Miley sintió como si estuviera fuera de sí misma. Era como si aquel beso se hubiera convertido en un alien dentro de su cuerpo. Se sentía provocativa, feliz y tan tentadora como Cleopatra. Tantos años reprimiendo estoicamente sus deseos, viendo pasar la vida, controlando los anhelos y sueños que poblaban su fecunda imaginación, escondiéndolos tras una fachada de persona práctica... y por fin podían volar libres. Nick era su fantasía hecha realidad.
-A mí también -consiguió decir.
Él empezó a desabrochar el abrigo y luego se detuvo, con un brillo de confusión en los ojos. No sabía cómo habían llegado a esa situación, pero no estaba preparado para detenerse.
-Nos hemos vuelto locos...
Miley se agarró a las solapas de su chaqueta.
-Calla... no lo estropees.
Nick la tumbó de espaldas y desabrochó el abrigo del todo.
-Dime cuándo debo parar...
Sin intención alguna de detenerlo, miley temblaba disfrutando de sus caricias. Durante veintiocho años había sido buena y, por una vez, durante una noche, iba a ser mala y, además, iba a disfrutar.
Nick le desabrochó el sujetador y dejó escapar una especie de rugido al ver sus blancos pechos a la luz de la hoguera.
-Tienes un cuerpo increíble.
Ella lo miró, con una mezcla de vergüenza y deseo, para ver si le estaba tomando el pelo. No, en sus ojos de color ámbar envejecido veía sinceridad. Con reverencia, él empezó a jugar con sus delicados pezones, que ya habían empezado a endurecerse. Por dentro, miley sentía que se estaba quemando. En unos segundos, el mundo entero se había centrado en aquel hombre y en lo que le estaba haciendo.
Él empezó a acariciar sus pezones con la lengua y el escalofrío interior se hizo tan poderoso, que miley no podía estarse quieta. Su piel era increíblemente sensible y la humedad entre sus piernas la avergonzaba y la excitaba al mismo tiempo.
-nick... -murmuró su nombre, hasta que él la tocó donde quería que la tocase.
La sensación fue electrizante y la llevó a un sitio en el que nunca había estado, donde lo único que importaba eran sus caricias y el deseo que nacía con ellas. miley se movió, se envolvió en él, perdida en el olor de su piel, de su pelo, en la dureza de su cuerpo masculino.
-No puedo esperar... -le confesó nick, la pasión rompiendo las barreras de su poderoso control, excitado como no lo había estado nunca.
Con un gemido ronco, se enterró en su húmeda cueva y... se encontró con una inesperada resistencia.
-¿Eres virgen? -murmuró, atónito.
-No te pares... -dijo ella, enredando los brazos alrededor de su cuello.
nick se movía con un ritmo frenético, tan primitivo como las sensaciones que experimentaba. La excitación la llevó al éxtasis, a un sitio donde sólo importaba el placer. Después, se sintió asombrosamente feliz, emocionada.
Él la miró un momento y luego volvió a abrochar el abrigo, besando su frente.
-Eres muy dulce... pero deberías haberme dicho que era el primero.
-Eso es asunto mío -murmuró miley, enterrando la cara en su pecho.
-Pero ahora es asunto mío también -insistió nick, levantando su barbilla con un dedo para mirarla a los ojos-. Creo que, en un futuro muy cercano, decidirás mudarte a Londres. Y yo seré tu amante.
-¿Por qué? -preguntó miley, aunque no podía disimular su alegría.
Él sonrió, seguro de sí mismo.
-Porque te lo pediré y tú no podrás resistirte.
Con el corazón latiendo como una pelota de goma dentro de su pecho, miley sonrió. En sus ojos había un brillo de calidez, de generosidad, el rasgo más importante de su carácter.
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es un poco corto pero mañana subee el otro capitulo pronto comensara lo mero interesante
2 comentarios:
muy linda tu nove!!!! me encanta}o el capi...
re lindo!! espero el proximo♥
me encanto jeje sube pronto jeje y mas vale que no tardes eee jeje aaa se me olvidaba me encantaria que me hagas publicidad del blog como dijiste en una entrada pero si puedes jeje sino no pasa nada!
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