martes, 28 de febrero de 2012

the manual of the forbidden- capi- 4



-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.
-A nick le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó selena.
-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.
-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.

Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a nick muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de nick volar hacía selena. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrada por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de selena.

-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con miley se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y joe-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.
-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a joe hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que selena ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho… ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del hermano de nick ? Seguro también era apuesto.

-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo nick a su novia y luego besó su frente.
-Gracias, amor.
-miley-me giré a mirar a nick de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses-sonrió.De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.
-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.

selena y nick salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, por que a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía. Luego de que oí la puerta cerrarse, selena se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

-¿No es perfecto?-preguntó.
-¿Qué cosa?-inquirí, confundida.
-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.
Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando selena me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.

-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.
-A las seis.
-¿De la tarde?
-De la mañana.

Abrí los ojos como platos y la miré.

-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?
-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.
-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?
-Por que si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.
-Voy a extrañarte-hice un puchero. Ella rió.
-Me extrañarás más si consigo el trabajo, por que saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.
-selena, estoy cansada, me acostaré ya-dije.
-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.
-Ocho cuarenta -corregí-, y sí, estoy muy cansada y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, sólo la primera parte era cierta por que tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

-Está bien. Buenas noches.
-Buenas noches -me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.
-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. nick vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

-Genial -mascullé, y sonreí.

Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.
Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que selena se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con nick. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.
Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de selena del otro lado.

-¡miley, levántate ya! -gritó. Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos. -¡Bestia!- volvió a golpear la puerta- nick vendrá en cualquier momento.

¿nick? Abrí los ojos, completamente despierta y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. selena corría de un lugar a otro en busca de algo.

-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.
-¿Qué buscas?-pregunté.
-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.

Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría nick en llegar?...

...¿Por qué me pregunto eso?

-Busca en tu cuarto, selena-musité. Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.
-miley, por favor abre-me gritó selena desde su cuarto. Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.
-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.
-Buenos días, nick-le devolví la sonrisa-.
Pasa...
Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.

-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.

Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenada. Nadie, exceptuando a selena, me había visto en pijama.
-Gracias-murmuré.
-¿Dónde está selena?
-En…
-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.
-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.

Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.

Me vestí rápidamente, me hice una coleta de lado y me coloqué una boina a cuadros sobre la cabeza.

-¡miley! Debo irme-gritó selena, desde algún lugar cercano a la puerta.Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.
-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.
-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta. Miré entonces a nick, quien se encontraba parado mirándome a mí.
-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.
-Es muy temprano para desayunar-musité.El rió.
-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.
-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.

Tomé mi bolso y me lo crucé por el cuerpo, echando allí mí cámara; luego él me abrió la puerta y me dejó pasar primero. Se deslizó después hacía mi lado y caminó junto a mí, su perfume, mezcla de miel y frutas tropicales se introdujo en mi nariz.

-¿Escaleras o ascensor?-preguntó.
-Escaleras, es el tercer piso-decidí. Sonrió como si le hubiera gustado mi elección. Esperó a que yo me adelantara y luego me siguió muy cerca. Cuando salimos del edificio, caminé hacia la derecha, muy decidida.
-¿A dónde vas?-preguntó nicky me giré a mirarle, entonces me di cuenta de que ya no me seguía sino que estaba parado y reía.
-Pues, a tomar un taxi o un autobús-me encogí de hombros, confundida.

El rió con ganas y sus carcajadas atronaron en mis oídos como la entonación de una cascada al caer al lago. No comprendí qué le resultaba tan gracioso y fruncí el ceño.
-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Por que si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.

Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.

-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.

La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.


6 comentarios:

amorciegoniley dijo...

ahh estupendaaa seguilaaa

amorciegoniley dijo...

ahh estupendaaa seguilaaa

alexajonas dijo...

OHH ESTUPENDAAA

beln_de_jonas dijo...

genealisisma tienes que seguirla yaaa

angela dijo...

me facina esta novelaaa

butblop dijo...

oye tiene sque seguirla me encanto