Por suerte, cuando miley apareció y se la presentó a todos sin pizca de entusiasmo comprobó que Patsy no sabía quién era.
-¿Trabajas para nick? -le preguntó una mujer de treinta y tantos años a miley unos minutos después, como si fuera imposible que los uniera otro tipo de relación.
-Sí -contestó ella, molesta.
Llegaron otras cuatro personas y pasaron al comedor. Durante la cena, el orgullo hizo que miley solo mirase a nick cuando fue estrictamente necesario. Apenas comió. Empezó la cena enfadada y la terminó sorprendida. ¿Creía que iba a ejercer de anfitriona? No, pero tampoco aquello. El hacía como si ella no existiese.
-¿Con quién sales ahora? -le preguntó otra amiga a nick.
miley se quedó de piedra y lo miró a los ojos.
-Sigo buscando.
miley agarró el vaso de agua con manos temblorosas, se levantó de la mesa, la recorrió, llegó a nick y le tiró el contenido a la cara.
Él se levantó al instante y se pasó las manos por el pelo.
-¡Cuando encuentre a un hombre de verdad, te lo diré! -le espetó.
Se hizo un silencio sepulcral e incómodo.
-¡Bravo, miley! -exclamó la columnista riendo-. Nunca había ido a una cena tan divertida.
-Me alegro de que alguien tenga motivos para reírse -contestó ella alejándose hacia la escalera con lágrimas de rabia y furia en los ojos.
¿Aquel era el hombre del que había creído estar enamorada? ¿El padre de su hijo? ¿Y hacía como si no existiera? Se avergonzaba de ella. Estaba claro que le daba vergüenza decir que estaba con la ex novia de Joe Morgan. ¿Para qué la había invitado, entonces? ¿Cómo le iba a decir que estaba embarazada?
Ya se las apañaría, pero ahora lo importante era irse de allí. Lo malo era que le habían deshecho la maleta.
No entendía nada. ¿Por qué había cambiado nick tan rápidamente? Aquel no era el hombre que ella conocía.
De repente, recordó la fría despedida que le había dispensado aquella mañana en la empresa y comenzó a entender. Desde entonces, todo había ido de mal en peor. La había ido a buscar de mal humor y, tras la conversación del coche, estaba de un humor de perros. Quería dejarla. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?
Puso la maleta sobre la cama y comenzó a meter sus cosas recordando cómo habían hecho el amor aquella misma mañana. Sentía que se moría.
Cuando él entró en la habitación, estaba recogiendo descuidadamente las cosas que tenía en la mesilla.
-¿Qué quieres? -le preguntó sin mirarlo.
-¿Será que no me gusta que me tiren agua a la cara delante de mis amigos? -le espetó, aunque aquello no era lo que tenía planeado decirle-. A ellos tampoco les ha gustado. No son ni las doce y ya se han ido todos.
-¡Si hubiera tenido algo más grande y pesado a mano, el daño habría mucho mayor! -exclamó miley, furiosa.
-¿Sabes quién es la mujer que ha dicho eso?
2 comentarios:
buenisimooooooooo sube la prontis me encanta esta nove
ahh me encanto el capii geneall y sii sube prontoo
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