―¿Qué
tal si nos encontramos pasado mañana enfrente del supermercado, a las siete de
la noche?
―Puedo
recogerte en tu casa, si es una cita.
―No
es una buena idea.
Maldición.
miley pensaba que había estado haciendo progresos con ella.
―¿No
confías en mí?
miley le dio un ligero codazo para que saliera del asiento y se colocó junto a él.
―¿Después
de que el modo en que me has dado el postre activara más mi afición a los
dulces? No confío en mi misma ―Deslizó sus dedos por el borde de su sombrero―.
Espérame solo fuera de la tienda, Jonas, y no llegues tarde ―Un susurro de sus
labios y se había ido.
nick se sacudió los recuerdos. Aparcó y estudió el reanimado Edificio Sandstone. En
un extremo estaba el Dewey Delish Dish, un restaurante familiar
que dirigía Macie, la mujer de su primo Carter. En el otro extremo, estaba
Healing Touch Massage, propiedad de AJ Jonas, la
esposa de su primo Cord.
Justo
en el medio estaba miley Blue e India Ink. Y dentro estaba su hija.
Hope. Nunca había estado tan malditamente nervioso en su vida. Saltó de su
camioneta y subió despacio por las escaleras de tablones de madera. Frente a la
recargada puerta metálica, se tomó un segundo para respirar, comprendiendo que
la sensación de mareo era debida a la falta de oxígeno de su confundido
cerebro.
Un
repique de campanillas tintineó cuando entró en el gran almacén.
El
aroma le bombardeó. No era pesado y empalagoso como un caro perfume, sino
sencillo y dulce. Natural. Recordaba el olor de las flores salvajes en las
amplias y abiertas praderas de Wyoming. Evocando a miley.
Hablando
del diablo… Justo entonces miley giró la esquina y se quedó congelada.
Se
miraron fijamente el uno al otro en completo y estupefacto silencio.
Dios,
estaba preciosa. Una diosa terrenal en un vaporoso vestido turquesa que exhibía
su cuello de cisne a la perfección. Un fajín rojo escarlata atado alrededor de
su cintura atraía su atención a la sexy curva de sus caderas. Un desnudo dedo
anillado asomaba por debajo del dobladillo de su irregular falda. Su pelo
castaño estaba más largo, rizándose cerca del final de sus rellenos pechos pero
muy adecuado a su imagen de gitana.
nick aclaró su garganta y encontró su cautelosa y fija mirada.
―¿Es
cierto, miley? ¿Tenemos un hijo?
Su
respuesta tardó en llegar. Finalmente, asintió.
―¿Por
qué no me lo dijiste?
―Traté
de hacerlo, nick. Llamé a casa de tus padres. No estabas allí. Me dijeron que
te habías trasladado. No sabía dónde. No sabía si te importaba.
En
lugar de ladrar una gilipollez, expelió un suspiro frustrado.
―¿Significa
eso que no recibiste mi carta?
Sus
verdes ojos se estrecharon suspicaces.
―¿Qué
carta?
Mierda.
―Te
envié una carta hace más o menos un mes. Diciéndote que regresaba.
Preguntándote si podíamos dejar lo pasado en el pasado y empezar de nuevo.
―Empezar
de nuevo como… ¿empezar a salir?
―Uh.
Sí.
―No
recibí esa carta ―Apretó sus ojos cerrados durante un momento―. ¿Qué más decía?
Su
expresión indicaba claramente que pensaba que estaba mintiendo. Le había
enviado la maldita carta. Había necesitado casi una semana para escribir unos
pocos y pésimos párrafos.
―Podemos
hablar sobre ello más tarde. Ahora quiero ver a mi hija.
―Está
durmiendo.
―No
me importa. Despiértala.
mileyabrió la boca. Luego la cerró.
―Volveré
enseguida.
Ese
fue el minuto más largo y espantoso en la vida de nick. Todo su cuerpo se
sacudía. Incluso tuvo que apretar sus malditas rodillas para que le dejaran de
temblar las piernas como a un potro recién nacido. Gotas de sudor caían por su
espalda, empapando la pretina de sus vaqueros. Apretó los dientes y cerró los
puños.
Justo
cuando pensaba que no podía esperar un segundo más, miley apareció.
Se
aproximó a él cautelosamente, sosteniendo un bulto envuelto en una mullida
mantita amarilla, acurrucándolo contra sus exuberantes pechos.
nick no podía respirar. No podía pensar. No podía apartar sus ojos de ese pequeño
bulto. Dios. Era tan malditamente pequeño. ¿Cómo podía vivir o respirar ahí
dentro un bebé?
Cuando
miley se aproximó sigilosamente a él y echó atrás la manta revelando una
dulce, perfecta, bella y rosada carita, nicktuvo un momento de completo
orgullo y alegría antes de que su visión se hiciera borrosa.
Se
balanceó y todo se volvió negro.
Espero que les guste aqui empieza el maratón y muchas gracias por sus comentarios los ame enserio aww gracias
6 comentarios:
ohh me encanto encerio
te qudo mega geneal seguila ya por fas
seguila ya
seguila porfas estuvo impactante
ahh te quedo estupendo encerioseguila
seguila
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