Ella negó con un movimiento de cabeza.
-Fue por decisión mutua, y creo que hicieron bien.
Cuando terminaron de cenar, él se levantó para ayudarla a retirar
los platos.
-¿Podríamos hablar ahora de nosotros? Te llevaré a Wytchwood, mi
casa en Kent. Es un sitio muy tranquilo... te gustará.
miley fue a cerrar las cortinas, ansiosa de poner algún espacio
entre ellos, pues le parecía imposible mirarlo y negarse a lo que le pedía,
cuando cada uno de sus traicioneros sentidos la decía que cediera a estar con
él a cualquier precio... con lo fácil que sería ceder después de los largos y
vacíos meses anteriores; pero si lo hacía, tendría una agonía diferente con la
que vivir cada día: la indiferencia de nick. Con el tiempo, llegaría a
odiarla. Ella no podría soportar el odio de nick, pero era natural que
surgiese cuando uno de los miembros de la pareja se sentía atrapado por el
deber. Él no los deseaba ni al niño ni a ella. ¿Durante cuánto tiempo podría
soportarlos?
- nick, no voy a ir contigo a ninguna parte -expuso miley con
valentía-. Creí habértelo dicho con claridad. Prosigue con tu vida, que yo
seguiré con la mía -especificó-. Como verás hasta ahora he podido arreglármelas
muy bien yo sola.
-A mí no me lo parece.
Wytchwood, pensaba ella con amargura. La casa que él tenía fuera
de la ciudad... quizá viviese con otra mujer en el ático. ¡Él muy canalla!
-Piensa en que es una oportunidad para un nuevo comienzo -continuó
él imperturbable-. Todavía seguimos casados y tú no tienes a nadie más en la
vida. No obstante, parece que el abrazarte a un fantasma por las noches es más
de tu estilo.
-¿Crees que todos deben obedecerte de inmediato?
Él alzó una de sus negras cejas.
-Mi esposa sí.
-¡Yo no soy tu esposa! -clamó ella con voz temblorosa-. Si estás
aquí, es sólo debido a mi embarazo... de nuevo te sientes responsable.
-¿Acaso no lo soy?
La pequeña esperanza que tuvo miley se desvaneció al oírlo hablar.
Su código de honor, su convicción de que ella no podía hacer nada por sí misma,
lo impulsaban de nuevo hacia algo que estaba muy mal.
-En vista del humor que tienes, prefiero no tomar café e irme de
inmediato para que tú tengas tiempo de reflexionar y de preparar tus maletas.
Vendré a recogerte mañana por la mañana, cuando te hayas calmado y decidas no
volver a representar el papel de Anita la Huerfanita.
-Yo no...
-No hay elección posible. Esa oportunidad la tuviste en
Dominica... esta decisión la tomo yo.
Ella casi se quedó sin habla al oírlo hablar con tanta arrogancia.
-¡No tienes ningún derecho sobre mí!
-Soy tu esposo.
-¡Ja!
-Vendré a buscarte mañana a las diez.
-No abriré la puerta.
-Por supuesto que lo harás, miley, pues temerás que yo la golpee
hasta tirarla y que provoque las habladurías de los vecinos.
Y entonces se fue.
Colocar la cadena de seguridad significó una pequeña satisfacción
para miley, aunque tuvo que quitarla de nuevo después de limpiar la cocina,
pues no podía impedirle a Fuzz la entrada a su propia casa.
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Hola bueno capis dedicados a agus que esta que muere de aburrimiento asi que no mueras si no me quedo sin mi hermana perve jeje tkm
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