domingo, 3 de junio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 1



Los servicios de Wind & Stone jamás se publicitaban. Su
reputación como agencia de seguridad era impecable y corría de boca
en boca.  
Robert T. James esperaba que fuera verdad todo lo que se decía
de ellos. Uno de sus mejores amigos, John Barnes, actual director del
FBI, se los había recomendado. Y uno no desoye una recomendación
como ésta.
La firma se encontraba en el penúltimo piso de un alto edificio en la
ciudad de los vientos, Chicago. Sabía que los cuatro últimos pisos
pertenecían a la compañía. Ya desde la entrada estaba impresionado
con las muestras de seguridad que observaba. El ascensor se abrió y
James avanzó. Frente a él se encontraba una elegante mujer de
cabellos cortos y blancos cortando una llamada telefónica.
Inmediatamente que lo vio, se puso de pie y salio de atrás de su
escritorio para recibirlo con una sonrisa.
—¿Señor James? —Le preguntó con una voz oscura. Voz de fumadora
se dijo a sí mismo el señor James.
—Sí.
—Soy la secretaria de la firma, Cordelia Chase —el señor James se
acercó a ella y le extendió su mano—. Adelante por favor, el Señor
Windstone lo está esperando. 
_Mucho gusto—. El señor James apretó su mano. 
—Por aquí_ La elegante mujer guió sus pasos hacia una imponente
puerta de una oscura madera, la abrió y esperó a que el señor James
cruzara el umbral. 

Cuando James ingresó lo esperaba una sorpresa. Toda la enorme
oficina estaba decorada al vibrante estilo Santa Fe. Tapices tejidos en
las paredes, una hermosa estantería de madera de cedro que
contenía obras de alfarería evidentemente navajas. Sus rojos, ocres y
tierra daban un encantador aspecto a la oficina que recibía una
importante luz de los enormes ventanales que mostraban un aspecto
imponente del lago Michigan. El brillante piso en tono marrón estaba
en su mayor parte cubierto por una alfombra evidentemente de
origen navajo por el uso intenso del color turquesa. 
Cuando James se fijó en el enorme hombre que se elevaba detrás de
su escritorio para acercársele a saludarlo, por un segundo tuvo la
certeza de que la alfombra y el estilo navajo coincidían con las raíces
del hombre que lo estaba saludando. El hombre tenía una altura
bastante considerable, entre uno ochenta y siete o uno noventa sin
duda.
—Señor Windstone —le dijo estrechando la mano, y la segunda
sorpresa lo cubrió, sus manos eran fuertes, grandes y callosas, no
había duda que este hombre a pesar del elegante traje oscuro que
usaba, trabajaba con sus manos, esos callos no se hacen detrás de
un escritorio.
—Llámame Nick, los Windstone somos tres, Mucho gusto señor
James. Pase, tomé asiento.
Mientras James se sentaba, Nick lo observó mirar las fotografías que
decoraban una de las paredes de la sala. 
—Mi hermano Kevin es el fotógrafo. 
—Hermosas. Tiene usted una hermosa oficina Nick, es algo
insólito encontrar a Santa Fe en Chicago. 
—Ese es mi hermano menor, Joe, quiere mantener nuestras 
raíces.  

Una sola mirada le bastó a Nick para conocer a Robert T. James.
Se veía nervioso e impaciente y demasiado seguro de sí mismo. 
—Gracias por aceptar mi caso. Barnes me dijo que tenían una agenda
muy ocupada. Esperaba que aceptaran.
John Barnes había sido su jefe durante los diez años que trabajaron
en el FBI. Y cada vez que lo llamaba lamentaba el no contar con los
hermanos Windstone. No era extraño ya que habían dejado tras de
sí, el impresionante récord del cien por cien de casos asignados,
solucionados. Insólito, y hasta ahora imbatible.
Los tres hermanos se habían constituido en la mejor brigada de
investigación de la Agencia y Barnes como su jefe había recibido los
honores. Su actual cargo de Director se debía completamente al
trabajo que ellos llevaron a cabo.
Nick sabía que si Barnes les había enviado a James, el caso no
era tan sencillo.
—Sí. Tenemos una agenda llena, pero Barnes es un amigo pidiendo
un favor especial.
—Barnes me contó que usted y sus hermanos mantuvieron un récord
que aún no ha podido ser superado.
—Barnes exagera.
—No lo creo señor Windstone… y necesito pensar que es cierto ya
que la vida de mi hija, está en peligro.
James sacó un sobre y se lo extendió.
—Señor Windstone, este sobre contiene un cheque en blanco.
Coloque en él la suma que quiera pero deberá proteger a mi hija
—¿Deberé? — la voz de Windstone pareció cortar el ambiente. 
Sus ojos parecían acusarlo así que James empleó el libreto que todos
conoces y aceptan: el dinero
—No creo que se pueda decir no a un cheque en blanco ¿no le parece
Windstone?  
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Aqui la nueva novela pondre otro capitulo de esta


5 comentarios:

butblop dijo...

FENOMENAL SIGUELAAAA

Anónimo dijo...

ahh siguelaaa

angela dijo...

WAO WAO WAO BUENISISIMO

carter dijo...

WAO WAO ESTA FASINANTE SIGUELA RPONTO

amitha dijo...

amigaaa shh ree buenisisma tendra mucho exito seguroo