Ella ríe.
-
Y no, gracias a ti.
-
¿a mí?
-
Sin ti, no estuviera aquí.
Y con eso dicho, ella se voltea. Las
cortinas a penas y dejan pasar una cachito de la luz de la luna, pero se puede
notar la similitud del cuerpo de Nick. Ella sonríe y acaricia su torso, se da
cuenta que no lleva la camisa. Se acomoda un poco, y lo besa. Ahora ella lleva
la iniciativa. Y Nick solo sigue los labios de miley. Un dulce beso por la
noche ¿Qué mejor?
-
¿Sabes? Eres encantador.
Nick sonríe, y la atrae a él, a su pecho.
Ella se deja llevar, no sabe porque, pero lo hace. Y en el silencio de la
noche, juntos, se desvanecen en la profundidad de un nuevo sueño. Ahora sí, de
un dulce sueño.
Habitación añil. Azulada. Doradas
centellas traspasaron los ventanales cubriendo la mayor parte del cuarto. Ella
sintió la calidad de los rayos solares acariciando su piel, y golpeando sus
parpados. Se movió un poco, solo un poco. Suspiro. Vaya noche. Había dormido
como un bebe después de comer. Había descansado. No se le manifestó ninguna
pesadilla, al contrario, soñó con el edén. Y ahora, sonreía. Sonreía al
saber que en el pecho en el que había descansado era de Nick. El hermoso hombre.
Se levanto, con cuidado de no despertarlo. Después se detuvo al verlo
descansar. Si. Era hermoso. Joder, un dios. Cupido.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, después,
se borro. Nick estaba en su habitación. ¿Qué diría si la encontrasen ahí? ¿Con
él? Se levanto en un brinco. Lo movió un poco.
-
Nick. Nick--susurro-- ¡Nick! Joder, levántate.
-
Hm… no.
-
Sí, nos pueden descubrir.
-
¿y es que tu siempre te preocupas? Venga, acuéstate--dice indicándole con unas
palmaditas sobre la almohada de a un lado. Aun adormilado.
-
Despierta, puedes ir a dormir a tu habitación.
-
No, gracias. Tu cama es exquisita y huele al delicioso olor de tu cabello--dice
aspirando más el olor de la almohada.
Ella sonríe.
-
Nick…
El se mueve un poco. Con molestia. Y un
gesto de fatiga. Después, se destapa de las sabanas.
-
Vale. Me la cobrare.
-
Lo que digas, ahora sal de mi cuarto.
-
Lo que usted ordene.
Ella ríe. El se levanta de la cama. No
llevaba la playera. Dios. Jodidamente deseable. Solo me quedan 6 días, miley.
Se repetía para ella misma. Ella lo toma de la espalda y lo empuja hacia la
puerta.
-
Venga, Nick. Nos vemos en el desayuno.
-
Espera…
-
¿Qué?
Nick se detiene y se regresa por la
almohada.
-
Ya está, me llevo esta.
Ella ríe.
-
Ok. Vete.
Nick se zafa de ella y le logra robar un
beso en los labios. Ella hace un reproche.
-
Veras como desde ahora, se te hará tan difícil conseguir un beso mío.
El sonríe y giras los ojos.
-
Lo veré. Me largo, ¿te veo en el desayuno?
-
Me ves en el desayuno--sonríe ella.
Le regresa la sonríe. Ella lo vuelve a
empujar hasta estar segura de que se encuentre fuera de la habitación. Después,
cierra la puerta. Se queda en silencio. Pensativa. No hay que pensar. Ríe y se
vuelve a la cama. Unos minutos más tarde tocan. Sonríe, tiene una idea de quién
es. Seguro, otra vez, Nick. Abre la puerta.
-
¿ahora qué?--se queda pálida. No era Nick. Si no una mujer, alta, rubia. Muy
bonita. De hermoso parecer. Y con una sonrisa cautivadora-- ¡Chloe!
Después de eso, abraza a la chica. A su
amiga. La llena de besos y abrazos. Y ella se deja.
-
¿Qué haces aquí? Creí que volverías hasta… ¿Dentro de una semana?
-
Yo también, pero de cambiaron todos los planes… y ahora estoy aquí.
5 comentarios:
geneal exelente escritoraa
la ameee demasiado y lo sabes
estupendo
ahh seguilaaaaaa
geneaal
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