Capitulo 3
Segunda cita
Los días pasaron y aunque Miley
pensaba la manera de encontrarlo, no podía. A Nick nuevamente lo había tragado
la tierra. Ni siquiera había podido localizar su número en el celular, porque
él, muy inteligentemente lo había bloqueado para que nadie conociera su número.
Fastidiada, volvió a su tarea habitual.
En una de esas mañanas, ella
estaba en una reunión importante. Su jefe, les explicaba los pormenores de la
junta entre los Ministros y las normas que tendría que llevar a cabo Miley,
porque ella era el nexo, para que esto fuera un rotundo éxito. El celular de
ella, comenzó a emitir un sonido, cada un minuto. Ella no podía atender, porque
estaba prestando atención a lo que su jefe le indicaba.
- Bien – decía el jefe – el
señor Ministro desea que por favor Miley no realices hechizos a las personas –
Todos rieron, ella solo asintió colorada. Sonido de celular – Además, deberías
vestir de traje, con falda, tu sabes, algo formal. ¡No se te ocurra ir como una
rockera! – todos rieron – la última secretaria que tuvimos fue vestida de
punch…
- ¡Punk! – corrigió Miley – no
se preocupe, sé como debo vestirme, mi cuñada, aquí presente es hija de
muggles. Ella será mi asesora de vestuario – El celular volvió a emitir un
sonido. Miley trató de no darle importancia, pero todos ya estaban algo
fastidiados de escucharlo.
- Si, señor – respondió Demi –
yo le diré lo apropiado – carraspeó – conozco de protocolo muggle… – nuevamente
el celular.
- ¡CYRUS, ATIENDE EL MALDITO
TELEFONO! - gritó el jefe
- Lo siento, señor Harrington –
bufó, buscando su teléfono – ¡es que tengo un mensaje de texto! – Lo tomó y lo
leyó. "¿Misma hora, hoy?
James". Miley sonrió y
salió un segundo al pasillo, para responder. "Misma
hora, mismo lugar. Ropa cómoda, Gin" mandó
el mensaje, y al rato le llegó la respuesta. "okay,
aunque fastidiado. J.". Entró
con una sonrisa a la oficina. Demi la miró preguntándole, y ella sólo se
encogió de hombros. Cuando la reunión terminó, la castaña la alcanzó en el
pasillo.
- ¡Espera, Miley! – dijo. La
castaña se dio vuelta y la miró sonriendo – ¿no me dirás quién te envió los
mensajes?
- Sí, fue un amigo que conocí…
trabaja en el Londres muggle…- Demi sonrió.
- ¿El misterioso James¿Un nuevo
pretendiente? – la miró, ella sonrió – ¿Es muggle¿Sabe que eres bruja?
- Sí lo sabe, y aunque le
fastidia un poco, creo que cederá…
- ¿Y, qué decía el mensaje?
- Que almorzáramos juntos…- Demi
hizo un bufido alegre
- ¡Wow¿Va en serio la cuestión?
– Miley la miró.
- ¡No¡Sólo es un amigo! – y se
puso roja – bueno… no puedo mentir, está hermoso, más alto, más atlético ya no
queda rastro de aquel Ha… - se calló.
- Pero entonces… ¡ya lo
conocías!! – Demi la miró fijamente
- No trates de utilizar
legeremancia conmigo, cuñada… – sonrió – Sí, lo conocí hace un par de años –
mintió – estaba en el Ministerio muggle… en ese entonces se parecía a un…
hámster – rieron – y ahora, no me molestes, debo ir a casa y luego encontrarme
con él. – Le dio un beso.
- ¡Adiós y suerte!!– Mientras
su compañera se marchaba, Demi dudó. Conociéndola, y aún viéndola tan
entusiasmada, pensó que nunca se quitaría el estigma de Nick de sus hombros.
Nick fue el primero en llegar
esta vez. El mensaje de llevar ropa cómoda, lo había intrigado, pero conciente de
los lugares a los que seguro ella lo llevaría a almorzar, decidió ponerse unos
jeans y una remera, color negro. Le incomodaba estar con ropa casual. Casi
siempre parecía un hombre mayor por sus trajes. Se sentó a esperarla en la
misma banca. Mirando hacia el zoo, de pronto sintió un leve plop, y al dar
vuelta la cara, casi se murió del susto… Ella se había aparecido a su lado,
riendo de la cara de Nick. El la miró con reproche.
- ¿Cómo puedes, aparecerte a
esta hora del día, y con esa soltura?
- Ay, Nick – todavía riéndose –
¡Si vieras tu cara!- Le dio un beso, él, algo parco, lo devolvió – Mira, la
gente está demasiado ocupada en su vida para fijarse en los demás.
- ¡Aun así, deberías ser más
precavida! – dijo molesto.
- Creo que lo que te molesta es
que tú te reprimes hacerlo… - él la miró sin entender – Te mueres por hacer
magia!!
- Estás equivocada…
- Apuesto a que después de
nuestro primer almuerzo, te fuiste directo a buscar la varita… - él miro para
otro lado, la castaña había acertado, pero no iba a darle la razón.
- ¿Ya pensaste qué comer?
- Tengo ganas de comer Hot
Dogs– Nick arqueó la ceja – Vamos¿no estás aburrido de esa pose "que asco" de Malfoy?
- No me compares con…
- ¡Pues tienes la misma actitud
que ese idiota! – dijo ofuscada – Podrías ser algo más… Nick de Hogwarts…
- Ese Nick murió… – dijo, y se
levantó – ¿Quieres comer hot dogs? – ella asintió – ¿Dónde¿Ahí? – Dijo
señalando a la cafetería que visitaron la cita anterior.
- No – sonrió ella levantándose
del banco – Vamos por el sendero, hay un señor con un carrito que vende los
mejores hot dogs del lugar… y me atrevo a decir que los únicos – y rió. Nick no
dijo nada. Miley prácticamente se colgó del brazo de Nick. Era demasiado alto
para ella, y Nick caminaba demasiado erguido. Llegaron al lugar donde Miley
pidió tres hot dogs con mostaza, acompañados de papas fritas y una gaseosa de
cola. Nick pidió dos hot dogs y a regañadientes una gaseosa, dietética.
Caminaron hasta un sitio cerca del lago. Miley se sentó en el pasto.
- Aquí, vas a comer… ¿en el
suelo? – dijo escéptico.
- ¡No me pedirás mesa y sillas!
– bufó Miley – Hoy comeremos aquí – A regañadientes, él se sentó.- Debo decirte
que me sorprendió verte con esas fachas. Lo miró de arriba a abajo y Nick se
sonrojó. – ¡Pareces más joven!
- Si, y tú¿vas a trabajar al
ministerio vestida de esa manera? – Ella llevaba unas bermudas de jeans, y una
musculosa color negro que resaltaba su blanca piel. Acompañaba el atuendo con
unas zapatillas de lona, y el cabello recogido en una coleta.
- ¡No! Fui a casa a cambiarme –
mordió su almuerzo – pienso pasar toda la tarde en el parque – lo miró.-
¡Espero que me acompañes!
- Yo…
- Vamos Nick, siempre he venido
cada vez que me lo pides… ¿Acaso no puedes complacerme por una vez? – lo miró,
él sólo se dedicó a comer y no dijo nada. - Cierto…
- ¿Qué? – dijo al fin.
- ¡Estás dentro del sarcófago!
– él la miró – Muerto en vida. No te interesan las cosas bonitas del mundo…
- No empieces…
- ¿Qué no empiece? Pero¿para
qué me invitas, entonces? No te entiendo. Me dices que quieres almorzar y
vienes aquí y no dices nada, no ríes… parezco una idiota, riendo sola. Tú sólo
te quedas con cara de lechuza, mirándome como si no me entendieras… no es
justo…
- Lo siento, así soy…
- No, así no eres. Tú eras más
alegre. Tú eras como mi hermano Joe, no tan idiota, pero eras divertido.
- ¡Ese Nick murió! – dijo con
voz dolida – Ese Nick fue asesinado, por una maldita mujer, que…- respiraba
entrecortadamente, prefirió morder el hot dog y atragantarse con todo lo que
tenía para decir pero no dijo.
- De todas maneras… ¡eres un
imbécil! – él la miró – realmente te creí más inteligente Nick… Le estás dando
a Selena la importancia que no se merece… - lo miró a los ojos. El nuevamente
se vio abrumado por los de ella. – diciendo que renuncias a vivir por ella,
haciéndote pasar por un insensible, porque ella te engañó. ¡Cielos! Deberías
agradecer que te dejara. Mejor temprano que tarde… quién sabe lo que podría
hacerte después… mírala...
- Yo no quiero hablar de ella –
dijo parco.
- ¡Pero te rehúsas a vivir por
su causa¡Eres patético!! – él la miró con sus ojos aguados – Mira, ella creyó
ser la mujer más avispada del mundo, porque te dejó por Malfoy. ¿A dónde la
llevó esa actitud? Yo te lo diré… la llevó a vender su cuerpo por monedas,
porque nadie …
- ¡Ya basta! Te invité a
almorzar para hablar cosas… diferentes… - Ella se quedó callada y decidió comer
su hot dog. El miraba hacia el lago, donde algunas parejas se paseaban en
pequeños botes. Ella tenía toda la razón. El estaba dándole una importancia a
su antigua novia que no se merecía. Pero así y todo aun dolía. Giró la cabeza
para mirarla, ella había terminado de comer y puso sus manos hacia atrás. Su
cara se vio iluminada por el sol del mediodía. Los rayos se reflejaban en la
melena castaña dándole un aura especial.
- Me encanta tomar sol después
de comer – sonrió, aún con los ojos cerrados. – Te parecerá estúpido venir a
comer aquí, todos los días – lo miró. El no contestó – Pero es que los días
lindos no son muchos, así que los aprovecho.
- Tienes razón – la miró – yo…
me la paso en la oficina, rara vez salgo a comer afuera. Siempre pido algo y
como mientras trabajo.
- ¡Saltándote la rutina! – rió.
Y sucedió el milagro. En la boca de Nick pareció aparecer una sonrisa –
¡Vaya¡Veo que si¡Y dos veces en el día!
- No te alteres – dijo - yo…
tienes razón… y ¿qué hay con tu trabajo¿Estabas ocupada cuando te mandé el
mensaje?
- ¡Claro!! – bufó – ¡El
encuentro de los ministros tiene al ministerio con los pelos de punta! Joe es
el encargado de la seguridad, y me atosiga a cada rato para que le dé los
itinerarios, y los horarios. ¡Está tan perfeccionista!!
- ¿Joe¿Estamos hablando de Joe¿Mi
amigo de Hogwarts, perfeccionista? – preguntó incrédulo. Miley lanzó una
carcajada que algunos transeúntes se dieron vuelta para verla.
- Si, aunque no lo creas…
Pasaron toda la tarde
platicando de muchas cosas. Después de tomar sol, decidieron caminar por la
orilla del Támesis, y más tarde se aventuraron a entrar al zoológico. Miley era
la más divertida. Nick sólo la acompañaba. Cuando ya se hacía de noche, y
algunos farolitos del sendero se encendían, Nick decidió que ya era tiempo de
despedirse.
- Pasé una buena tarde Miley –
ella se sorprendió.
- Yo también – y le sonrió – Nick
me voy…- Le dio un beso en la mejilla – Bueno, ya sabes mi número, si quieres
llamarme, para almorzar de nuevo…
- Está bien – ella ya se
marchaba… - ¡Miley!
- ¿Si, Nick?
- Yo… me preguntaba… si...
tienes algo qué hacer el sábado – ella lo miró extrañada – Es que tengo una
fiesta, de negocios… muy importante, y tengo que llevar pareja – ella rió.
- ¿No hay chica de mayo?
- ¿Eh?
Tienes una chica cada mes… -
sonrió – ¿No tienes una chica de mayo?
- No – la miró – quisiera ir
con una amiga¿qué dices? – ella pareció pensarlo, pero luego asintió.
- ¡Está bien¿A qué hora¿Dónde
nos encontramos…?
- Pasaré a buscarte, si me das
la dirección de tu casa – ella se acercó y le dio una tarjeta de presentación.
- Entonces hasta el sábado…
- Miley, es vestido de cóctel –
ella sonrió.
- De cóctel, entonces¡Hasta el
sábado Nick!!– y moviendo su mano desapareció. Nick luego de analizar sus
palabras, suspiró profundamente y no supo por qué, pero ya se estaba
arrepintiendo de invitarla.
El resto de los días que
quedaban hasta la fiesta fueron bastante agitados para ambos. Nick no volvió a
reunirse con Miley a causa de un viaje de negocios surgido de imprevisto, y Miley
con lo ocupada que estaba por la reunión cumbre de los Ministros, ni siquiera
chequeaba los mensajes que le podían llegar de su amigo. Cuando por fin terminó
la jornada, el viernes por la noche, recordó que tenía una cita con Nick y cayó
en cuenta de que no había tenido noticias de él en cuatro días. Pareció que Nick
estaba pensando lo mismo, pues nada mas pensar su nombre, el sonido de su
celular, la sobresaltó. Tenía un mensaje: "Recuerda,
sábado a las 6:30 pm. ¡De cóctel! James." Ella sonrió. Y luego se le vino el
alma al piso. ¡No tenía que ponerse! Rápidamente, utilizando los polvos flu, le
preguntó a su cuñada qué vestido usar para la fiesta.
- Vente para casa, ahora – dijo
Demi – ¡Tengo varias prendas que pueden servirte! – sin pensarlo, se lanzó por
la chimenea y llegó rápidamente.
- ¡Miley, eres despistada! –
dijo Joe gruñendo.
- Si, hola Joe – bufó
sacudiéndose las cenizas – ¿Demi?
- En nuestro cuarto, allí te
espera – dijo sonriendo. Miley subió las escaleras de dos en dos y llegó a la
habitación de su hermano. Ahí estaba Demi, metida en el clóset, sacando cuanta
prenda encontraba y murmurando por lo bajo.
- ¡Demi! – dijo Miley
sorprendida – ¿qué diablos haces?
- ¡Debería matarte Ginevra! –
bufó su cuñada – ¡Por qué no me dijiste que lo necesitabas, con tiempo! El
vestido que tenía pensado, está arruinado, ahora no se qué de…
- ¡Oh no! – dijo Miley
sosteniendo un vestido blanco muy bonito, que tenía manchas de humedad y signos
de haber sido roído – ¿Esto me ibas a prestar? – Preguntó arqueando la ceja.
- ¿Era de cóctel no?… - la miró
– la invitación…
- Si… pero… ¡esto es para un
cóctel en un convento! – rió – Quiero causar una buena impresión - Se puso roja
– una muy buena, si me entiendes…
- ¡Vaya¡Cómo que estás
entusiasmada! – rió su amiga. Se metió en el clóset nuevamente y luego pegó un
grito de triunfo – ¡Si¡Sabía que te encontraría! – Miley se asomó a verla.
Tenía un montón de suéteres en la cabeza y en la mano un vestido negro.
- ¡Déjame ayudarte, mujer! – le
tendió la mano y la sacó de la incómoda posición en la que se encontraba. Luego
miró el vestido. Era demasiado simple – no creo, es…
- ¡Es perfecto! – dijo Demi –
Anda pruébatelo. – Miley de mala gana, fue al baño y regresó al minuto. Demi
abrió los ojos y aplaudió sonriente - sabía que te quedaría perfecto. Miley ese
es el vestido que usé, la noche que salí con tu hermano… ¡y luego lo atrapé! – Miley
hizo cara de asco.
- Supongo que te lo habrás
quitado para hacer… - la miró. Demi reía roja.
- ¡Claro¡Si no, Joe lo hubiera
destrozado!!
- ¡Ya cállate Demi!! – dijo
roja Miley – No sé, es demasiado… ¡simple!!
- ¡Sí! Porque lo espectacular
de este vestido es que es tan simple que te hará resaltar a ti – Miley la miró
sin entender – ¡El joven verá tus impresionantes curvas!! Y no estará cegado
por la belleza del vestido – Miley se miró al espejo. En verdad Demi tenía
razón. Se veía muy bien. Su cuñada se acercó por detrás y levantó su largo pelo
rojizo – Mira, recógete el cabello, él podrá ver tu cuello… - Demi miró la nuca
con los ojos bien abiertos…- ¿Qué diablos te tatuaste Miley?– Esta le bajó la
mano, dejando caer su cabello.
- Yo… nada… fue una estupidez…
- casi no podía hablar.
- Pero es… es…
- ¡Sí! Sé lo que es, y déjame
decirte que estoy arrepentida… – sus ojos se aguaron – por qué crees que Dean…
hizo… – no quería recordar.
- Pero, tienes que decirle… a
James… si piensas en él como algo serio…
- ¡Yo no pienso en él como algo
serio! – Demi torció los ojos – ¡Es verdad! Sólo somos amigos y vamos a la fiesta
como amigos!
- Si¿y por eso quieres causar
una muy buena impresión? – Miley se puso roja. Se miró al espejo y no contestó.
- Creo que lo dejaré suelto.
- Así todo esa estupidez que te
hiciste – sonrió su amiga – sigo pensando que el pelo recogido te queda mejor.
Además el vestido te tapa eso… Anda hazme caso y tendrás un rotundo éxito.
Nick estaba algo nervioso. No
sabía por qué la había invitado. Se preguntó qué poder estúpido le había hecho
decir esa frase. Pero ya era tarde para ponerse a pensar y arrepentirse. Estaba
parado frente al edificio donde vivía Miley y con el dedo apretando el portero
eléctrico. Miley contestó rápidamente.
- ¿Si?
- Soy yo – dijo parco.
- Ah¿Quieres subir? – preguntó Miley.
- No, mejor te espero aquí.
- Está bien, enseguida bajo – Nick pasó su mano por el cabello.
Pensó que se veía estúpido. Con las mujeres que había salido cualquier truco de
seducción le resultaría efectivo, pero tratándose de Miley… con ella no quería
trucos, tenerla sería volver al pasado. A ese mundo al que estaba empecinado en
no volver. Miró hacia la calle. Estaba en un vecindario de clase media. La
calle tenía la concurrencia de un sábado por la tarde, cuando todos salen a
divertirse. La puerta del edificio se abrió. El se dio vuelta y quedó pasmado.
1 comentario:
que?!
no no la dejes ahi saris que me encantoo debes seguirla que ame la novela o si y que es eso del tatuaje no lo entendi bueno debes seguirla asi lo descubra te quiero hermosa cuidate!
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