Amor de dioses-niley-capi-2

Los griegos fueron derrotados y ahora estaban encerrados exactamente donde ellos habían encerrado a los titanes. nick se había alistado como voluntario para supervisar el área y, afortunadamente, había sido puesto al mando. Finalmente, su día de venganza había llegado. miley lo había hecho llevar su marca para siempre.

—Deberías estar agradecida de estar viva —le dijo.

—Jódete.

Él sonrió lentamente, malignamente.

—Lo hiciste tú, ¿recuerdas?

Sus forcejeos aumentaron. Aumentaron tan cruelmente que pronto estuvo jadeando y sudando al lado de sus hombres.

—Dadle la vuelta —les ordenó. Sin misericordia. nick no tenía paciencia para esperar hasta que ella se cansara—. Únicamente, tatuaré hasta que mi nombre esté lo suficientemente claro como para satisfacerme.

Con un chillido frustrado y enfurecido, finalmente se calmó. Ella sabía que decía la verdad.

Él siempre decía la verdad. Las amenazas no eran algo en lo que gastara saliva en pronunciar.

Sólo en las promesas.

—Eso es, buena chica.

nick caminó a grandes pasos hacia adelante y desgarró la tela de su espalda. La piel era de color bronceado y suave. Perfecta. Una vez, él había acariciado esa espalda. La había besado y lamido. Y sí, estar con ella había sido más satisfactorio de lo que fue con cualquiera de las demás, pero no sería gobernado por su pene y la liberaría antes de marcarla, todo por la esperanza de poder meterse en su cama otra vez. Haría esto.

—Esto no es lo que te hice a ti —miley habló con voz áspera—. Yo no te marqué la espalda.

—¿Preferirías que marcara tus preciosos pechos?

Ante eso, contuvo su lengua.

Bien. Él no deseaba estropear su pecho. Sus senos eran una obra de arte, seguramente la más fina creación del mundo.

—No hay necesidad de agradecérmelo —murmuró. Extendió su mano ante la necesidad de darle un azote con su mano—.  Por lo menos, no tendrás que mirar mi nombre cada día de tu, demasiada larga, vida.

Como él tuvo que hacer.

—No hagas esto —lloró repentinamente ella—. Por favor. No lo hagas —giró la cabeza y había lágrimas en sus ojos cafés.

Ella no era una mujer hermosa. Apenas podría ser llamada bonita. Su nariz era ligeramente larga y sus mejillas un poco agudas. Tenía el pelo de color castaño para caer en sus hombros, el cuerpo de una guerrera. Pero había algo en ella que siempre le había atraído.

Él puso los  ojos en blanco.

—Seca esas lágrimas falsas, miley —y él sabía que eran falsas. Ella no era propensa a los despliegues de emoción—. No me afectan y ciertamente no te salvarán
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oliis nenas no soy saris soy jessikiis como me dice sariis ella no puede subir ya q fue al hospital y me encargo subir esta internada y q bonita se va ehh con el celular jejeje me lo acaba de decir jejje amm poes espero q mi saris este biien y q no pase nada malo espero q se cuiden y estan super y amm un besiito de parte de saris y de mii y capi dedicado a vale q  me lo dijo sariis y a jenitiixx asu novia okeey no lean eso am ya creo q ya y primiis mejoreeee