sábado, 19 de febrero de 2011

~Soy Tu Amante???~capitulo 11

Riendo, nick se volvió hacia miley como si fuera a presentarle a su hermana, pero en ese momento un hombre se dirigió a él en griego.
-Perdonad un momento -se disculpó, impaciente.
-Hola, selena, yo soy miley -se presentó ella, ofreciéndole su mano-. Estaba deseando conocerte.
Con una sonrisa cínica en los labios, selena contestó con desprecio:
-Eres la pu*ta de mi hermano. ¿Por qué iba yo a querer conocerte?
Cuando se alejó, sin perder la sonrisa, miley intentó esconder su asombro. Y su horror. Con la cara ardiendo, intentó contener las ganas de llorar. Que la hermana de nick, una mujer a la que ni siquiera conocía, la hubiese atacado de esa forma la dejaba helada. Pero se dijo a sí misma que no debía pensar en la barbaridad que le había dicho. Le hacía muchísima ilusión acudir a esa fiesta y nick quería tanto a su hermana... No podía contarle lo que acababa de pasar. Si lo hacía, crearía un problema entre ellos.
Al otro lado de la sala, un hombre con el pelo negro y facciones angelicales, en contraste con unos ojos vidriosos, levantó la mano para saludarla. Agradeciendo ver una cara conocida en un mar de extraños, miley sonrió.
-¿Sabes quién es? -le preguntó nick.
-joe Campbell... es primo de mandy-contestó ella, intentando olvidar el insulto de selena.
nick fulminó al joven con la mirada. Campbell tenía fama de organizar fiestas salvajes y de ser un mujeriego. Le sorprendía que miley lo conociese.
-No quiero que hables con él.
Ella lo miró, incrédula. ¿Desde cuándo nick le hablaba como si sus palabras fueran órdenes que debían ser obedecidas de inmediato?
-Y eso significa que, a partir de ahora, no lo conoces.
-¿Qué?
¿Cómo no iba a saludar a joe? Si no lo hacía, ofendería a su mejor amiga. Y, además de otras consideraciones, sería completamente ridículo. Aunque apenas se conocían, se habían visto varias veces en casa de mandy.
Una mujer cubierta de diamantes se acercó para hablar con nick en ese momento. Sin mirarla a ella siquiera, fue la primera en una larga procesión de gente que se acercaba para hablar con él. En comparación, miley se sentía tan interesante como una silla y no le habría sorprendido que le colocasen abrigos encima.
Con la autoestima destrozada, se alejó un poco del grupo. Desde aquel puerto seguro, podía ver al contingente femenino rodeándolo como si fuera una estrella de cine. Los hombres lo escuchaban con admiración, deseando saber su opinión sobre cualquier tema, las mujeres coqueteaban descaradamente con él.
«La pu*ta de mi hermano». Aquel insulto terrible tuvo el mismo efecto que un hacha manejada por un loco.
Una pu*ta era una mujer promiscua, una mujer que recibía dinero a cambio de sexo. Una mujer que se esforzaba por complacer sexualmente a los hombres. ¿Podría describirse a sí misma en esos términos?
nick no le daba dinero, pero vivía en un apartamento digno de una princesa, decorado lujosamente por profesionales, con cuadros fantásticos y muebles de diseño. Aunque trabajase cien años, no podría pagar algo así con su dinero. Pero ella no era promiscua. Cuando conoció a nick, era virgen. Sólo se había acostado con él. Él le había enseñado todo lo que sabía... pero nick siendo nick o exigía perfección en todos los campos y se había ocupado de que aprendiera exactamente todo lo que le complacía en la cama. ¿Eso la convertía en una pu*ta?
Sintiéndose claustrofóbica en aquella sala y atormentada por sus propios miedos, miley entró en otra de las habitaciones. Sólo entonces se dio cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas. Nerviosa, fue de una habitación a otra, temiendo que alguien se diera cuenta. Conteniendo los sollozos, buscó un sitio tranquilo para desahogarse...

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