viernes, 27 de julio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 24


—¿Eyaculado? Pero… eso hacen los hombres… nosotras…
—Ustedes también, ratoncito, no es común pero lo hacen. Eres
increíble ¿lo sabes? Completamente increíble. Ven aquí. 
Nick se puso de pie, la alzó y se dirigió con ella al baño. La
depósito en la alfombra sobre el suelo, y abrió la ducha de agua
caliente. Y comenzó a desnudarla. Levantó su vestido y lo sacó por su
cabeza. Ella estaba desnuda debajo de él, así que lo tiró hacia un
costado y la miró. 
Miley se veía algo desorientada, aún no podía entender que le había
pasado pero su cuerpo aún temblaba. Nunca había tenido ni dado
sexo oral a nadie. Dios, acababa de dar sexo oral, ¡ella había hecho
algo que jamás en sus más locas fantasías había pensado realizar. Si
el sexo no le gustaba, el sexo oral sobrepasaba su más loca
imaginación de algo horriblemente asqueroso. ¡Y él había eyaculado!
¡En su boca! Para que alguien jamás pensó siquiera en hacerlo, lo
habría…
—¿Lo hice bien? —le preguntó a  Nick  , sin siquiera pensar en lo que le
estaba preguntando. El tono de su voz reflejaba la misma languidez
post coito que la había llevado a quedarse dormida en la camioneta.
Nick solo la levantó, la besó profundamente en la boca mientras la
metía en la ducha.  
—Si lo haces mejor, vas a matarme. 
La sonrisa de  Miley , le dijo que había sido la respuesta perfecta.  

—¿Crees que podrás sostenerte bajo la ducha unos segundos
mientras me desvisto? —le preguntó sosteniéndola alejada del agua
que ya había comenzado a llenar el baño con su vapor.
—¿Desvestirte? —de repente su voz ya no parecía tan adormilada.
—No creo que sea una buena idea meterme a la ducha con ropa. —
dijo eso y se miró a sí mismo. Su polla semierguida sobresalía de
entre su bragueta abierta. 
Los ojos de  Miley  se abrieron enormes. Jamás había visto a un
hombre desnudo, al menos con ese magnífico cuerpo, y en su propia
ducha. Antes de decir una sola palabra más,  Nick  se había quitado la
camisa de traje que llevaba y bajado los pantalones. No usa ropa
interior. Los ojos de  Miley  se abrieron aún más grandes, mientras lo
veía deshacerse de lo que tenía puesto y meterse a la ducha con ella,
se le acercó y la abrazó.
—Ven aquí ratoncito habilidoso, vamos bañarte antes de que te
duermas parada.
¿Dormirse? Ella no se dormiría, no si podía recrear su vista de esa
manera. Estaba magníficamente construido. Y si una chica tiene ante
sí, un espécimen altamente dotado, de hombros anchos, una cintura
delgada, con un increíblemente grueso y largo pene, muslos con
músculos altamente definidos, todo recubierto por un magnífico tono
dorado y el negro cabello rozando sus hombros solo puede pensar en
tomar el jabón y dedicarse a una tarea en la que se supone la mujer
tiene un doctorado natural: lavar.
Eso hizo  Miley , comenzó a pasar el jabón en suaves círculos,
primero fue su pecho, una lenta enjabonada que se extendió de ese
abdomen completamente marcado a su espalda, sus amplios bíceps,
y luego volver al frente, cuando comenzó a bajar sobre sus rodillas, el
Señor Prepotente decidió detenerla. ¿Por qué haría algo así? 

Nick la tenía muy clara, ésta era una inmejorable oportunidad de
averiguar algunas cosas así que le quitó el jabón de las manos, y
comenzó una lenta exploración de su cuerpo, cuando no quedó nada
de él sin lavar, dirigió sus manos entre sus piernas, sus dedos,
grandes y callosos se introdujeron entre sus labios vaginales,
suavemente, lavando cada pliegue en ellos, para luego meter un
dedo dentro de ella, su gemido le indicó que era una buena decisión,
así que se arrodilló, puso su propia espalda bajo el agua que caía de
la ducha y se enfocó con todos sus sentidos en lamer y morder.
Alternativamente. Su clítoris, su boca y su lengua establecieron un
ritmo y se atuvieron a él: una lenta recorrida por su raya, chupando,
reuniendo sus jugos y recolectándolos para luego sorberlos,
pellizcarla con sus labios y después subir hasta su hinchado clítoris,
para detenerse allí, alternando chupadas y pequeños mordiscos que
la tuvieron jadeando y corriéndose en cuestión de segundos. Un
fuerte orgasmo que casi la derriba sobre la bañera. Solo sus fuertes
brazos la detuvieron. Así que se puso de pie, cerró la ducha, tomó
uno de los blancos toallones colgados, la rodeó con él y la sacó
alzada. Luego se sentó con ella en el inodoro y la secó. Secó su pelo,
apretando, escurriendo el agua, para tomar una toalla y refregar su
cuero cabelludo con fuerza.  Miley no volvió a abrir la boca, parecía
una muñeca dormida entre sus brazos. Cuando la tuvo
completamente seca, se levantó con ella en brazos la llevó hacia la
cama. Con una mano abrió las sábanas y la metió en ella. La tapó,
arropándola como a una niña. Besó su frente y se dirigió nuevamente
al baño.
Tenía que secarse, vestirse y hacer algunas averiguaciones. 











3 comentarios:

melina dijo...

ahh siguela siguela

Anónimo dijo...

ahhh hermoso el capituloooo

wapoxsiempre dijo...

estas loca sino la sigues