No había ningún cliente en la tienda, Bel
estaba limpiando el polvo de las estanterías mientras canturreaba. Entonces se
dio la vuelta y vio a su socia.
-¿Qué te ha pasado?
Rob se puso rígida, como un gato intentando
defenderse.
-Nada... no me ha pasado nada.
-¿Qué te has hecho en el pelo? ¡Dios, nunca me
había dado cuenta de que lo tuvieras tan largo!
-Me dolía mucho la cabeza... me duele mucho la
cabeza -se corrigió con torpeza-. Lo siento, debería haberte llamado para
avisarte de que iba a tardar tanto.
-No te preocupes y vete a casa ahora mismo,
tienes un aspecto horrible -le dijo Bel tajantemente.
Aliviada por el consejo de su amiga, salió de
la tienda y se dirigió hacia la vieja granja que sus padres compraron y
reformaron cuando ella era solo una niña. Al llegar allí, el olor del barniz
del porche y el sonido del antiguo reloj de pie la envolvieron y le hicieron
sentirse mejor.Lucas salió corriendo de la cocina para recibirla.
-¡Mamá! -dijo alegremente.
Rob se agachó y tomó a su hijo en brazos.
Lo abrazó con tanta fuerza, que el niño protestó. Aflojó los brazos rápidamente
y lo besó para disculparse. De pronto sentía un amor irreprimible, pero, por
primera vez, detrás de ese amor había una punzada de miedo e inseguridad.Era un
niño precioso. La combinación de pelo castaño, ojos marrones brillantes y piel
dorada era del todo inusual. Pero de pronto Lucas había dejado de ser solo
suyo; también era el hijo de un hombre muy rico que quería compartirlo. ¿Hasta
qué punto querría compartirlo?
Su madre salió también de la cocina.
-¿Te vas a tomar el resto de la tarde libre?
-preguntó y luego frunció el ceño en un gesto de desaprobación-. Cariño, ¿qué
te has hecho en el pelo?
-He perdido el lazo.
Davina
Jennings era una mujer bajita y regordeta de pelo corto y canoso, siempre muy
activa y animada.
-Deberías
tomarte tiempo libre más a menudo. Cariño, pareces muy cansada.
-¿De verdad? -preguntó mirando hacia otro lado.
Hablaría con sus padres esa misma noche después de la cena,
cuanto antes mejor; Nick podría presentarse en la casa en cualquier
momento. Quizás su forma de reaccionar contra Nick no hubiera sido
demasiado inteligente. Lo cierto era que le había hecho sentirse mejor, pero
desde luego también habría aumentado la hostilidad de Nick hacia ella. Al
fin y al cabo, él no tenía la culpa de que ella fuera su amante. Ella era una
mujer adulta, capaz de tomar sus propias decisiones.
-Bueno, Como ya estás en casa, creo que me voy a pasar por la
iglesia a asegurarme de que todo está en orden para la actuación de la coral de
esta noche -la informó su madre-. Ya sé que Janet Markham dijo que se
encargaría de todo, pero a veces las más jóvenes del comité no son del todo fiables.
Rob sabía que su madre estaría fuera toda la tarde. A
Davina le encantaba estar ocupada. Subió a su dormitorio a cambiarse
mientras Lucas jugaba con un camión de juguete que hacía un ruido
tremendo. Cuando se hubo puesto un jersey y una falda vaquera muy cómoda, salió
al jardín con el niño.
Hacía una tarde muy agradable, pero no conseguía sentirse tan
tranquila Como solía hacerlo siempre que estaba en el jardín. Se preguntaba qué
sería lo próximo que haría Nick y pensó que lo único que estaba haciendo
ella era sentarse a esperar. Culpable ante tanta pasividad, fue a la cocina a
llamar por teléfono. Pensó que lo más lógico era intentar concertar una cita
con él para así poder hablar. Lo que menos deseaba es que se presentara allí
sin avisar...
El recepcionista del hotel parecía no saber si Nick Uckermann estaba allí alojado o no. Aun así, le pidió su nombre y
dirección antes de darle tan privilegiada información. Exasperada, Miley decidió dejarle un mensaje.
-Dígale por favor que Destiny desearía verlo. Estaré...
estaré en el parque a las cuatro -le dictó el mensaje con frialdad y colgó
inmediatamente.
No quería dar su verdadero nombre si no era totalmente
necesario. Le permitiría ver a Lucas y que averiguara lo que quisiera.
Tenía que tener cuidado porque era un hombre rico y poderoso que ya sentía
bastante hostilidad hacia ella, así es que sería una tontería llevarle la
contraria sin tener una buena razón.
Una hora después, Miley estaba llegando al parque. Allí
no había ninguna limusina, por lo que dedujo que Nick todavía no había
llegado. Llevando a Lucas de la mano, se dirigió hacia la zona donde
estaban los columpios y el lago, siguiendo el camino que atravesaba las
explanadas llenas de flores. El corazón le latía de tal modo que parecía que se
le iba a salir del pecho.
De pronto vio a un hombre con un traje oscuro hablando por
teléfono. Se puso muy nerviosa al percatarse de que estaba en un lugar muy
solitario, a una hora en la que lo más probable era que aquello estuviera
desierto. El hombre se quedó callado al cruzarse con ella.Lucas se soltó de su
mano y corrió hacia los columpios donde estaba el tobogán que tanto le gustaba.
-¡Mira, mamá! -gritó sin aliento al llegar, estaba radiante de
satisfacción.
Fue en ese preciso instante cuando llegó Nick , venía paseando
por el mismo camino que ella acababa de recorrer. Algo muy parecido a la
emoción recorrió el cuerpo de Rob y la dejó inmóvil. El hombre del
teléfono estaba hablando con él, pero Nick le hizo un gesto para que se
callara porque tenía toda su atención puesta en el pequeño que se encontraba en
lo alto del tobogán, agarrándose bien con sus pequeñas manos.
Mientras tanto Miley no podía apartar la mirada de Nick.
Vio cómo respiraba hondo y movía la cabeza en un gesto que casi denotaba vulnerabilidad.
Observaba a Lucas con tal intensidad y dulzura que hizo que Miley se
estremeciera.«¿Alguna vez me miró a mí del mismo modo?», pensó ella en un
momento de debilidad. Nunca habría creído
que Nick Uckermann pudiera sentir tanta emoción como la que
estaba demostrando. Sus ojos intensos y fieros brillaban con enorme fuerza y no
paraba de mover las manos con inquietud, como si no supiera qué hacer con su
cuerpo.
Lucas gritaba de alegría mientras se deslizaba por el
tobogán una y otra vez completamente ajeno a los adultos que lo observaban.
-Es castaño ... -dijo Nick en voz muy baja pero sin mirarla
ni un instante-. Por alguna razón nunca me lo había imaginado Castaño.
Miley tenía un nudo en la garganta.
-Pero tiene los ojos y las cejas muy oscuros, y la piel siempre
bronceada -señaló algo inquieta-. Y es muy alto para su edad, eso obviamente no
lo ha heredado de mí.
-Es increíble -afirmó con marcado acento extranjero, mucho más
marcado de lo que le había parecido por la mañana.
Hacía solo doce horas, pero en ese corto espacio de
tiempo nick Uckermann había cambiado su vida.
De repente giró la cabeza buscando los ojos de Miley .
-Me he perdido dos años y medio de la vida de mi hijo. Eso me lo
debes... -murmuró con agresividad.
Miley se quedó pálida.
-Yo no lo sabía... no me acuerdo.
-Pero sí lo sabías cuando desapareciste -le recordó él
sombríamente-. Ahora ve y trae a Diego para que sepa quién soy.
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Un mini maraton dedicado a Camy aqui esta
5 comentarios:
POR WAAAAFFF AHH ME ENCANTOO
AH ME ENCANTOO HERMOSOO
que que porque la dejastes ahii dime dimeee
te quiero lokilla ahhh lucas miley nick ahhh todo el dilema ya me enredaron
por cierto nos vemos en el tec te amo peque
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