Su amiga asomó la cabeza en el pasillo.
-Sabía que estarías por ahí -dijo nick.
-Es mi casa, ¿recuerdas? -replicó ella, irónica.
-miley y yo vamos a salir...
-No, tú y yo no vamos a ninguna parte. Me disponía a tomar el tren...
-Yo debería estar en Atenas.
-Pues peor para ti. No pienso ir a ningún sitio contigo -replicó miley.
-Muy bien, entonces nos quedaremos aquí. Y no tendrás que decir nada, hablaré yo. Me gusta que la gente me escuche.
-¿No me digas? -intervino mandy, con poca disimulacion.
nick soltó una carcajada.
-Muy buena.
Eso era lo que representaba ella para nicolas jonas, pensó miley: una broma, algo de lo que podía reírse.
-No quiero verte ni escucharte -dijo entonces, furiosa, dándole con la puerta en las narices.
-¡No me lo puedo creer! -exclamó mandy-. ¡Pero si era el amor de tu vida!
-Debería haber hecho eso hace mucho tiempo. Además, creo que debo empezar a cultivar el buen gusto, hasta ahora lo he tenido atrofiado -suspiró miley, entrando en su dormitorio.
Le dolía el corazón a pesar de todo. Por primera vez, estaba aprendiendo a decirle que no a nick y, sin embargo, le dolía. Iba en contra de su naturaleza ser desagradable. Y más con una persona a la que había amado tanto.
Cuatro horas después, salía de un taxi con la llave de la pintoresca casa de los Fitzsimmons y los Campbell en la mano. Cubierta por un alto muro de aligustre, no era precisamente una «casita de campo». Una casa con una docena de dormitorios podría muy bien ser considerada una mansión.
Una vez en el encantador dormitorio que había elegido, miley miró por la ventana el jardín y el riachuelo que serpenteaba al fondo. El silencio y la paz eran maravillosos. El viaje en tren había sido agotador y se le cerraban los ojos...
«Estar embarazada puede ser extenuante para algunas mujeres», le había dicho el ginecólogo. «Tiene que descansar todo lo que pueda».
Llevaba semanas sin pegar ojo. Los recuerdos, las preocupaciones, daban vueltas y vueltas en su cabeza y no la dejaban dormir. Después de quitarse la ropa, miley se puso un camisón blanco y cayó sobre la cama, exhausta.
Despertó más fresca a la mañana siguiente y, al ver los rayos del sol colándose por las cortinas, se sintió un poco mejor. Hacía un día precioso.
Se puso un ligero vestido sin mangas, intentando meter la panza... sin éxito y, finalmente, bajó a la cocina a desayunar. Por primera vez en varios días, tenía apetito.
Afortunadamente, mandy debía de haber llamado a la señora que se encargaba de la casa, porque en la nevera había comida más que suficiente.
Miley tomó un par de tostadas con mermelada en la terraza que daba al jardín. Y cinco aceitunas. Tenía tantas decisiones que tomar... pero su amiga había acertado sobre una cosa: iba a tener a su hijo pasara lo que pasara. Además, contaba con el cheque que le había dado su hermano.
Aunque no sabía qué hacer con ese dinero. Quizá, en sus circunstancias, invertirlo en una propiedad inmobiliaria sería lo más sensato.
Los planes de abrir su propio negocio tendrían que esperar un tiempo. Muchos negocios fracasaban y el mundo de la moda era muy cambiante. Cuidar de su hijo era la prioridad en aquel momento. Además, abrir un negocio, contratar empleados y tomar decisiones importantes cuando tendría que cuidar a su hijo sin ayuda alguna le parecía una temeridad.
joe llegó cuando estaba diseñando un bolso nuevo, algo que siempre encontraba relajante. Concentrada en lo que hacía, no oyó el coche y, cuando levantó la mirada, vio a joe observándola desde una esquina de la casa.
miley se levantó, incómoda. Con el pelo un poco despeinado y sus brillantes ojos, parecía un crío. Aunque besaba muy bien, debía admitir. Pero no se le aceleraba el corazón cuando estaba a su lado y la emoción, la excitación sin límites que había sentido con nick no existían cuando estaba con joe.
-No tenías que venir hasta aquí para verme.
-Yo creo que sí -suspiró él, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón-. Deberías haber sido tú quien me diera la noticia de tu embarazo.
-mandy no debería haberte dicho nada -suspiró miley.
-Me ha hecho sentir que no hay sitio para mí en tu vida -dijo joe entonces-. No voy a decir que esto no me haya sorprendido, pero de todas formas quiero que sigamos siendo amigos.
Los ojos de miley se llenaron de lágrimas.
-Perdona, es que últimamente me emociono por todo -dijo, sonriendo.
joe le pasó un brazo por los hombros, pero no la atrajo hacia sí como habría hecho unos días antes.
-Supongo que también para ti ha debido de ser una sorpresa. Además, mandy me ha contado que nick y tú habéis tenido una discusión tremenda. Es culpa mía...
-¿Cómo va a ser culpa tuya?
-Debería haberle explicado que no estábamos juntos, pero quería tener una oportunidad contigo y, si se lo hubiera dicho, no habría podido con el magnate griego. Así que me aproveché, lo admito -suspiró joe-. Pero me niego a seguir haciéndolo ahora que estás esperando un hijo suyo. Eso hay que solucionarlo.
joe la invitó a comer en el pub del pueblo. Su inesperado sentido común la había dejado boquiabierta. Su propio comportamiento le parecía entonces menos sensato. Le había dado a nick con la puerta en las narices y se lo merecía, desde luego. Pero quizá debería darle una nueva oportunidad... por el niño, naturalmente; al fin y al cabo, iban a tener un hijo y ésa era una gran responsabilidad. El malentendido no era culpa de nadie y debía intentar que nick aceptase la verdad.
3 comentarios:
me encantooo!! pobre Joe se siente culpable oooo jejeje sube pronto!!
Adore el Qap!!*
</3 Nick ez un TaraDo
en la nove
Hahahaa
Ezpro el proximo!!*
xD
Me encanto
por fas siguela!!
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