Capitulo 6
La mañana lo despertó con el
golpeteo insistente de algo contra la ventana. Abrió los ojos lentamente y se
encontró en una habitación que no era la de él. Bajó un poco la mirada y
sonrió. La espesa melena roja se encontraba desparramada sobre su pecho, bien
cerca suyo. Y un par de delgados brazos lo rodeaban. Miley estaba recostada
sobre él. La sensación era realmente buena. Enfocó la vista en la ventana y vio
una lechuza rojiza en el alféizar. Algo mareado por las emociones que sentía,
se levantó rápidamente y comenzó a vestirse. Miley lentamente salió de su
letargo y lo miró. Nick no se había dado cuenta que ella había despertado. "Cielos pensó la chica, estoy
en el paraíso… él está aquí y yo…"
- ¡Veo que tienes experiencia
en vestirte rápido! – dijo sonriendo. El se dio vuelta y la vio envuelta en la
sábana, apoyada en su brazo, y mirándolo. Sonrió.
- Yo… tengo que…
- ¿Irte? – preguntó – ya sé…
- Creo que tienes una lechuza…
- Nick señaló a la ventana. Ella enroscó la sábana alrededor de su cuerpo, y se
levantó. Abrió la ventana y sacó el pergamino. Lo leyó rápidamente. – ¿Malas
noticias?
- No… es de Joe – él la miró,
había estado peleando con el cinturón, y se sobresaltó – Mañana es la reunión
con el ministro muggle – se tiró a la cama nuevamente – y hoy tenemos reunión a
las 10 – El miró el reloj.
- O sea dentro de una hora y
media…
- Diablos… ¡son las ocho
treinta! – dijo ella remoloneando en la cama. – ¿Por qué te despiertas tan
temprano? – rezongó.
- Yo… tengo…
- Si ya sé¡tienes que irte!-
Dijo ella un poco fastidiada. El se sentó en la orilla de la cama para ponerse
los zapatos. Miley aprovechó y se lanzó sobre Nick besándole insistentemente el
cuello – ¿no quieres quedarte a desayunar?– El pareció meditarlo, la oferta era
demasiado sugestiva.- Puedo hacer tus tostadas favoritas… y tengo algo de… –
Volvió a besarlo – Pastel de melaza – Le ronroneó en el oído. El dio un
respingo – ¡creo que es tu favorito!
- Si, tu mamá…
- Le pedí que me hiciera uno…-
sonrió coqueta – ¿te quedas?
- No – dijo sécamente y se
levantó, enfilando hacia la puerta.
- ¡Nick! – dijo ella con los
ojos aguados – ¿Quieres que sea tu chica de mayo? – El la miró sonriendo.
- ¡Ya te dije que sí! – se dio
la vuelta – ¿Almorzamos en el parque hoy? – Ella sonrió.
- Depende de lo que tengas
pensado almorzar… - lo miró.
- Pizza – y salió de la
habitación. Mientras esperaba en el pasillo por el elevador, se sintió
realmente estúpido. Tenía un cúmulo de sensaciones que ni siquiera había
sentido con… se puso serio "Nick, sólo será tu chica de mayo. Nada
más." El ascensor llegó
rápidamente y alejó de él, cualquier pensamiento perturbador. Pero a medida que
descendía, Nick se preguntaba lo qué realmente sentía por Miley... ¿Amor? No,
eso era demasiado... ¿pasión¿lujuria? Sí, eso si. Ella era distinta a esas
mujeres insulsas con las que se topaba. Con ella compartía algo, no sabía qué,
pero era algo que lo volvía completamente animal, lo hacía perder la razón. Al
salir del edificio, le habría encantado desaparecer para llegar rápido a su
casa. Pero no. Usar la varita y realizar unos cuantos hechizos estaba bien...
aparecerse, era demasiado. Hacerlo, sería aceptar abiertamente que quería
volver al mundo mágico, y eso, Nick Jonas nunca lo iba a demostrar.
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- Soy su chica de mayo – se
sorprendió diciéndole a Demi cuando llegó esa mañana a la oficina. Demi abrió
los ojos sorprendida, pero no dijo nada. Decirle a su cuñada que se estaba
equivocando no era bueno, al menos no ese día. Miley se veía tan feliz. Y ella
no era quien para quitarle esa sonrisa de los labios.
- ¡Wow! – dijo después de un
instante – eso es…
- Lo mejor… – dijo Miley en un
susurro, pues la reunión estaba por comenzar y todos los asistentes estaban
llegando- … es que se quedó a dormir anoche – Demi la miró – Bueno, no es que
hayamos dormido toda la noche – se sonrojó.
- ¿Era lo qué querías, no? –
Miley la miró.
- ¿Qué quieres decir?
- Eres su chica de mayo, bien…
¿pero qué pasará cuando mayo termine? Ya estamos a diez, sólo te quedan 21 días
de sexo y pasión. ¿Qué pasará cuando llegue junio? – Miley la miró sin saber
qué responder. La realidad era, que la sensación de estar con Nick la había
hecho olvidarse de ello. ¿Qué pasaría cuando mayo terminara? Sus ojos se aguaron
nuevamente y dejó caer una lágrima - Yo… soy una estupida Miley - dijo Demi
abrazándola – Tú vienes y me cuentas lo maravilloso que la has pasado, y yo…
- Tienes razón – dijo y se pasó
la mano por la mejilla. Joe se acercaba y no quería preguntas molestas por
parte de su hermano. A él no sabría qué contestarle. – Pero debo disfrutar el
día a día – suspiró – con él las cosas deben ser así. – De pronto su celular
sonó. Era Nick preguntando, sí estaría libre para el almuerzo. Miley le envió
un mensaje respondiendo que sí, y que se encontrarían en el parque, a la hora
de siempre.
Los días pasaban lentamente
para mayor placer de la castaña. Almorzaban juntos y dormían juntos por la
noche. Nick ya ni siquiera se molestaba en preguntar si se quedaba o no. Lo hacía
y Miley lo dejaba. Era una especie de ritual, en que todos los días por la
mañana, él se marchaba y ella feliz, lo despedía. A veces Nick se perdía por un
día o dos, y no la llamaba, y aunque esto la angustiaba, sabía que tarde o
temprano él daba señales de vida.
Demi, en cambio analizaba la
situación más fríamente. En su opinión, su cuñada se estaba tirando a un mar
plagado de tiburones. Y no sabía si de ahí saldría entera o con los vestigios
de ser devorada, por una relación tormentosa... ni siquiera tenía idea de cómo
iba a hacer para levantar a su amiga una vez que Nick la desechara cuando el
mes finalizara. Porque aun extrañándolo y queriéndolo como lo quería, Demi
estaba escéptica del cambio de Nick. Ella lo vio destruido que había quedado
después que Selena Gomez lo engañó, y sí lo que Miley decía resultaba ser
cierto, sería muy difícil que esa relación terminara con un final feliz.
Uno de los días en los cuales
Miley se encontraría con Nick en el parque de siempre, el celular de ella sonó.
Y aunque se encontraba en su oficina, enfrascada en una discusión sobre el
encuentro pasado entre los ministros, rápidamente tomó el teléfono, dejando al
subsecretario del ministro muggle con la palabra en la boca. Ocurría siempre,
cada vez que él llamaba, no quería hacerlo esperar mucho.
- ¿Hola?
- Hola Miley – La voz de Nick
sonaba suave y sensual del otro lado del auricular– ¿Estás ocupada?
- Sí, tengo algo de prisa,
verás estoy en una reunión…
- Bien – dijo cambiando el tono
de voz a uno parco - No te molestaré mucho entonces… - ella dejo de sonreír.
Algo en el tono en que Nick le hablaba, la hizo angustiar.
- ¿Sucede algo?
- Sí - suspiró- mira, sé que
habíamos quedado en comer juntos en el parque - Miley bufó - pero... yo...
acabo de darme cuenta que tengo anotado en mi agenda, un almuerzo hoy en casa
de los MC Cormac...
- ¿Y?
- Y no podré almorzar contigo –
dijo secamente.
- Bueno¿algo más? – dijo ella
inexpresiva.
- No te molesta¿verdad?
- Claro que no… – chasqueó la
lengua – si en verdad no estaba pensando en ti y en ese almuerzo.. – agregó
sarcásticamente, aunque Nick no lo notara - mira tengo que cortar, la reunión
ya sabes… llámame luego…
- Pero déjame que… - Miley
colgó. Estaba furiosa, seguramente allí se encontraría con la tonta y
escultural mujer que era Emma, "La chica de abril", y él se quedaría
toda la tarde... o quizá toda la noche...
- Señorita Cyrus – dijo el
subsecretario del ministro muggle. Ella lo miró. Era un joven de tez clara y
cabello castaño que la miraba insistentemente – Tengo que hacer un acta sobre
nuestra reunión, debemos llegar a un acuerdo.
- Entiendo Terrence – dijo ella
amargamente.
- O, si lo desea, podemos
almorzar... en el lugar que usted escoja – Ella lo miró. Realmente podría ser
una buena idea. El teléfono sonó otra vez. Miley volvió a mirar a Terrence y
viendo que su anterior cita se había ido por un caño, aceptó la invitación. El
sonrió abiertamente.
- Hola – dijo secamente.
- Soy yo, otra vez… – dijo Nick
– ¿se puede saber por qué me cortaste el teléfono?
- Te lo dije – suspiró – tengo
un cita con Terrence, el subsecretario del ministro muggle¿por qué no me
escuchas cuando te hablo?
- ¿Y es tan importante esa
reunión que me atiendes así? – su voz sonó realmente molesta.
- En realidad... sí – sonrió –
Terrence me acaba de invitar a almorzar, y como tú estás ocupado, bueno él es
un joven muy…
- ¿Vas a almorzar con él? –
dijo y su tono de voz se agudizó al final de la frase.
- ¡Por supuesto que lo
haré¿Tienes algún problema? – no respondieron del otro lado –bien, como te
dije, tengo cosas qué hacer, adiós – colgó nuevamente, y miro a su
interlocutor, tratando que no se le notase el cabreo que tenía – disculpa
Terrence es que algunas personas no comprenden que… - El celular sonó
nuevamente y Miley se puso roja de la rabia – ¡¿Y ahora, qué quieres?¡ – casi
gritó.
- ¡Qué anotes una dirección! –
gritaron del otro lado.
- ¿Por qué?
- ¡Porque necesito que la
anotes!
- Te dije que estoy
ocupada¿Acaso no entiendes?
- No te tomara mucho tiempo
- ¿De dónde es y para qué
quieres que la anote?
¡Quiero que vayas a cenar esta
noche… conmigo!
- ¿No estarás ocupado con tus
grandes amigos? – silencio – Digo, quizás, se te pase el tiempo y no llegues a
esta supuesta cena… o quizás se te olvide que tienes algo mas importante que
yo, anotado en tu agenda…
- Solo quiero que anotes una
dirección, para que cenemos juntos… ¿Es mucho pedir?
- ¡Yo no voy a cenar a
restaurantes caros!
- ¡No es un restaurante Miley!
– dijo Nick ya desorbitado.
- ¿Ah no? – preguntó ella – ¿y
entonces de dónde es?
- ¿Vas a notar o no?
- Sí no me dices…
- ¡Anótalo u olvídalo! – Miley
tomó un talonario y pluma y esperó.
- ¿Y¿no vas a decirme la
dirección? – Escribió rápidamente y arqueó una ceja - ¿Y qué hay allí?
- Mi casa… - Miley abrió los
ojos y casi suelta el teléfono que sostenía con su oreja apoyada en el hombro.
- ¿Tú… casa? – preguntó
escéptica.
- Te espero a cenar ahí a las
seis – dijo parco – se puntual… ¡sí es que Terrence no te tiene muy ocupada! –
y colgó. Miley no podía creerlo. Nick Jonas el enemigo público número uno de
las citas en casa¡la invitaba a ella a cenar!… ¡y en su propia casa¡"el
mundo está realmente loco!" pensó
sonriendo.
El almuerzo con Terrence fue
demasiado aburrido. El subsecretario del ministro muggle, no entendió razones
cuando Miley lo llevó a cenar a un puesto de comidas callejero, y se enfadó
bastante con ella, cuando su hermosa corbata, de diseñador francés, se había
manchado con mostaza. Pero a decir verdad, ella no tenía la cabeza para
reuniones protocolares entre los dos mundos. Miley, había puesto a trabajar
toda la maquinaria cerebral tratando de entender la actitud de Nick. Por un
instante, se puso contenta, por el cambio de planes. Que él la invitara a cenar
a su casa, cosa que nunca antes, de acuerdo a su propio testimonio, había hecho
con ninguna mujer, era esperanzador. Pero, si debía ser honesta, no confiaba
mucho en un cambio y en la manera demasiado rápida en que este se había dado.
Nick no era una persona tan simplista. Su personalidad era compleja. Tenía que
entender que el duro revés sentimental, que había tenido hace años, aún hacía
mella en su corazón. El engaño de Selena había hecho mas que dejarlo mal parado
en toda la comunidad mágica. Pero a pesar de que Miley sufriera tanto cuando
Nick convirtió a Selena en su novia oficial, en ese momento entendió que no
podía culparla por haberlo dejado por otro. ¿Acaso era culpable por no
quererlo? Miley arrugó la frente al pensar en la antigua novia de Nick. "¿Es que no puede haberse
equivocado¿Acaso esa mujer no puede enamorarse de otro hombre que no sea
Nick¿Por que culparla de algo que quizás ella no buscó, pero que se dio,
así¿Era culpable de haberse enamorado o sentirse atraída por el enemigo de su
novio? Y en el caso de que ella no lo haya hecho con la intención de herir a
Nick… ¿Por qué culparla y tratarla como escoria por seguir a su corazón" Mientras devoraba su sándwich, y
miraba sin prestarle atención a su compañero de almuerzo, ella entendió, que Selena
no podía ser tan mala… ella no tenía la culpa de no querer a Nick. Quizás se
equivocó de proceder… tendría que haber terminado con Nick para dar rienda
suelta a lo que vivía clandestinamente con Draco Malfoy. Entendió que a pesar
de todo, no debía ser ley que todas las chicas con las que Nick se relacionó
debían estar perdidamente enamoradas de él, solo porque ella lo estaba… solo
porque Miley nunca pudo superar, eso que sintió desde el primer instante en que
sus ojos castaños se cruzaron con esa mirada esmeralda, profunda, triste, de
aquel niño tímido, en la estación King Cross. Salió de su mundo de cavilaciones
para observar que Terrence la miraba, con detenimiento y preocupación. Sonrió
sin darse cuenta, y el joven suspiró aliviado.
- Por un momento pensé que le
había dado un sincope – dijo, tratando de beber la gaseosa por un sorbete. – o que
se hubiera atorado con el sándwich…
- Lo siento – dijo ella
limpiándose la boca con una servilleta descartable. – es que me quedé pensando…
- En qué, si puedo saber…
- Bueno… - lo miró. ¿Debía
decirle la verdad…? confesarle que no habia estado tan atenta a su
conversación¿Podría ese joven ser lo suficientemente discreto para que ella, le
contara intimidades de su vida? Se tomó un minuto para responder – en la
reunión… no quisiera que el secretario del ministro, me pida otra demostración
de magia – rieron.
- No se preocupe Miley… - dijo
él- creo que la transformación que le hiciste a ese crío maleducado de su hijo,
lo hará pensar dos veces en cometer esa falta de ubicación. – sonrieron.
- ¿No te parece que soy
demasiado joven para que me trates de usted?
- Bueno… no quiero ser grosero…
- No lo eres, y nunca lo serías
– sonrió – Al menos no conmigo… – agregó tomando un poco de gaseosa - si alguna
vez quisieras propasarte conmigo, siempre recuerda que le pasó al hijo del
secretario – Terrence se puso blanco. Ella lo miró y no aguantó la carcajada.
- Muy graciosa… – otra mancha
de mostaza terminó por arruinar la corbata Cristian Dior. – ¡Vaya!! Creo que
tendré que pasar esto como gasto protocolar.
- Lamento no haber comentado
que odio comer en lugares cerrados. Siempre como en estos carritos de comida
rápida.
- Dime Miley… ¿tu novio no se
queja?
- Eh… - midió bien las palabras
antes de contestar – no tengo novio… estoy saliendo con alguien, pero nada
serio. ¿Y tu?
- Yo… - suspiró – soy casado
- No lo imaginaba... ¡digo,
eres joven!
- Bueno… cuando me di cuenta
que era la indicada – rio – no quise que se me escapara…
- Brindo por ti y tu felicidad
– chocaron las latas de gaseosa.
- Y esa relación no seria que
tienes… ¿llegará a buen puerto algún día?
- No, lo sé – dijo errática –
en verdad, él ha tenido malas experiencias, y no cree en las relaciones
formales… y a largo plazo – suspiró.
- En todo caso… - la miró – Se
que apenas nos conocemos y que quizás me creas un completo desubicado, pero…
¿puedo darte un consejo? – Miley asintió - disfruta lo mas que puedas… uno
nunca sabe cuando esas relaciones se transforman, de "De vez en
cuando" a "Para siempre…"
- ¡Ojala Merlín te escuchara!!
– dijo riendo. –
- De todas maneras… si puedo
darte otro consejo, no presiones mucho. Si el hombre con el que estás, ha
sufrido una decepción muy grande… debes darle el tiempo para que él confíe
nuevamente… y se convenza, que tú no eres como las otras… las que lo engañaron.
- El problema – dijo Miley
perdiendo la mirada en la lata de gaseosa – el problema es que él me dé tiempo,
para hacérselo ver…
- Bueno… las mujeres son buenas
para eso… - sonrió – Ustedes saben como hacer que un hombre cambie su manera de
pensar.
- Bien – dijo Miley
levantándose – ya te he destruido la corbata, he almorzado contigo, nos hemos
puesto de acuerdo en lo referido a las dos comunidades – se acercó y le dio la
mano – y me has dado unos buenos consejos sobre cómo manejar mi problema
sentimental. Gracias Terrence, fue grato almorzar contigo.
- No tienes por qué… ¡para mi
también fue muy divertido!! – dijo mostrando la corbata – ¡Y te mandaré la
cuenta de la tintorería!! – rieron.
- Haré algo mejor… - miró para
todos lados, y cerciorándose de que nadie la viera, saco la varita e hizo el
hechizo para limpiar – Bien… ahora esta mejor… aunque te compraré una nueva.
- ¡Mira que es cara!
- ¿Ey,
para que están los gastos extraprotocolares? – dijo guiñándole un ojo. Terrence
se fue caminando por el sendero y ella se quedó un segundo mirándolo. Si, con
Nick era necesario pensar cada paso, antes de darlo… Era cierto que el
calendario estaba en su contra… de mayo quedaban menos de tres semanas, y si
Dios creo el mundo en seis días, y el séptimo descansó… Claro que ella no era
Dios… sonrió. Pero era Miley Cyrus, y un Cyrus nunca abandona la pelea, antes
de dar todo de si...
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