sábado, 4 de febrero de 2012

Átame a ti - capitulo- 9



―¿Qué tal si nos encontramos pasado mañana enfrente del supermercado, a las siete de la noche?
―Puedo recogerte en tu casa, si es una cita.
―No es una buena idea.
Maldición. miley pensaba que había estado haciendo progresos con ella.
―¿No confías en mí?
miley le dio un ligero codazo para que saliera del asiento y se colocó junto a él.
―¿Después de que el modo en que me has dado el postre activara más mi afición a los dulces? No confío en mi misma ―Deslizó sus dedos por el borde de su sombrero―. Espérame solo fuera de la tienda, Jonas, y no llegues tarde ―Un susurro de sus labios y se había ido.


nick se sacudió los recuerdos. Aparcó y estudió el reanimado Edificio Sandstone. En un extremo estaba el Dewey Delish Dish, un restaurante familiar que dirigía Macie, la mujer de su primo Carter. En el otro extremo, estaba Healing Touch Massage, propiedad de AJ Jonas, la esposa de su primo Cord.
Justo en el medio estaba miley Blue e India Ink. Y dentro estaba su hija.
Hope. Nunca había estado tan malditamente nervioso en su vida. Saltó de su camioneta y subió despacio por las escaleras de tablones de madera. Frente a la recargada puerta metálica, se tomó un segundo para respirar, comprendiendo que la sensación de mareo era debida a la falta de oxígeno de su confundido cerebro.
Un repique de campanillas tintineó cuando entró en el gran almacén.
El aroma le bombardeó. No era pesado y empalagoso como un caro perfume, sino sencillo y dulce. Natural. Recordaba el olor de las flores salvajes en las amplias y abiertas praderas de Wyoming. Evocando a miley.
Hablando del diablo… Justo entonces miley giró la esquina y se quedó congelada.
Se miraron fijamente el uno al otro en completo y estupefacto silencio.
Dios, estaba preciosa. Una diosa terrenal en un vaporoso vestido turquesa que exhibía su cuello de cisne a la perfección. Un fajín rojo escarlata atado alrededor de su cintura atraía su atención a la sexy curva de sus caderas. Un desnudo dedo anillado asomaba por debajo del dobladillo de su irregular falda. Su pelo castaño estaba más largo, rizándose cerca del final de sus rellenos pechos pero muy adecuado a su imagen de gitana.
nick aclaró su garganta y encontró su cautelosa y fija mirada.
―¿Es cierto, miley? ¿Tenemos un hijo?
Su respuesta tardó en llegar. Finalmente, asintió.
―¿Por qué no me lo dijiste?
―Traté de hacerlo, nick. Llamé a casa de tus padres. No estabas allí. Me dijeron que te habías trasladado. No sabía dónde. No sabía si te importaba.
En lugar de ladrar una gilipollez, expelió un suspiro frustrado.
―¿Significa eso que no recibiste mi carta?
Sus verdes ojos se estrecharon suspicaces.
―¿Qué carta?
Mierda.
―Te envié una carta hace más o menos un mes. Diciéndote que regresaba. Preguntándote si podíamos dejar lo pasado en el pasado y empezar de nuevo.
―Empezar de nuevo como… ¿empezar a salir?
―Uh. Sí.
―No recibí esa carta ―Apretó sus ojos cerrados durante un momento―. ¿Qué más decía?
Su expresión indicaba claramente que pensaba que estaba mintiendo. Le había enviado la maldita carta. Había necesitado casi una semana para escribir unos pocos y pésimos párrafos.
―Podemos hablar sobre ello más tarde. Ahora quiero ver a mi hija.
―Está durmiendo.
―No me importa. Despiértala.
mileyabrió la boca. Luego la cerró.
―Volveré enseguida.
Ese fue el minuto más largo y espantoso en la vida de nick. Todo su cuerpo se sacudía. Incluso tuvo que apretar sus malditas rodillas para que le dejaran de temblar las piernas como a un potro recién nacido. Gotas de sudor caían por su espalda, empapando la pretina de sus vaqueros. Apretó los dientes y cerró los puños.
Justo cuando pensaba que no podía esperar un segundo más, miley apareció.
Se aproximó a él cautelosamente, sosteniendo un bulto envuelto en una mullida mantita amarilla, acurrucándolo contra sus exuberantes pechos.
nick no podía respirar. No podía pensar. No podía apartar sus ojos de ese pequeño bulto. Dios. Era tan malditamente pequeño. ¿Cómo podía vivir o respirar ahí dentro un bebé?
Cuando miley se aproximó sigilosamente a él y echó atrás la manta revelando una dulce, perfecta, bella y rosada carita, nicktuvo un momento de completo orgullo y alegría antes de que su visión se hiciera borrosa.
Se balanceó y todo se volvió negro.



Espero que les guste aqui empieza el maratón y muchas gracias por sus comentarios los ame enserio aww gracias

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ohh me encanto encerio

butblop dijo...

te qudo mega geneal seguila ya por fas

eliz_cyrus_miller_jonas dijo...

seguila ya

jessi dijo...

seguila porfas estuvo impactante

melani dijo...

ahh te quedo estupendo encerioseguila

melina dijo...

seguila