Aquella fiesta de mascaras en pleno
Carnaval de Venecia prometía ser la mejor y más típica de aquel maravilloso
lugar.
Un
palacete era el escenario donde personas de clase media-alta se daban cita. El
sitio estaba atestado, apenas cabía un alfiler y se podía mover.
Todo
era mágico y las majestuosas máscaras le daban un hermoso halo de misterio y
porque no, de romanticismo.
Las
mujeres iban vestidas con vestidos de época y los hombres con lujosos trajes y
esmóquines.
Me
sentía una extraña, un sapo de otro pozo que por casualidad había caído en un
estanque de lujo y belleza. Desde luego yo no encajaba ahí, pero mis amigos
Venecianos se habían empeñado en que no podía irme de Venecia sin pasar antes
por esa fiesta. Y ahí estaba yo, rodeada de magnates con esposas mucho más
jóvenes que ellos y hombres floreros que acompañaban a mujeres ricachonas
llenas de bótox.
Desde
luego yo no pintaba nada ahí.
¾Sabíamos que no te lo perdería –me dijo nick a modo
de bienvenida.
¾Me conoces bien, amigo. ¿Cómo me has reconocido?
¾No es difícil, eres la única que lo mira todo con
ojos maravillados detrás de esa máscara –rió.
¾Ven, voy a presentarte a unos amigos de Roma que
van a acompañarte en tu odisea por allí –kevin, me llevó a empujones hasta sus
amigos.
La
gente conversaba, pero yo no prestaba atención; respondía con monosílabas.
Estaba demasiado embelesada con la preciosidad del lugar.
De
repente me pareció sentir que unos ojos se clavaban en mi espalda, me giré y
allí no parecía que nadie me prestara atención.
Volví
a tener esa sensación… esta vez no me molesté en girarme.
Noté
un cálido aliento en mi hombro, una suave mano se cerró en torno a la mía y de
pronto me ví bailando con un completo desconocido enmascarado.
Sus
ojos penetraban los míos con lascivia. Sentía un extremo calor recorriendo mi
cuerpo y comencé a sentirme irremediablemente incómoda.
En
cuanto acabó la canción que sonaba me disculpé y fuí corriendo al tocador.
Tenía
la frente perlada de sudor, las mejillas de un rojo fuego y una sonrisa tonta
dibujada en mis labios.
¾ ¡Estás
aquí, amiga!
¾ Claro
kevin, ¿Dónde más sino? –intenté disimular.
¾Ven, alguien muy especial quiere conocerte.
Otra
vez me ví atrapada en ese torbellino que es mi amigo.
Esa
persona especial era con quien acababa de bailar y pasar la mayor vergüenza de
mi humilde existencia.
Tomó
mi mano, se reclinó un poco cual reverencia y la besó durante unos segundos que
se me antojaron demasiados cortos.
¾Encantado de poder conocerla, Señorita miley. kevin
no ha parado de hablar de ustedes y de su belleza española.
¾Heeemmm… Encantada –dije con un tono muy bajo, casi
para mí.
¾Mi nombre es Nicholas pero dígame Nick y estoy aquí para servirla.
¡Dios!
Ese hombre parecía salido de un cuento de hadas.
joe
se acercó a mi oído susurró muy despacio¾: Es de buen linaje, su bisabuelo era un Conde y él
es, como ves, sumamente educado.
No
quise demostrar la perplejidad que me causó esa información, así que intenté
ser lo más natural posible.
¾Espero que su estancia en Venecia este siendo
agradable y estar a tiempo de invitarla antes de marcharse.
¾Ssssiii, claro –parecía una idiota.
Se
pusieron a hablar de negocios y asuntos que me parecían aburridos, nuevamente
estaba íncomoda; sobre todo teniendo en cuenta que Nick no me quitaba los ojos
de encima.
Sus
ojos verde esmeralda se clavaban en mí y juraría que se detenían en la curva de
mis pechos, que asomaban por el escote del ajustado vestido.
¾Voy a salir a tomar el aire y de paso a fumar un
cigarrillo –avisé a kevin .
El
aire me dio de golpe en la cara y al cigarro le costaba encenderse.
Una
mano me extendió un Zipo de auténtica plata, acepté sin rechistar. Al subir la
mirada ahí estaba él.
Puso
un abrigo sobre mis hombros. Fuera no hacia el mismo calor.
¾Siento si la hemos aburrido. Tenemos negocios en
común con joe y kevin , no podemos
evitar hablar siempre de lo mismo.
Yo
estaba muda, parecía una niña sin lengua. Me estaba poniendo nerviosa.
¾Señor Jonas , requieren su presencia –interrumpió
un camarero.
¾Lo siento mucho. Es lo que tiene ser el anfitrión
–y se marchó.
Me
quedé tan alucinada que me sentí rídicula.
Entré
a disculparme con los chicos; fingí estar cansada y dije que me marchaba al
hotel. La fiesta llegaba a su fin para mí.
Una
hermosa Luna parecía saludarme y exigir que me quedara, la noche estaba aún en
pañales, pero no estaba cómoda en ese lugar.
Sentí
unos pasos detrás de mí y decidí apurar un poco el paso. No había gente en las
calles, todo el mundo estaba de fiesta y el miedo, absurdamente me embargó.
Dejé
de oír los pasos y me tranquilicé. Aminoré la marcha y me topé con el Puente de
los Suspiros; el sitio más romántico de toda Venecia.
Por
la noche se podía disfrutar de todo su esplendor.
Me
detuve al pie del mismo, admirando su belleza y antigüedad.
¾ ¿Disfrutando
de las vistas? –preguntó aquella voz tan masculina y sensual.
Me
giré y volví a toparme con aquella mascara que no me dejaba ver el rostro que
ocultaba; salvo aquellas esmeraldas.
¾Siento haberte asustado antes.
¾ ¿Era
usted? –me sentí estúpida al recordar como corrí.
¾No me trates de ustedes, por favor, hace que me
sienta viejo. Kevin me envió a buscarla
y cuando ví que se asustó decidí esperarla aquí.
¾Dejaré de tratarlo de usted si deja de hacerlo
también. Me siento incómoda ante tanta amabilidad y caballerosidad.
¾Me parece un buen trato, miley –ese hombre incitaba al delito de manera
inevitable.
Me
pregunté si sería guapo o si sólo era el misterio de no saber como era.
¾ ¿Hay
alguna manera de convencerte para que vuelvas a la fiesta?
¾Estoy bastante cansada –mentí.
¾Entonces, al menos deja que te acompañe al hotel;
por favor.
¾Claro. Te lo agradezco; ya vés que soy demasiado
asustadiza para caminar sola –dije riéndome de mí misma.
A
mitad del Puente de los Suspiros me detuve a mirar el canal ¡Era tan hermoso!
Nick
se colocó detrás de mí. Su boca se pegó a mi cuello.
Me
giré instantáneamente y contemple esos bellos ojos cafes. Me percaté de la
carnosidad de sus labios. Eran gruesos, bien perfilados y sensuales.
¾Espero no haberte incomodado o molestado –negué con
la cabeza.
Beso
mi mejilla hasta la comisura de mi boca. Se detuvo a mirarme; yo estiré mi
cuello para llegar a esa boca que me llamaba sin cesar.
Nuestros
labios se pegaron. Abrió su boca, y su lengua se abrió camino en mi boca.
Sus
manos sostenían mi cabeza por los costados. El índice hacía pequeños círculos
en mi oreja.
Notaba
su entrepierna en mi vientre.
¾ ¡Exquisito!
–musitó tras el beso.
Cogió
mi mano y caminó delante de mí. Yo lo seguí sin preguntar hacía donde ivamos.
En
cuanto bajamos el puente me empotró en una puerta. Esta vez el beso fue menos
delicado.
La
puerta se abrió, entramos y él la cerró de inmediato.
Volvió
a estamparme contra la puerta. Mordió mis labios con ferocidad y bajó hasta la
pronunciada curva de mis pechos. ¡Estaba tan excitada! No podía evitar gemir de
placer ante los besos insistentes de ese enmascarado desconocido.
Nuevamente
cortó el beso en seco ¡Me estaba volviendo loca!
Tiró
de mí hacía las largas escaleras. Subí sin preguntar.
Atravesamos
un estrecho pasillo y de repente sentí miedo. ¿Y si ese hombre era un loco
psicópata? Me detuve en seco y dí media vuelta para marcharme.
¾No te vayas, por favor –suplicó¾. No temas, hermosa.
No
sé porque me sentí segura ¿Por qué? Cerré mi mano en la suya y volví a
seguirlo.
Se
giró para darme un beso, esta vez con cierta timidez. Supongo que notaba mi
inseguridad.
Acarició
mi mejilla con cariño y abrió la puerta de doble hoja que estaba frente a
nosotros.
Una
hermosa habitación veneciana estaba esperándonos. Tiró de mí, pero titubeé. Ya
no estaba tan segura ¿Y si no me gustaba cuando se quitara la mascara?
¾Es igual; no debí tomarme este atrevimiento. Lo
siento mucho –emprendía el paso hacía la puerta.
Lo
giré por el hombro y le dí un beso como nunca antes había dado. Noté un fuerte
deseo en mi bajo-vientre ¿Qué mas dá si es un desconocido? Me dije para
convencerme.
Esta
vez fui yo quien tomó la riendas y lo estroló contra la puerta. Se sintió el
fuerte golpe de su ancha espalda en el pino y él sonrió.
Tiré
de su camisa, arrancando los botones. Mis ojos se abrieron como platos al ver
ese majestuoso torso que estaba escondido.
Unos
pecotarel enormes. Unops brazos gruesos lleno de musculos. Su ombligo era
perfecto; bajé hasta el comienzo del pantalón. Tenia ese típico triangulo lleno
de fibra, me perdí en esas vistas. Acaricié su abdomen, duro como piedra, suave
como la seda.
No
pude evitar besar su tableta, su ombligo.
Aflojé
el cinturón, desabroché los botones del pantalón y se los bajé sin más; había
perdido por completo el juicio y con él la vergüenza.
Me
levantó por los codos y me tiró en un sofá cercano. Me asustada esos cambios
bruscos; pasaba de ser super romántico a ser salvaje y hasta violento. Me
asustaba y gustaba a partes iguales. Me volvía loca.
Bajo
con delicadeza la cremallera de mi vestido. Quedé en ropa interior en un
santiamén.
Cogió
unas tijeras y cortó mi sostén.
¾Tiene corchetes detrás –le dije sin cesar de reir.
¾Así estamos a mano; tú rompiste los botones de mi
camisa.
¾Lo siento –me disculpé sin remordimiento alguno.
Su
caliente lengua se azaró en mi pezón, mientras amasaba el otro con la mano. Me
sentía en la gloria y el infierno a la vez. Ese hombre sabía lo que hacía, sin
duda alguna.
Bajo
hasta mi ombligo dejando un reguero de besos húmedos en el camino. Mi tanga se
humedecía a medida que se acercaba.
Ya
no me importaba que llevara mascara, lo hacía incluso más sexy.
Su
boca besó mi intimidad por encima de la tela que la cubría. Se deshizo de ella
con los dientes.
Mordió
mis labios mayores con suavidad y su lengua se afanó en mi inflamado clítoris.
Me estaba haciendo ver las estrellas.
Su
lengua entraba tímida en mi vagina; chupaba mi clítoris, absorbía mis labios.
Subió,
pasando por mi pelvis, el ombligo, las costillas… su boca no se despegaba de mi
piel.
Separó
mis piernas y se internó entre mis muslos. Bajó su bóxer y su miembro se abrió
camino en mi interior. Pude notar como se abría paso por cada pliegue hasta
llegar a la pared más lejana.
Entraba
y salía de mi cuerpo con astucia. Su vello púbico rozaba mi pelvis y provocaba
deliciosas cosquillas en mi clítoris.
Comía
mi cuello con unos besos sensuales y eróticos. Sus manos rodeaban mis caderas y
elevaban mi cuerpo hacia el suyo.
Tuve
la tentación y no pude evitarlo. Tiré de su mascara hacía arriba.
Unos
perfectos rasgos masculinos me dieron la bienvenida y sus esmeraldas me miraron
con picardía. Una media sonrisa se le dibujó en los labios.
Acaricié
su rostro. Mentón fuere, labios carnosos… era un completo adonis.
¾Eres perfecto –salió de mi boca sin poder
contenerlo.
Volvió
a sonreir.
Aceleró
el ritmo de sus estocadas de manera vertiginosa; parecía una violenta montaña
rusa. Una y otra vez se su glande so tropezaba con la pared de mi útero, que
empezó a contraerse irremediablemente.
¾ ¡Dios!
–gritó ¾Mmmm, haaa –era divino escucharlo gemir de esa
manera salvaje.
Salió
de mí y sin darme tiempo a nada introdujo sus dedos para ayudarme a terminar.
Un
intenso orgasmo se apoderó de mí y bañe su mano en fluidos. Me sonrojé y él
sonrió.
¾¡Eres encantadora!
Se
recostó en el sofá y me invitó a reposar mi cabeza en su pecho.
Recogí
la mascara del suelo y la miré con ternura.
¾ ¿Prefieres
que me la ponga?
¾No. Estas lindo con ella puesta, pero sin ella
estás perfecto.
Depositó
un beso en mi frente y me acurruqué a su lado.
Sin
pensármelo demasiado, en ese mismo momento decidí que mi estadia en Venecia se
alargaría un poco mas de lo que tenia pensado o talves jamás saldría de venecia.
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Espero que les guste mis niñas hermoshaas DEDICADO A MY CARLYS :D Q LA AMO ahorea si es todos por hoy talves suba maratones de noves por el abandono solo les pido comenten shii niñas hermoshas las amooo besotes muackiiiss de chokolate
v&s a&c
3 comentarios:
ooowww me super encanto claris esta muy bueno!
espero el siguiente!11♥♥♥
tkm
male
Awwwwwwwwws (como k ya te acostumbraste a eso cierto .-. okno)Te Amooooooo!!! ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Te admiro sarizzz, hicite un one shot del porte de chile completo y aun te keda mente (solo para lo perve eh? okya .-. me calmo es k kede perve!!! D: se me pego, es contajioso)Sigue asi mi Sarizz alias niña perve :3
By: Carla *----*
PD: Seguimos en messenger :P
O.o el chocolate lo comiste antes o dsp de escribir esto? jajajaja, me encanto sariss, encerio :D besotes ♥
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