner como loco.
Miley volvió a asentir.
Vio de reojo cómo Damianos se alejaba. Ese hombre llevaba cuidando de Nick desde hacía veinte años y Nick era como un hijo para él. Pero ella sabía que no se iba a meter en aque¬llo. Se haría el loco antes que añadir semejante insulto a la injuria mortal revelando su conoci¬miento de los planes de ella.
Markos y Samantha ya se habían levantado de la mesa.
Nick se acercó entonces a ella sonriendo y la abrazó.
Te he tenido olvidada- dijo dándola un beso en la frente.
Veinte minutos más tarde cuando sus invitados ya se habían marchado, Miley entró apresuradamente en la villa mientras buscaba las fotos en su bolso. Nick iba a solo un par de pasos tras ella.
Después de un momento de duda, Nick se quitó la chaqueta y se la echó al hombro.
-¿Dónde está todo el mundo?
Miley respiró profundamente antes de responder.
—Les he dado la tarde libre.
—Espero que sepas cocinar. Tengo hambre.
Miley agarró con fuerza el sobre con las fotos.
-Nick...
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