viernes, 27 de julio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 17


Miley solo gemía y buscaba acercarse más, como si fuera posible,
estaba completamente pegada a él. Los sonidos de succión se
mezclaban con sus jadeos y gemidos. Miley abrió sus ojos en su
nube de placer. Verlo mamar ruidosamente le quitó el resto de
cordura que le quedaba, si había tenido alguna desde el mismo
momento en que la había sentado en su regazo.
Nick bajó sus manos hacia el ruedo de su delgado vestido, y
comenzó un lento acariciar hacia arriba por sus delgados muslos,
subiendo más y más su vestido, rozando con su ásperos dedos su
pierna. Un rápido recorrido y tan lerdo a la vez. Nick desesperaba por
tenerla desnuda en sus brazos, sin nada que se interpusiera entre
ellos y allí estaba maldiciendo su suerte. 
La caricias, que sabía subían hacia dónde esperaba con desesperante 
ansia, los sonidos de succión de su boca y sus propios gemidos
llevaron a Miley a un estado de efervescencia que la cegó a todo lo 

que no fuera este enorme hombre asumiendo el total y completo
control de su cuerpo y sus sentidos 
Cuando los dedos de Nick llegaron hasta sus bragas Miley creyó
percibir el sonido del delicado encaje siendo rasgado. Y no le importó. 
Necesitaba sentirla, necesitaba poseerla. Nick dejó su enrojecido
pezón, miró su cara completamente absorta en su placer, manipuló
su cuerpo, la izó y la sentó a horcajadas sobre él. Sentada en su
regazo, con las piernas abiertas ante él. 
Miley solo fue consciente del calor de sus ojos, no de que ya no
tenía bragas, ni tampoco de que la pechera de su vestido estaba
completamente abierta bajo sus ojos. Sus senos se sentían pesados
bajo su mirada. Nick la rodeó con sus manos, sujetando su vestido,
levantándolo, pasando sus manos, grandes y fuertes por sus nalgas.
Manos que se detuvieron allí, la agarraron y la atrajeron
decididamente sobre su polla aún apretada bajo su bragueta.
Nick se tomó un segundo para mirarla. Su vestido estaba
desprendido, sus pezones se erguían descaradamente frente a él. Sus
piernas desnudas estaban abiertas casi completamente, sus propios
muslos, gruesos y fuertes la mantenían así. De repente bajó su vista
hacia su coño. Mojado, rosado, tan… tan mojado… una de sus manos
dejo la taza de su nalga y subió inconscientemente hacia él. Un dedo
avanzó y recorrió sus labios vaginales con todo el tiempo del mundo,
de adelante hacia atrás para luego volver y una vez más. Para luego
detenerse un segundo e introducirse en ella mientras la palma de su
mano esta vez ahuecaba el montículo de su sexo. Lo introdujo, hasta
el fondo, y lo sacó, para luego volver a hacerlo, una y otra vez hasta
que los gemidos de Miley lo trajeron a la realidad. Sacó el dedo,
mantuvo sus ojos en los suyos y lo llevó a su boca, delante de ella.
Mientras Miley lo miraba entre soñolienta y perdida, lo chupó.
Chupó el húmedo roció que su calor había provocado en ella.  

Miley jamás había visto a un hombre hacer esto, su corazón retomó
sus latidos, y el ruido y el ritmo fueron ensordecedores. Solo lo miró,
aguantando la respiración, solo consciente de su boca subiendo y
bajando sobre su dedo hasta dejarlo limpio. Miley dio un fuerte
respingo que fue nada más que un recordatorio de que debía seguir
respirando, Nick levantó su cabeza bajó su mano a sus costados y
volvió a posarla sobre sus nalgas, Miley se estremeció cuando sus
dedos húmedos mojaron las mejillas de su culo. 
—¡Libérame! —la voz de Nick era ronca, casi desconocida, oscura—¡libérame Miley! —le ordenó.
Miley lo miró y cuando comprendió lo que le pedía se dirigió al
botón, lo desprendió y luego abrió el cierre de su bragueta y lo bajó
—¡Sácala!
Miley metió sus pequeños dedos y atrapó la enorme verga que
pugnaba por liberarse, inmediatamente se irguió hasta casi su
ombligo. Miley miró la enorme cabeza rojiza, en su ojo una perla de
líquido parecía llamarla. Miley no se opuso, bajó su mano y un dedo
delicadamente tomó la gota y la llevó a sus labios, su sabor la
sorprendió. Tierra y océano. Jamás había sentido el sabor de un
hombre. Mientras su boca chupaba levantó sus ojos hacia Nick . 
Nick parecía incapaz de llevar aire a sus pulmones, así que la
levantó, la izó tomándola del culo. Las rodillas de Miley se apoyaron
en el asiento, y cuando Nick se dio cuenta, la soltó, tomó su polla con su mano, y la dirigió hacia el centro de Miley , colocándose en su entrada miró a Miley y le dijo:
—Tómame —Su voz fue un viento oscuro, salvaje, indomable que
arrastró a Miley a un viaje sin retorno. 


5 comentarios:

melina dijo...

estas loca mujerr siguela yaaa ahhh

melina dijo...

estas loca mujerr siguela yaaa ahhh

wapoxsiempre dijo...

ohh baby tu me quieres calentar o que dime

wapoxsiempre dijo...

siguela pronto

Anónimo dijo...

hermos waoo