viernes, 3 de febrero de 2012

una proposicion atrevida-cap-53



Se fue a las siete? -preguntó Fuzz con incredulidad. miley rió divertida al pasarle a su amiga una taza de té y volver a sentarse en uno de los extremos del sofá.
-Nada ha cambiado.
-Por el contrario -la contradijo Fuzz-. Es obvio que él quiere que vuelvas.
¡Fuzz y su afición a los finales felices! Había llegado a casa de madrugada, todavía embelesada con su anillo.
-Lo quiere a causa del bebé -respondió miley-. ¿Te gustaría que algo así fuese la única base de tu matrimonio? -preguntó con sequedad.
-Por supuesto que no. ¿Entonces qué vas a hacer?
-Le permitiré que me mantenga... eso debe satisfacer su sentido de la obligación.
-Es posible que las cosas no sean como tu crees y que él con sinceridad quiera a su niño y te ame a ti. Tal vez él no mienta en algo tan importante... fíjate por ejemplo en Luigi: se casó con la madre de nick por su dinero -los ojos de Fuzz se entristecieron-. Pero ha sido sincero conmigo... ahora... se ha reformado. nick pudo ser cualquier cosa cuando era más joven, pero ha cambiado.
miley  se imaginó lo que esa confidencia respecto a Paulina le había costado a su amiga contársela.
-Si nick llega a cambiar alguna vez, no será porque lo haga por mí. Créemelo, Fuzz -musitó-. Y no necesita una esposa por las mismas razones por las que, por lo general, los hombres las necesitan. Tiene suficiente servicio doméstico que se encarga del mantenimiento de sus casas, y mujeres... éstas van y viene. Eso es lo que le gusta a nick, la clase de vida que prefiere.
En el lapso de incómodo silencio, el timbre de la puerta sonó dos veces.
-Debe ser para ti -dijo miley-. nick no vendrá hasta las diez.
Mientras Fuzz iba a abrir, miley entró en su habitación, aliviada de que hubiese terminado aquella charla, y porque tenía que vestirse, pues estaba en camisón.
-Creo que llegué antes de tiempo -dijo la voz de nick desde la puerta del dormitorio, y miley sintió un escalofrío que le recorría la columna vertebral-. ¿Ya has terminado de hacer las maletas?
-No voy a ir a ninguna parte, así que no tengo que hacer las maletas.
-Creí que anoche ya habíamos puesto todo esto en claro -expresó nick, y su sonrisa desapareció.
-Si ello te hace sentir mejor, aceptaré la pensión que me ofreció Lew. Entonces podré alquilar alguna pequeña casa... sería la mejor solución.
-¿Dónde está tu anillo? -tomó la mano izquierda de ella-. ¿No te da vergüenza en tu estado ir sin anillo?
-Es que mis dedos engordaron igual que mi figura -explicó ella mientras soltaba la mano-. ¿No comprendes, nick? ¡No es necesario que hagas más sacrificios!
-No tengo madera de mártir -aseguró nick con una mueca-. ¿Por qué no te vistes? El día es hermoso y gozarás del viaje hasta la casa.
miley pensó que era como darse contra una pared y deseó terminar con ello, antes de echarse a llorar.
-No voy a ir a ninguna parte contigo, así que vete y sigue adelante con la clase de vida que llevabas antes de que Luigi te fuera a ver ayer -replicó ella.
-Una vida de trabajo.
-¿En serio?
La tensión chisporroteaba entre ellos.

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