Una combinación de deseo sexual y fiero resentimiento brilló en sus ojos. Si la tumbaba en la cama, ¿le diría que no? Nunca le había dicho que no, ni siquiera en los peores momentos.
-Sólo quiero saber cómo te va -dijo miley entonces, pensando en la rubia de la fotografía. Luego contuvo el aliento, temiendo que nick hubiera notado que su vientre no era tan plano como antes. No sólo le habían crecido el pecho y las caderas; había comido más de lo habitual para poder soportar la depresión y el sobrepeso empezaba a notarse en su vientre.
-Sólo tengo una razón para estar aquí. No podía ponerme en contacto contigo de otra forma -dijo nick, impaciente-. ¿Qué ha sido de tu móvil?
-Se rompió.
-El número de este apartamento no está en la guía.
-¿Por qué querías ponerte en contacto conmigo? -preguntó ella.
-Tu hermano ha dejado varios mensajes en el contestador. Creo que llegará a Londres la semana que viene... Te ha llamado al móvil y, como no podía ponerse en contacto contigo, estaba preocupado.
-¿logan? -murmuró miley, atónita. nick sólo había ido a verla para darle esa información. Su visita no era por razones personales. Pero no imaginaba para qué querría su hermano ponerse en contacto con ella. Su relación se limitaba a una tarjeta de Navidad y alguna llamada en su cumpleaños... Si logan pensaba ir a Londres, sería algún viaje de negocios, pensó.
-La línea del ático ha sido desconectada, por eso he venido.
-¿Por qué la has desconectado?
-El apartamento está en venta.
En venta. Ése era el punto final. Aquel ático había sido su hogar durante dos años y, para ella, seguía teniendo recuerdos preciosos. Sólo ahora se veía obligada a reconocer que había tenido secretas esperanzas de volver allí...
-¿Ya no lo necesitas?
nick se encogió de hombros. miley se dio cuenta de que estaba mirando fijamente sus labios y cuando, nerviosa, se pasó la lengua por ellos, él dio un paso adelante y la tomó del brazo con un movimiento que la dejó sin aire.
-No te rebajes intentando excitarme -le espetó, con los dientes apretados.
-¿Crees que yo...?
-Es una pérdida de tiempo. No siento nada por ti.
-¡No estaba intentado excitarte! -exclamó miley, tan dolida que decidió no darle una nueva oportunidad de humillarla-. Es ridículo acusarme de eso. Eres el último hombre del mundo al que querría excitar. Tienes suerte de que me haya rebajado a hablar contigo.
nick levantó su arrogante cabeza y soltó una carcajada que la sacó de quicio. Por primera vez en su vida, miley deseó golpearlo.
-¿Ah, sí?
-Nunca perdonaré tus insultos. Me has tratado como si fueras un juez, sin tener ningún derecho a serlo. Me dejaste por algo que no había hecho... La noche de la fiesta apenas conocía a joe Campbell, pero te negaste a escucharme. Cuando joe descubrió lo que había pasado, dijo que estaba dispuesto a hablar contigo...
-Ah, ya veo. Ahora desearía no haber puesto sus manos sobre mi propiedad...
-¡Yo no soy propiedad tuya! ¿En qué clase de mundo vives, nick jonas? -le espetó ella-. ¡Vete de aquí ahora mismo!
joe se había ofrecido a hablar con él, pero mileyhabía decidido que involucrarle en sus problemas sería injusto y, además, no serviría de nada. nick creía la versión de su hermana y no querría escuchar nada más.
-Encantado -dijo él.
Pero cuando iba a abrir la puerta, joe Campbell apareció en la habitación.
-¿Estás bien, miley? -preguntó el joven, sin molestarse en mirar a nick.
Ella tenía los ojos llenos de lágrimas, pero se negaba a llorar. Ya había llorado más que suficiente, pensó.
Más bajito, rubio y con unos vaqueros de diseño, joe parecía un niño al lado del magnate griego, pero la sincera preocupación que había en sus ojos calentó su corazón.
nick la miró, despreciativo, como si la mera presencia de joe Campbell fuera una ofensa.
-Te odio, nicolas jonas-dijo Roberta entonces-. Nunca le había dicho esto a nadie... nunca había odiado a nadie en toda mi vida. Pero lo que me has hecho no tiene perdón.
-Déjala en paz -dijo joe.
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