lunes, 9 de julio de 2012

at dusk niley- capitulo 40


El  día  que  los  alumnos  volvieron  a  la  escuela,  me  planté  en  los
escalones de la entrada con la esperanza de ver una cara amiga. Sabía
que Nick  no iba a volver; y aunque no dejaba de fantasear una y otra vez
con que lo veía, solo se trataba de mi imaginación, que cruelmente me
jugaba malas pasadas.
Pensé que, en cierto modo, ese día marcaría un antes y un después: al
menos sabría a qué atenerme cuando Nick  no apareciera definitivamente
y dejaría de torturarme deseando inútilmente algo que me estaba negado.
Afrontaría la realidad y me obligaría a seguir adelante.
Y si iba a ser así, necesitaría los pocos amigos que aún me quedaban en
Medianoche.
Vi  a Raquel abriéndose camino entre la gente, encorvada y nerviosa.
Enseguida comprendí la causa de su nerviosismo, solo tuve que volver la
cabeza y ver que Erich tenía su mirada clavada en ella en lo alto de los
escalones.  Me acerqué rápidamente a Raquel y me colgué una de sus
bolsas al hombro.
—Has vuelto. No las tenía todas conmigo —dije.
—Si por  mí fuera...  —Raquel  no  levantó  los  ojos  del  suelo—.  No te 
ofendas, a ti te habría echado de menos, pero no quería volver a verlo a
él.
No hacía falta que me explicara de quién estaba hablando.
—¿No se lo has dicho a tus padres?
Supuse que llamarían  a la  señora Bethany, enfadados por no haber 
echado  a  Erich,  y  que  tal  vez  sacarían  a  Raquel  de  la  academia.  Se
encogió de hombros.
—Pensaron que estaba haciendo una montaña de un grano de arena.
Siempre hacen lo mismo.
Recordé la emoción en el rostro de Raquel cuando le dije que la creía y
en ese momento comprendí por qué.
—Da igual.  He  vuelto.  Tengo  que  tragar.  Además,  perdí  mi  pulsera 
preferida  la noche antes  de vacaciones.  Tenía  que volver  aunque solo 
fuera para buscarla.

Volví  la  cabeza  hacia  Erich.  Sus  ojos  oscuros  seguían  clavados  en
nosotras.  Al  ver que lo  miraba, una sonrisita  burlona se dibujó  en sus
labios. Indignada, me volví hacia la multitud...
Nick .
No, no era posible. Mi imaginación intentaba burlarse de mí una vez 
más  para  seguir  alentando  mis  esperanzas.  Era  imposible  que  Nick 
volviera jamás a Medianoche, y menos después de lo que había visto y de
lo que yo le había contado.
Sin embargo, al  abrirse un hueco entre la gente y verlo con claridad,
comprendí que no me había equivocado: Nick había vuelto.
Allí  estaba, a apenas unos pasos de mí. Parecía más desaliñado que
antes: iba despeinado y llevaba el gastado jersey azul marino más rozado
que tenía de su uniforme de Medianoche. A él le quedaba de muerte.
Se me iluminó la cara al verlo,  no pude evitarlo.  En cuanto nuestras
miradas se encontraron, Nick volvió la cabeza, como si no supiera qué
hacer. Fue como un bofetón en plena cara.
Mi primer impulso fue tirar la bolsa de Raquel al suelo y salir corriendo
al lavabo antes de ponerme a berrear allí mismo, en los escalones, pero en
ese momento una saeta a cuadros pasó corriendo por mi lado como una
exhalación y se abalanzó sobre la espalda de Nick .
—¡Nick ! —exclamó Vic—. ¡Eh, tío! Has vuelto.
—Anda, suéltame —dijo Nick entre risas, mientras apartaba a Vic.
—Echadle un vistazo a esto.  —Vic  rebuscó en su mochila y sacó un 
salacot cien por cien auténtico, como los que solían llevar en las películas
antiguas de safaris. Nos lo enseñó a los dos. Por lo visto, Vic no se había
dado cuenta de que ya no estábamos juntos—. ¿A que es la leche?
—Vas listo si crees que van a dejarte llevar eso en clase —dije, fingiendo
que no pasaba nada. Tal vez Nick me seguiría la corriente y eso me daría
pie  a hablar  con él—.  Ya te  pasaron las  deportivas,  pero creo que un
salacot es rizar el rizo.
—Solo  tengo  intención  de llevarlo en  Chez Nick et Victor.  —Vic  se
colocó el sombrero en la cabeza para hacer una demostración—. Es ideal
para los momentos de relajación y estudio. ¿A que mola, Nick ?
Nadie contestó. Nick  había desaparecido entre la gente Vic se volvió
hacia  mí,  evidentemente  confuso  ante  el  número  de  escapismo
perpetrado por su compañero de habitación. Yo también estaba bastante
confundida, no se me ocurría por qué razón había vuelto.
Era evidente que Nick iba a necesitar un tiempo antes de decidirse a
hablar conmigo. Teniendo en cuenta lo que sabía de mí, de Medianoche y
de los vampiros, pensé que se merecía todo el tiempo que necesitara.
Hasta entonces, no me quedaba más remedio que esperar.

Un par de días después, mientras me preparaba para ir a clase, fingía
estar  realmente  fascinada  por  las  historias  de  Patrice  acerca  de  sus
vacaciones en Suiza.
—Nunca dejará de sorprenderme que haya gente que prefiera esquiar
en Colorado.  —Patrice arrugó la nariz. ¿De verdad creía que todo lo que
tuviera que ver con Estados Unidos era hortera? ¿O se trataría de una
especie de compensación y fingía ser más sofisticada de lo que era en
realidad? Sabiendo todos los secretos que yo misma guardaba, empezaba
a no tomarme al pie de la letra lo que decían los demás—. Suiza es mucho
más civilizada para mi gusto.  Y se conoce a un abanico más amplio de
gente.
—No me gusta esquiar —dije despreocupadamente mientras me ponía
rimel—. Es más divertido hacer snowboard.
—¿Qué?
Patrice se me quedó mirando de hito en hito. Nunca antes se me había 
ocurrido llevarle la contraria. Aunque quedó claro que no le gustaba que la
contradijeran,  ni  siquiera  en  un  tema  tan  trivial  como  el  esquí  o  el
snowboard.
Antes de que pudiera explicarme, la puerta se abrió de par en par. Era
Courtney y parecía... despeinada. Courtney, la que siempre llevaba el pelo
perfectamente alisado y maquillaje incluso cuando te topabas con ella en
el lavabo a las dos de la mañana.
—¿Habéis visto a Erich?
—¿A Erich? —Patrice enarcó una ceja—. No recuerdo haberlo invitado a 
mi habitación. ¿Y tú, Bianca?
—Al menos no anoche.
—Ahorraos  el  sarcasmo,  ¿vale?  —nos espetó  Courtney—.  Cualquiera 
diría que os importa un pimiento que uno de vuestros compañeros haya
desaparecido.  Alguien  se larga y vosotras  os  comportáis  como si  todo
fuera en broma. Genevieve está llorando a lágrima viva.
—Un momento, ¿Erich ha desaparecido?
Raquel apareció en la puerta, junto a un par de alumnas más,  todas 
ellas  en  distintas  fases  de  preparación  para  ir  a  clase.  Las  noticias
volaban.
—¿Conocéis a su compañero de habitación, David? Volvió ayer. —Me di
cuenta de que la preocupación de Courtney no era tan profunda como
para no disfrutar de ser el centro de atención—. David dice que es como si
hubieran  registrado  la  habitación  de  Erich  de  arriba  abajo  —continuó,
entusiasmada—. ¡El sitio está patas arriba! Y no hay rastro de Erich por
ninguna parte.  Se suponía  que Genevieve y él  iban a salir  este fin  de
semana, y ahora ella está echa polvo.
—Pues  a  partir  de  ahora  intentaremos  que  no  se  nos  oiga  reír  —
prometió Raquel, bastante menos preocupada por Erich.

¿Quién iba a tenérselo en cuenta? Courtney nos miró frunciendo el ceño
y se fue haciendo aspavientos.
—Cualquiera diría que Genevieve no soporta perderse la oportunidad de
oro de que la violen durante una cita amorosa —me comentó Raquel esa
misma mañana, más tarde, de camino a nuestra primera clase.
—Creo que Erich estaba harto de la escuela —dije—. Según he oído, un
montón de alumnos la abandonan todos los años antes de que acabe el
curso.
Sabía que Erich era un alumno más entre los muchos vampiros que
acudían  a  Medianoche  para  comprender  el  funcionamiento  del  mundo
moderno que se hartaban de ser tratados como estudiantes y que iban a
divertirse a otro lado. O puede que la señora Bethany hubiera adivinado
en él lo que yo había visto y le había ordenado que abandonara la escuela
de inmediato.
—Los  alumnos  que  se  fugan  son  los  más  inteligentes,  por  eso  me
sorprende  que  Erich  sea  el  primero  en  marcharse.  —Raquel  hizo  una
pausa—.  Parecen  estar  muy seguros  de  que  se  ha  ido,  porque  no  le
comentó nada a nadie. Además, si tenía intención de irse, lo más lógico
habría  sido  que  lo  hubiera  hecho  durante  las  vacaciones  de Navidad.
¿Crees que vendrá la poli? Al menos deberían investigarlo.
—Seguramente llamó a sus padres para que vinieran a recogerlo y se lo
llevaron a otro internado pijo. Estoy segura de que la señora Bethany está
enterada de todo. A Courtney le gusta dramatizar.
—Sí, no me sorprendería. Además, Erich es el típico capullo que dejaría
su habitación patas  arriba  antes  de irse  para que alguien  tuviera  que
ordenarla.  —Sin  embargo,  Raquel  no  parecía  convencida  del  todo—.
Aunque deberían investigarlo de todos modos. Los profesores e incluso la
poli.
—Al  final  acabará  sabiéndose.  —El  tema  estaba  empezando  a
intranquilizarme—. Dale tiempo.
—La gente de esta escuela se comporta como si no pasara nada cuando
desaparece un alumno. —Raquel sacudió la cabeza—. Repito lo que dije el
semestre pasado: el año que viene no pienso volver a este lugar.
Me pregunté si eso mismo sería lo que habría dicho Erich.
Todo el  mundo se comportó de manera extraña el  resto del día.  Los 
alumnos estaban distraídos en clase, lanzando conjeturas sobre adonde
podría haber ido Erich. David nos informó de que se había llevado todos
sus libros y papeles, pero que había dejado la ropa, algo que no encajaba
en absoluto con su carácter. Yo estuve esperando a que la señora Bethany
nos reuniera para ofrecernos algún tipo de explicación, pero esta no se
produjo.
Esa noche, acabé merodeando por  la  escalera  de la torre,  la  de las
ventanas estrechas que apenas abrían un resquicio en la pared y desde
las  que  se  disponía  de  las  mejores  vistas  del  camino  de  grava  que 

conducía a la carretera principal. No esperaba ver a Erich, pero de todos
modos me quedé esperando algo.
—Creo que la policía no vendrá.
Aparté la cabeza de la ventana y vi a Nick unos escalones más arriba. 
Vestía la versión negra del uniforme, y su silueta se recortaba con tanta
nitidez contra la luz del pasillo del piso superior que no pude diferenciar su
cara. Solo se distinguía su figura: sus anchos hombros, el modo en que se
apoyaba  contra  la  pared  de  piedra  de  la  escalera.  Mis  miedos  se
disolvieron en deseo.
—No, la  señora Bethany no llamará  a la  policía  —respondí,  casi  sin
aliento—. Eso atraería una atención bastante indeseada.
—Pero no hay peligro de que uno de los... Uno de los «niños ricos» dé
con él.
—No, Erich era tan «niño rico» como el que más.
Nick bajó un peldaño y por fin  conseguí ver su cara a pesar de la 
penumbra. Todas las  horas  que había  pasado echándole  de menos en
Navidad salieron a flote a la vez y deseé con todas mis fuerzas acariciarle
la mejilla o apoyar mi cabeza en su hombro.  Pero no lo hice. Había una
barrera entre los dos, una que no podría salvar jamás.
—Siento  no  haber  contestado  a  tu  correo  —dijo  Nick —.  Creo  que
estaba... conmocionado.
—No te culpo.
Se me aceleró el corazón.
—Tenemos que hablar. A solas —se limitó a decir.
Si a pesar de saber que había sido yo quien le había mordido seguía 
confiando en mí lo suficiente para estar a solas conmigo, eso quería decir
que todavía no estaba todo perdido.
—Conozco  un  sitio  —dije,  intentando  serenarme  para  que  no  me
temblara la voz—. ¿Quieres que vayamos allí?
—Tú diriges —dijo Nick  y me atreví a acariciar una esperanza.
_______________________
Bueno hasta aqui este maraton y sigo con las otras novelas :D




10 comentarios:

amorciegoniley dijo...

AHHH ERES UNA CRUELOSA COMO LAS DEJAS AHII SABES LO AME LO AME AHH SIGUELA MUJER SIGUELA YAAAA

angela dijo...

ahh ese baltazar ehh dah dah dara duda dah? haha se me pego lo que me dijistes

melani dijo...

mmm nick o.0 hahhaa me encantooo ahhh

jessi dijo...

niic se me hace grr escalofriante no see

Anónimo dijo...

me encanto siguela!!

Ammi dijo...

COMO TE ATREVES A DEJARLA AHII SIGUELA AHHH

melina dijo...

AHH COMO LA DEJASTES AHII SIGUELA SIGUELAA

wapoxsiempre dijo...

AHHH HERMOSO todos los capitulos

Cammila dijo...

Sube más!!!!!!!
Juró que amé esta novela, es tan genial, osea me dejó pasmada, la empecé a leer hoy te juro que me hizo sentir de todo xDD
Bue... cúidate, sube pronto y bye c:

:)gaby dijo...

Hermoso me encantoo cada cosa aahh