viernes, 27 de julio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 23


Miley caminó dos pasos hacia él y se arrodilló frente su bragueta.







Su polla se erguía en un tamaño imposible, llegando hasta su
ombligo. 
—¡Tómala! _le dijo en un tono mezcla de suplica, orden y ruego.
Desde la primera vez que había visto esa foto había soñado con ella,
tal cual estaba, arrodillada frente a él, con su polla entre las manos y
a breves centímetros de su boca. Así que espero. Jamás había puesto
tanta energía en una palabra como en su “Tómala” y por primera vez
con  Miley  , sintió que hacía efecto,
Miley lo miró hacia arriba, estiró su mano hasta su pene y lo bajó
desde su ombligo para ponerlo frente a su boca. Apenas lo tocó lo
sintió corcovear con inusitada fuerza y se le soltó. Así que regresó
nuevamente su mano y lo tomó, ayudándose con la otra. En cuanto
ambas manos la sostuvieron, sintió que  Nick  gemía, y lo miró. 
Nick había cerrado sus ojos y erguía su cabeza, completamente
inmóvil. Como si esperara, como si estuviera esperándola.
Miley bajó la vista a su polla y vio en su punta una gota de
nacarado semen, así que aceptó su invitación y acercó su boca, la
abrió, grande, muy grande, pues esa era la única forma que podría
meter la cabeza del pene en ella, y lo sorbió. Su sabor oscuramente
salado, la sobrecogió. Su firme chupada hizo a  Nick  gemir
nuevamente y moverse hacia ella. Sus grandes manos la tomaron de
su cabeza. Por un segundo  Miley  pensó que  Nick  la retiraría pero
no fue así. 
Nick sostuvo su cabeza entre sus manos, y comenzó a dirigirla. 
Un ritmo lento, muy lento.
—Chupa, ratoncito, chupa. —decía entre gemidos.  

Y eso hizo.
Era imposible que toda esa carne entrara en su boca así que mantuvo
sus dos manos, aferrándola, sosteniéndola firme, mientras su boca
chupaba, con toda la fuerza que era capaz, lo que podía de ella.
Los gemidos fuertes y ásperos de  Nick  , la fuerza casi incontenida de
sus manos sobre su cabeza, llevaron a  Miley  a levantar sus ojos
hacia su rostro.  Nick  la estaba mirando, sus ojos se veían…
brillantes… Si. Brillaban… Pero sus ojos se cerraron, y lo único que
Miley pudo hacer, fue acoplarse al ritmo cada vez más fuerte de
Nick . Por un segundo temió ahogarse, pensó que no podría alcanzar
y seguir el ritmo impuesto, pero de pronto un violento chorro de
semen salió de su miembro, y ella tragó, tragó y tragó, una y otra
vez, hasta que nada más salió de él.
Mientras su corazón corría a una velocidad ensordecedora,  Miley vio
los brillantes ojos de  Nick   abrirse mientras todo su cuerpo parecía
convulsionar. Y ella se corrió, con fuerza, sus jugos inundaron su
coño desnudo, fluyeron con tanta fuerza como  Nick  había eyaculado
en su boca. Por un segundo su rostro reflejó su duda, ¿Dios es que se
había orinado? 
Su duda llegó al embotado cerebro de  Nick  , que se agachó hacia ella,
abrazándola, buscando su rostro.
—¿Qué pasa ratoncito? ¿Te asusté?
Miley , lo miró, se sentía avergonzada.
—No lo sé—. Miró hacia abajo, entre sus piernas.
Nick la miró, no sabía que le pasaba pero si que algo le preocupaba. 
—¿Qué pasa, ratoncito, dímelo? 
 —¿Me… me hice pi? 
  Nick  miró hacia abajo entre sus piernas, y vio deslizarse entre 
ellas los jugos de su corrida. Una lenta sonrisa se dibujó en su cara
con la comprensión. 

—No ratoncito, sólo has eyaculado _dijo  Nick  con la voz
entrecortada, mezcla del violento orgasmo y el increíble
reconocimiento de lo que en verdad había pasado.
La satisfacción de su cuerpo se unió a la satisfacción de su mente al
comprender que ella había eyaculado solo dándole placer. Sabía que
su boca sería su gloria.









5 comentarios:

melina dijo...

ohhhhhhh ohh gemii

melina dijo...

ohhhhhhh ohh gemii

Anónimo dijo...

hermoso caliente

melina dijo...

pervertido

wapoxsiempre dijo...

sin comentarios hermoso