Capitulo dos
Almorzando con Miley Cyrus
Miley dejó de trabajar a las 12
y rápidamente salió de su oficina para ir a su cita. Realmente no sabía que
intenciones tenía Nick al invitarla a almorzar, así, sin razón aparente, pero a
ella le pareció estupendo pensar que él, aunque muy en su interior y aun
despotricando cosas contra el mundo mágico, lo extrañaba. Sino ¿por qué
molestarse en guardar su número de teléfono y llamarla? "pobre Nick", se
encontraba pensando cuando caminaba por el parque casi llegando a las puertas
del zoo, donde se encontraba la cafetería,"de seguro está tan
solo…" Llegó antes del
horario convenido y se sentó en una banca, a esperarlo. Los ocasionales
transeúntes la miraban raro. Casi todos tenían ropas cómodas y ella se
arrepintió de ponerse falda. Aunque no era tan corta, dejaba ver algo sus
piernas delgadas. El tiempo no era el ideal, pero al menos no llovía, sacó un
par de pergaminos que tenía que revisar, y espero. A las 12:35 hrs., apareció Nick.
Ella, aun leyendo, no se dio cuenta de que él estaba parado frente a la banca.
Estaba de traje y corbata. Le sentaba bien el color azul marino, y la camisa
era de un celeste fuerte. Su marca personal, el cabello negro azabache algo
despeinado y sus ojos que la miraban, con una expresión vacía, sin brillo
detrás de sus anteojos redondos. Ni siquiera sonrió… Miley pensó que él lo
tenía prohibido.
- ¡Hola Nick! – dijo ella. Él
se sentó en la banca, y estiró la mano. Miley abrió los ojos y estaba a punto
de reír, pero para no molestarlo estiró la mano y lo saludó.
- Hola Miley, lamento el
retraso – Miley se dio cuenta de la hora – una reunión se alargó…
- No hay problemas – se levantó
- vamos a pedir algo y comeremos por ahí…
- Espera… - dijo – no pensarás
comer por ahí… ¡tirados en el pasto! – y arqueó una ceja. Miley rió con ganas.
- ¿Qué¿Es demasiado vulgar para
ti? – lo miró – siempre como por ahí, sentada en el césped y observando a la
gente. Se me hace realmente aburrido sentarme a una mesa en un restaurante…
- ¿Es porque estás sola? – la
miró a los ojos.
- Sí, me molesta… - dijo seria
– Supongo que tú siempre estarás acompañado…
- No siempre, pero disfruto de
una buena comida – miró hacia la cafetería – dudo que tengan algo realmente
sano…
- Bueno no lo sabremos, si no
lo probamos – Se encaminó hacia el negocio. Era pequeño pero bastante
agradable. – Buenos días¿puede decirnos la especialidad de la casa?
- Bueno, mi marido es experto
en comida china – Nick hizo una mueca de fastidio.
- No, no me parece buena
idea¿no tiene algo más sustancioso? – preguntó Miley.
- Podemos hacerles pescado
frito con papas…
- ¡Eso me parece perfecto! –
sonrió Miley – Prepárenos dos raciones para llevar y… - miró a Nick – ¿qué vas
a beber?
- Agua – ella sonrió.
- Una botella de agua, y una
gaseosa cola – Se sentaron y esperaron a que les entregaran su orden. Cuando
vino la señora, les dio el paquete y Nick pagó. Salieron y Miley comenzó a
caminar seguida de Nick, que no tenía idea de cómo se le ocurrió salir a
almorzar con ella. A simple vista se veía que sería un total fracaso.- Creo que
aquí es el lugar indicado. – Se sentó en una gran banca, cerca de un frondoso
árbol. Desde allí se podía ver un pequeño lago con barcas, donde la gente
paseaba. Otros hacían deportes, o leían, tirados en el verde césped.- Me
encanta este lugar…
- ¿Vienes siempre? – preguntó Nick
algo molesto. Miley se dio cuenta que él se encontraba algo incómodo debido a
su atuendo.
- ¡Desectructúrate un poco Nick!
– rió – ¡Quítate el saco y la corbata! – El la miró, algo serio.
- No creo…
- Vamos… ¡No estás en una
reunión importante! – volvió a reír. Nick se quitó el saco y desajustó la
corbata. Miley se acercó y la desanudó guardándola en un bolsillo del saco.
Inmediatamente tomó su ración y comenzó a atacar el pescado –¡Soberbio! – Nick
tomó de mala gana la vianda desechable y comenzó a comer.
- Nada mal – dijo – aunque me
hubiera gustado tener una mesa y sillas – se agachó rápido, pues las patatas
casi le manchan la camisa.
- ¡Ey!, parece que no aprecias
lo bueno de ser magos… ¡Mensa! – dijo Miley y de la nada apareció una
mesa. Luego otro movimiento de varita hizo aparecer dos sillas – ¡Su orden
señor! – y rió ante la mueca de fastidio de Nick – ¡Vamos… a que te pareció
excelente! – No contestó y siguió comiendo.
- ¿Qué son esos papeles que
leías? – dijo al cabo de un rato de profundo silencio.
- Pensé que no te interesaba
nada del mundo mágico – dijo Miley mirándolo fijamente.
- No es que me interese, es
solo que… no sé qué hablar contigo…
- Está bien – dijo y se limpió
la boca para tomar un sorbo de gaseosa – Son pergaminos, documentos de futuros
encuentros con el primer ministro muggle, tú sabes, en la oficina estoy
encargada de las relaciones entre los dos ministerios.
- ¿Y Demi? – Preguntó.
- Ella se encarga de regular y
crear leyes de convivencia entre los dos mundos – rió – Dejó el rollo de la
P.E.D.D.O, cuando llegó al ministerio. Se dio cuenta que era una causa perdida.
Más cuando perdió a su secretario… – lo miró – realmente te extraña. – Él
pareció hundirse en la vianda y no dijo nada. Miley continuó hablando. – Joe –
él la miró – Está en la oficina de aurores, es muy bueno, pero no tiene un buen
compañero… tú sabes, siempre pensó que ustedes dos...
- ¡Ya basta! – Miley se
sobresaltó – no quiero que me cuentes nada de ellos, no…
- Entonces¿para qué me querías
ver? – Nick se quedó helado. Realmente no tenía un motivo, no sabía que
responderle a esos ojos verdes que lo fulminaban. – Sabes yo… creo que es
porque en un lugar, en el fondo de tu ser… extrañas a todos…
- No digas bobadas – bufó – yo,
solo quería algo de compañía.
- ¿Algo de compañía? – rió –
¿Es que acaso el gran empresario de bienes raíces, Nick Jonas, no tiene una
larga lista de bellezas que le haga compañía?
- ¡Veo que has estado
investigando! – arqueó una ceja.
- Bueno… me pareció raro verte
ese día – Suspiró – así que tengo mis contactos. Trabajar en relaciones muggles
puede ser muy conveniente algunas veces…
- ¿Qué más has averiguado? –
inquirió.
- Que tienes mujeres… una al
mes, distintas, no quieres compromisos, ni relaciones largas… si tú quieres que
sea una de tus chicas mensuales…
- No mal interpretes mi
invitación – dijo serio – esta no sería en todo caso la cita perfecta – ella lo
miró sin entender – digo, comer comida barata, sentado en un parque, no es lo
ideal para conquistar a una mujer…
- Y entonces¿para qué me
llamaste? Sabes que yo no podría hablar de otra cosa que no sea del mundo
mágico…
- ¡Está bien, quieres contar,
cuenta! – bufo nuevamente – yo sólo me sentaré y no diré nada.
- Perfecto…- Miley comenzó un
relato pormenorizado acerca de lo pasado en su familia durante los ocho años en
que no vieron a Nick. De cómo Bill cansado de lidiar con los celos por Fleur,
la había dejado y comenzado una relación con una muchacha que trabajaba en
Gringotts. De Charlie y su nuevo empleo en el colegio Hogwarts, como profesor
de Cuidado Criaturas Mágicas. De los gemelos y su rápida y exitosa expansión
por todo el mundo con sus "Sortilegios Cyrus" y hasta de Percy, quien
pidiendo perdón, regresó a casa como el hijo pródigo y sus padres lo
perdonaron… se casó con su antigua novia y vive cerca de la Madriguera. De Joe
y Demi, que cansada de esperar que él se lanzara, lo encerró una noche en su
departamento y le hizo ver… que estaban hechos el uno para el otro. En este
punto a Miley le pareció que Nick hizo el intento de sonreír, pero quedó en
eso. Era raro para ella verlo ahí, sentado en esa silla, sin expresión alguna…
sin ganas de reír o de llorar, parco, sin vida.
- ¿Y tú? – ella se sobresaltó.
- ¿Qué de mí? – se levantó, y
recogió sus cosas. Él hizo lo mismo. Miley sacó su varita – ¡Evanesco! –
y las sillas con la mesa desaparecieron.
- ¿Qué hay de tu vida?
- Lo que te dije… trabajo en el
ministerio…vivo sola…
- ¿No tienes algún novio, o
pretendiente?
- ¡Claro que tengo
pretendientes! – rió – pero son todos aburridos. Y novios, he tenido varios…
con uno he logrado convivir, pero terminó siendo un desastre… ¿y tú? – Miley
puso el dedo en la llaga.
- No tengo nada que decir...
- ¡Vamos, Nick! – se paró en frente
impidiéndole caminar – Apuesto a que tienes una fila esperando por ti. – Y le
guiñó un ojo. Nick se sintió por segunda vez intimidado por la castaña .- por
lo menos, tener una chica al mes, me lo corrobora.
- Nada especial – dijo sin
sentimientos – no tengo ganas de formar parejas. Es algo estúpido. Para qué
hacerlo si al final… – se calló, recordando a Selena y la manera en que lo
engañó con…
- No todas son como esa bruja…
- dijo Miley pareciendo adivinar el pensamiento de Nick – ¿Sabes algo de ella?
- No, ni quiero saberlo. – dijo
mas serio que nunca. Miley pudo observar como sus ojos cafes se oscurecían.
- Yo si sé – él la miró – Da
lástima… Ella después de que te dejó, creyó que estar al lado de Malfoy le
traería buenos dividendos – Nick se puso pálido, no le era grato recordarla. Miley
no pareció notarlo, porque continuó hablando – Pero cuando atraparon a Malfoy y
le confiscaron sus bienes, ella quedó en la calle. Conciente de su reputación,
nadie le dio empleo…
- ¿Y qué hace ahora?
- Se prostituye en…- Nick se
estremeció – ¿Te interesa saberlo¿Crees qué puedes rescatarla?
- No tengo la mas mínima
intención de hacerlo – dijo – Creo que se ha hecho tarde. ¿No tienes que
trabajar?
- No. La entrevista con el
secretario del primer ministro muggle dio sus frutos, así que me dieron la
tarde libre – Sonrió.
- Tu trabajo debe ser
extraordinario – dijo.
- Si, pero no voy a hablarte
del mundo mágico, no cuando no quieres oír ni la palabra magia.
- Si, es cierto. Yo en cambio,
tengo que irme – Le dio la mano, a lo que Miley sonrió, se acercó y le plantó
un beso en la mejilla.- Nos vemos…
- Dame tu número así …
- Será mejor que no – dijo
parco – yo te llamaré – y diciendo esto se puso el saco y caminó por la senda
para desaparecer de la vista de la muchacha. Miley se quedó sonriendo. A fin de
cuentas, él la había llamado para saber del mundo mágico. Él aunque se negaba a
admitirlo, lo extrañaba horrores, y ella iba a ser la causante de la vuelta del
niño que vivió. No sabía cómo iba a hacerlo, pero ya se le ocurriría una muy
buena idea.
Nick llegó a su oficina y se sentó en su silla. Se restregó
frenéticamente los ojos tratando de poner en claro sus pensamientos. Había
tenido el estúpido impulso de llamarla, y sin ningún motivo invitarla a
almorzar. Su secretaria lo interrumpía con un papel para firmar. Cuando ésta se
marchó, continuó recordando. Ella estaba feliz, contenta con su mundo y él
parecía un muerto en vida. Ella tenía unas ganas envidiables de vivir y él cada
vez que abría los ojos a la mañana rogaba por una muerte dolorosa. Porque a
pesar de haber elegido esa vida, la odiaba. Al final de la jornada terminó
dándole la razón a la castaña . La única razón de llamarla, era porque a pesar
de haber sufrido horrores, y desengaños amorosos, extrañaba el mundo mágico.
Extrañaba las navidades en casa de los Cyrus, extrañaba sus amigos y todas las
aventuras que estar allí implicaban. Sus ojos se nublaron. A pesar de
aceptarlo, se juró que no volvería a verla. Que la puerta de entrada al mundo
mágico que Miley representaba, debía cerrarla y perderla de nuevo. No quería
volver a sufrir. Ya no más.
1 comentario:
genial como siempre amigaa
aora el siguiente (:
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