viernes, 15 de junio de 2012

The Bodyguard- Capitulo 7




—Así es. 
—¿Y no nos abrió?
Miley los miró de arriba abajo algo molesta, se la veía como
¿inquieta? —Con… con todo… lo que ha pasado no dejaría entrar a…
nadie que no supiera quién es_. Su voz algo tartamudeante era casi
un murmullo. 
Si Nick y Kevin parecían algo sorprendidos, Miley lo estaba aun
más. Estaba dejando entrar a su departamento a los dos ejemplares
masculinos más impactantes que hubiera visto jamás. Altos, morenos
y hermosos. “peligrosos” decía un cartel sobre ellos. Exacta muestra
de “Todo músculo, nada de cerebro”. Pero su padre le había hablado
de Wind & Stone y sabía que era la mejor agencia de seguridad
privada de Chicago. Entonces “Todo músculo y algo de cerebro”. 
Estos dos perfectos especimenes empequeñecieron inmediatamente 
el cuarto. Cuando se dio vuelta para dejarlos entrar se sintió como un
ratoncito frente a dos elefantes. Los miró. Tan iguales pero tan 

distintos. Uno, oscuro, distante, amenazante, el otro, parecía
divertido, más franco. Más abierto, pero había algo en sus ojos, algo
que impedía creerse que estabas frente a un chico bueno. Éste le
sonrió se acercó a ella y le extendió la mano para saludarla.
—Kevin Windstone. Mucho gusto. Mi hermano Nicholas Windstone.
Nos preocupó que no abriera.
Ella sostuvo su mano un momento y miró al otro hombre. Cuando sus
ojos se encontraron se sintió como Caperucita a punto de ser comida
por el lobo feroz. Sus ojos la miraban como su fuera a devorarla. 
Nick en verdad la miraba como si fuera a devorarla. Su boca era
increíble. Por un segundo recordó lo que dijo Kevin y su polla se
endureció. Demonios. Qué boca… en ese mismo segundo sólo quiso
arrodillarla ante sí, liberar su polla y meterla en esa infernal boca. Los
dedos le picaron y tuvo que obligarse a abrirlos y cerrarlos antes de
extender la mano para saludarla. Levantó sus ojos recorriéndola
qué… tetas tan… extendió la mano y tomó la suya. Al tocarla se
sorprendió, un momento, ella parece, no… no parece, está asustada.
¿de él? No. No de él, de lo que sentía, el aire se lo decía. Estaba
furiosa, ¿furiosa? Sabía que las mujeres no eran inmunes a sus
habilidades y presencia, pero ella no parecía entrar en esa categoría.
Y nunca había vivido una situación semejante, desde los doce años su
voz había manejado a todo el mundo excepto a sus padres y sus
hermanos. Miedo y enojo, interesante combinación para un ratoncito.
¿Cómo era posible? Así que lo intentó de nuevo, cargando en su voz
toda la sugestión de que era capaz.
—Tráiganos un vaso de whisky. Llene los vasos y siéntese.
Los dos hombres la miraron como esperando que ella saltara ante su
orden. Ella solo dio un respingo, su cuerpo se irguió ante el tono
brusco de su voz. La vio sacar la lengua y pasarla por entre esa
pecadoramente adorable boquita suya. La vio apretar sus manos 

como juntando fuerza y mirarlo a los ojos, casi desafiante. Con el
mismo desafío de un ratón frente a un elefante.
—Lo…lo… si…siento. No creo que sea…_a quí bajó la voz tanto que
casi no escuchó lo que decía_, conveniente que… beban, se supone
que están trabajando ¿o no? _sus manos habían tomado casi
inconscientemente el borde de los puños, de unas larguísimas
mangas y las apretaba como si ellas pudieran darle el valor que
necesitaba_. Pero si podemos sentarnos. Pasen, por favor… _cuando
dijo por favor,miró anhelante a Kevin , esperando que él accediera. 
Miley no sabía que pensar ¿Le habían dado una orden?¿En su
casa? Se dio media vuelta y avanzó hacia la sala sin esperarlos.
Parecía que estaba condenada a interactuar con ellos. No era algo
fácil para ella relacionarse con desconocidos, y menos con un aspecto
tan… enorme. No le gustaban los hombres a los que tenía que mirar
hacia arriba. Y menos cuando son tan manifiestamente autoritarios.
Solo obedecía a su padre, pero no tenía que hacer lo mismo con estos
dos extraños que la miraban de una manera…amenzante. 
Kevin miró a Nick. Ninguno de los dos entendía nada, pero la cara de
su hermano reflejó tal desconcierto que lo hizo lanzar una carcajada,
fuerte y clara.
Miley escuchó la risa y se dio vuelta. Reacción tardía pensó. Los
miró, tampoco entendía mucho y tenía sus propios problemas. Se
sentía completamente acalorada. Desde el mismo segundo que tocó
su mano, sus senos habían respondido a su toque como si pensaran
por sí mismos, se habían espesado y erguidos. Sus pezones se
convirtieron en dolorosos guijarros. Podía sentir su vulva hinchada. La
humedad entre sus piernas mojó sus bragas como si hubiera abierto
alguna compuerta en su interior. Su lengua recorrió sus labios
repentinamente secos, mojándolos. Al tocarlo se sintió algo insegura, 


6 comentarios:

eliz_cyrus_miller_jonas dijo...

o.0 se exitoo ahhh SEGUIRLA CHICAA

eliza dijo...

ME ENCANTA ESTA NOVELA AHHH

yolito dijo...

WAO WAO SE EXITO EHH

Anónimo dijo...

ME ENCANTO

amitha dijo...

no me lo creo waoo

isabella dijo...

QUE BONITO YA LEO EL OTRO