sábado, 29 de septiembre de 2012

What A Feeling- Capitulo 3


Así que, tres meses después de «la catástrofe», ahí estaba; aún un poco coja, pero a punto de subirse a un avión hacia Londres.
—Miley, ¿se puede saber en qué piensas? —preguntó Guillermo chasqueando los dedos delante de sus narices—. ¿Quieres tomarte un café o prefieres pasar ya el control?
—Perdona —respondió aturdida—. ¿Tengo tiempo de tomar un café? —Miró el reloj.
—Sí, si nos damos prisa —apuntó su madre, que ya caminaba hacia la cafetería.
Su padre la rodeó con el brazo:
—Ya verás como este trabajo en Inglaterra te irá muy bien, y Nick cuidará de ti. Aún me acuerdo de cuando solía venir por casa todos los veranos. ¿Y tú?
—No, no mucho. —Miley no creyó necesario informar a su padre, que era incapaz de guardar un secreto, de que de pequeña había estado pendiente de todos sus movimientos.
—Pues yo sí me acuerdo. —Su madre se añadió a la conversación mientras pedían al camarero que les trajera unos cafés—. Me dio mucha pena que se fuera a vivir a Inglaterra con su padre y su abuela. Guillermo, ¿qué le dijiste a Nick cuando lo llamaste?
Miley miró a su hermano, muy interesada por escuchar la respuesta a esa pregunta.
—La verdad; que Miley se había roto una pierna y que cuando se recuperara quería dar una nueva orientación a su carrera profesional. Dado que él es el editor jefe de la revista en la que trabaja, pensé que podría ayudarla. Y así ha sido, ¿no?
Pagaron la cuenta y Miley, con lágrimas en los ojos, se despidió de ellos. Si en ese instante se le hubiera ocurrido una excusa para poder quedarse, habría recurrido a ella sin dudarlo, pero todo su cerebro estaba centrado en lo que la esperaba al llegar a Heathrow: un nuevo empleo, una nueva oportunidad, una nueva ciudad, y volver a ver a Nick.
El empleo le venía genial, siempre había deseado trabajar en una revista y seguro que podría aprender mucho. La oportunidad; haría todo lo que estuviera en sus manos, y más aún, para no desaprovecharla. La ciudad; Londres siempre le había encantado y estaba ansiosa por vivir allí durante seis meses, en principio, lo que iba a durar su contrato en la capital británica. Nick... bueno..., seguro que después de trece años, una ya ha superado la tontería del primer chico que le gusta, ¿no? Tan malo no podía ser. Al cabo de unas tres horas se dio cuenta de que era aún peor.


A Nick no le extrañó que Guillermo lo llamara un jueves a la una de la madrugada. Ellos dos solían hablar mucho y, como Guillermo viajaba tanto, a menudo lo hacían a horas raras. Lo que sí le extrañó fue el motivo de su llamada: Miley.
Hacía trece años que no la veía. Era la hermana preferida de Guillermo y siempre que Nick estaba con ella se sentía incómodo, era como si pudiera leerle el pensamiento.
Al principio de vivir en Inglaterra, incluso había llegado a echarla de menos. Vaya tontería. La recordaba pequeña, delgada, con los ojos más grandes y más oscuros que había visto nunca, y muy tremenda. Era un caos, se caía continuamente, se olvidaba de las cosas y tenía una conversación imposible de seguir, al menos cuando estaba con él.
Siempre se acordaría del día en que él cumplió diecisiete años. Sus padres se estaban peleando, como de costumbre, y optó por ir a casa de Guillermo. Ya no se le pasaba por la cabeza llamar antes, sabía que allí siempre era bien recibido, así que cogió sus cosas y se fue para allá. Era verano, y cuando llegó a la casa sólo encontró a Miley. Estaba en el jardín, leyendo un libro, como siempre; levantó la vista y lo miró a los ojos. Él nunca supo que fue lo que ella vio en ellos, pero su cara cambió de golpe y se puso de pie.
—Nick, ¿estás bien? —preguntó levantando una ceja por encima de las gafas. Por aquel entonces llevaba todavía las gafas.
—Sí, claro —carraspeó él—. ¿Dónde está Guille? —¿Cómo podía ser que una niña de trece años pudiese ponerlo tan nervioso?
—En la playa —contestó ella acercándosele—. Todos están allí.
—¿Y tú qué haces aquí? —Él se apartó y se sentó en el escalón que separaba la casa del jardín.
—Yo, bueno. —Miley se sonrojó—. Estaba leyendo y... no me gusta leer en la playa; el viento, la arena, el sol. —Parecía como si se estuviera justificando—. Además, la playa no se moverá, mañana seguirá allí mismo, y yo necesitaba saber cómo acababa el libro.
—¿Qué libro es? —preguntó él.
Charlie y la fábrica de chocolate. ¿Lo has leído?
—No, creo que no. ¿Es el de los niños que ganan el sorteo de las chocolatinas?
—Sí.
—Pues no, no lo he leído.
Ella volvía a estar a su lado, y lo miraba de una manera extraña.
—¿Qué?
—Acabo de acordarme de una cosa —dijo Miley sin apartarse.
Él la miró extrañado.
—Hoy es tu cumpleaños.
—¿Y?
—Nada. Felicidades.
Miley se acercó a él para darle un beso en la mejilla, pero Nick giró la cabeza para que sus labios encontraran los de ella. Siendo sincero consigo mismo, todavía no tenía ni idea de por qué lo había hecho; tal vez una parte de él quería sentir que alguien lo quería, que para alguien, él era especial. Fue una tontería, pero aún se acordaba del vuelco que le dio el corazón al sentir los inexpertos labios de ella bajo los suyos. Fue una leve caricia y Miley en seguida se apartó. Nick se sonrojó de la cabeza a los pies.
Él sabía que en aquella familia se besaban a la más mínima y nunca había entendido el porqué. La verdad era que al principio esa costumbre lo incomodaba un poco; en su casa nunca se besaban, ni siquiera se abrazaban. Mientras que los Martí eran muy cariñosos. Con los años, ya se había acostumbrado; ya no le sorprendía ver a Elizabeth y a Eduardo dándose un beso, ni que Álex y Guillermo se abrazaran después de insultarse, pero aun así nunca lograría acostumbrarse a ser él el que recibiera esas muestras de cariño. Cada vez que la madre de Guille le abrazaba, no sabía dónde poner las manos y cuando se apartaba tenía miedo de que todos notaran que él no sabía hacerlo, que no sabía ser cariñoso. Pero el beso de Miley lo sacudió, tuvo ganas de llorar y aún entonces, trece años después, se acordaba de lo dulce que había sido ese momento.
—Gracias —consiguió responder él—. Eres la primera persona que me felicita.
—Me alegro —dijo ella—. ¿Vas a ir a la playa o prefieres esperar aquí? —Miley volvió a coger el libro y siguió leyendo.
—Esperaré aquí. ¿Te molesto? —preguntó él tumbándose en la hamaca que había en el jardín.
—No —contestó ella sin levantar la vista.
Él se quedó mirándola. Era curioso, había salido de su casa con ganas de matar a alguien y, tras hablar con ella unos minutos, ya se había olvidado de sus padres, de sus gritos, de su tristeza.
—Ya está —exclamó Miley sacándolo de su ensimismamiento. No sabía si habían pasado diez minutos o dos horas.
—¿El qué?
—El libro. Lo he terminado. —Se levantó y se acercó a la hamaca en la que él estaba tumbado—. Toma, te lo regalo. —Ella le dio el libro y al ver que él la miraba sorprendido, añadió—: ¿Es tu cumpleaños, no? —Lo besó en la mejilla y se fue.
Con el recuerdo de ese beso tan inocente, se durmió y no se despertó hasta que el bruto de Guillermo lo duchó por completo con el agua helada de la manguera para felicitarlo.
A partir de ese verano las cosas cambiaron mucho. Sus padres iniciaron ya los trámites definitivos del divorcio, y la vida de Nick se convirtió en un infierno hasta que por fin se fue a vivir a Inglaterra, con su abuela. Toda la familia Martí se despidió de él, lo abrazaron y le dijeron que siempre sería bien recibido. Nunca volvió a esa casa, ni tampoco a ese pueblo, pero él y Guillermo habían seguido siendo amigos; de hecho, Guillermo era su mejor amigo. Y Charlie y la fábrica de chocolate estaba guardado en el primer cajón del escritorio de su despacho.
Hacía años que no se acordaba de ese beso ni de ese verano, ¿por qué diablos lo había hecho ahora?
Bueno, tampoco tenía demasiada importancia, Miley no llegaría hasta dentro de unas semanas y seguro que ella ni lo recordaba. La trataría como si fuera su hermana, lástima que no tuviese ninguna; la ayudaría en el trabajo y se esforzaría para que se sintiese a gusto durante los meses que pasara en Londres. Después de lo bien que esa familia se había portado con él, era lo mínimo que podía hacer.

5 comentarios:

/v\ dijo...

asdfghjklñ hahahah quiero otro, me gusta mucho la nove siguela, espero los 15 que me debes ehhh

amorciegoniley dijo...

AHH HERMOSO EL CAPITULO MUY MUY WAAAO

beln_de_jonas dijo...

no lo creo ree hermoso el capitulo espero espero y la sigass

Anónimo dijo...

continuala pronto amiga

butblop dijo...

jojojouuuu siguelaaa