Átame a ti - capitulo- 67

Sin respuesta.

―Hay algo malvadamente sucio y retorcido acerca de hacer eso. Sería el primer hombre en tener esa parte de ti, ¿verdad?

Miley asintió con la cabeza.

nick se movió para que quedaran cara a cara.

―Entonces lo quiero. Voy a tomar eso,Miley, y tú vas a amar cada jodido minuto de dármelo. No esta noche. Pero pronto. Muy pronto. ―Sus labios le rozaron la mejilla―. Por ahora, te necesito otra vez. ―Sujetándole la cabeza con las manos, se introdujo dentro de ella en un solo deslizamiento suave.

―Oh. Sí.

La folló duro y rápido. Luego lento y suave. Besando su garganta, sus labios, saboreándose a sí mismo en su lengua. La llevó más alto y más alto, refrenando sus más oscuras necesidades de encontrarse con las de ella. Cuando ella se corrió, los dulces temblores secundarios lo arrastraron con ella, abrumándolo con algo semejante a una mezcla de emociones que él apenas podía mantener a raya.

Mientras el cuerpo de nick todavía pulsaba con placer, susurró:

―Miley. Cásate conmigo.

Ella mordió duro el lóbulo de su oreja y dijo:

―No.

―Tal vez debería mantenerte atada hasta que digas que sí.

―Eso no sería justo.

―¿Por qué no?

―Porque no puedo pensar correctamente cuando no puedo sentir los brazos o las piernas.

―Eso es porque toda tu atención está enfocada en cuán bien hago sentir a tu coño, que no es tan malo, por lo que llego a entender.

―Hombre arrogante.

―Ya sabías eso. ―Él se incorporó y se sorprendió al ver preocupación en sus ojos―. No te lastimé, ¿verdad?

―No.

―Entonces ¿Qué pasa?

―Me haces sentir cosas que nunca pensé que lo haría, nick. Cosas que son muy más espeluznantes que estar amarrada, inmovilizada y sometida a cada uno de tus antojos sexuales.

Nick sabía que esa confesión no había sido fácil de hacer para ella. En lugar de decir alguna cosa equivocada, no dijo nada mientras suavemente liberaba sus brazos. Respingó al ver la marca roja que le dejó la soga y desparramó besos sobre sus muñecas. Hizo lo mismo con sus tobillos.

Mientras la besaba y ella se derretía, se dio cuenta que había estado pidiéndole a Miley que se casara con él de manera equivocada. Por supuesto que ella seguiría diciendo que no, cuando estaba desnuda, empapada en sudor y bajando por la pendiente de un orgasmo. Este no es exactamente el momento especial que podrían compartir con sus nietos de cualquier manera. Por lo tanto nick esperaría y se lo preguntaría otra vez después de haber creado una escena romántica, algo que ella nunca olvidaría.

Cuando Miley aparcó en la carretera después del trabajo al día siguiente, se sorprendió de ver que nick estaba tumbado desgarbadamente en el tílburi de mimbre del porche delantero, con su sombrero de trabajo caído sobre sus ojos. Él no se movió cuando ella empezó a subir los escalones con Eliza en sus brazos.

―¿Nick? ¿Estás bien?

Él gruñó.

―Cansado. Me agotaste anoche, cariño.

Su cuerpo entero se encendió con puro calor al recordar las travesuras en su dormitorio. Nick atándola y exigiendo su entrega total. Su ataque sobre ella hasta que lloriqueó e imploró. Llevándola más allá del pensamiento racional donde nada existía excepto la concentración de él en el único propósito de deleitarla sexualmente.

Y qué enloquecedor deleite había sido.

Incluso después de que la había desatado y se habían ocupado de las necesidades de Eliza, él había estado tan dulce y tan… cariñoso. Arropando con su grande y caliente cuerpo el de ella mientras se quedaban dormidos. Algunas horas más tarde la había despertado para tener un salvaje momento con ella otra vez. Mientras yacían juntos haciendo cucharita, él le había levantado la parte superior de la pierna para colocarla sobre su cadera mientras entraba en ella desde atrás. La mano de nick abrochó las suyas, estirándole los brazos para que pudiera asirse de la cabecera de la cama y conseguir estabilidad mientras él la follaba firmemente. Su mano libre deambulaba, pellizcándole los pezones, acariciándole el clítoris, mientras lamía y besaba el lado de su cuello. Todavía le provocaba un delicioso cosquilleo al recordar los gruñidos masculinos que él había pronunciado contra su piel mientras se corría.

―¡Gaa!

Nick se quitó el sombrero y sus ojos se abrieron de golpe.

―¿Esa es Eliza pidiendo atención?

Sus brazos se agitaban incontrolablemente.

Él sonrió.

―Ven a darle a papi algo de dulzura.

Miley le pasó a Eliza y Nick la elevó para hacer una pedorreta en su redonda barriguita.

La bebé gritaba con deleite. Él le murmuró algo que provocó que sus piernas comenzaran a moverse.

―Realmente eres un padre maravilloso, Nick.

Sin quitar los ojos del rostro de Eliza, le dijo a Miley:

―¿Estás sorprendida?

―No. El año pasado cuando estábamos saliendo mencionaste los celos que sentías de todos sus primos que fueron teniendo bebés.

―¿Lo hice?

―Varias veces. Pensé que me estabas haciendo un verso dado que nunca había conocido a un hombre que admitiera que le importaban esa clase de cosas.

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Bueno hermanita Feliz cumpleaños!! espero que te la estés pasando mega bien y come mucho pastel yo te dejo este :D