jueves, 5 de mayo de 2011

perfect lover-cap-80

Ella volvió a reírse.
— Tienes toda la razón. Me encanta que seas malo.
Las puertas se abrieron y miley se encaminó hacia su consulta, situada muy cerca del ascensor. nick la siguió.
Lisa los miró cuando entraron y abrió los ojos de par en par. Sus labios dibujaron una amplia sonrisa al contemplar a nick.
— Doctora miley —dijo, jugueteando con un mechón rubio de sus cabellos—, su novio es una bomba.
Meneando la cabeza, miley los presentó y, después, le enseño a nick su consulta. Él se quedó de pie, observando a través de los ventanales mientras miley encendía el ordenador y dejaba el bolso en el cajón de su escritorio.
Ella se detuvo al percibir que nick la miraba fijamente.
— ¿De verdad vas a pasarte todo el día aquí?
Él se encogió de hombros.
— No tengo nada mejor que hacer.
— Te vas a aburrir.
— Te aseguro que estoy más que acostumbrado al aburrimiento.
Lo malo era que miley lo sabía. Colocó una mano sobre su mejilla al imaginárselo dentro del libro, solo, encerrado en la más completa oscuridad.
Se puso de puntillas y lo besó con ternura.
— Gracias por acompañarme hoy. No creo que hubiera podido estar aquí de no ser por ti.
Él mordisqueó sus labios.
— Es un placer.
Lisa la llamó por el intercomunicador.

— Doctora miley, su cita de las ocho está aquí.
— Esperaré fuera —le dijo nick.
miley le dio un apretón en la mano antes de dejar que se marchara.
Durante la siguiente hora, no fue capaz de concentrarse en su paciente. Sus pensamientos volaban al hombre que la aguardaba fuera, y no paraban de dar vueltas a lo mucho que significaba para ella.
Y a lo aborrecible que encontraba el hecho de que se marchara.
Tan pronto como acabó la sesión, acompañó a su paciente a la puerta.
Lisa estaba enseñando a nick a hacer solitarios en el ordenador.
— Doctora miley —le dijo—, ¿sabe que nick no había jugado antes al solitario?
Miley intercambió una sonrisa chispeante con nick.
— ¿En serio?
Lisa se apartó de nick para echar un vistazo a la agenda.
— Por cierto, su cita de las tres ha sido cancelada. Y la de las nueve ha llamado para decir que llegará unos minutos tarde.
— De acuerdo. —miley señaló a la puerta con el pulgar—. Mientras jugáis, voy un momento al coche. Olvidé mi Palm Pilot.
nick alzó la mirada.
— Yo iré.
miley negó con la cabeza.
— Yo puedo hacerlo.
Sin contestarle, él rodeó el escritorio de Lisa y extendió la mano para que miley le diera las llaves.
— Yo iré —dijo con un tono que no admitía réplicas.
Como no tenía ganas de discutir, le dio las llaves.
— Está bajo mi asiento.
— Vale, no tardaré nada.
miley le hizo un saludo militar.
Con gesto de pocos amigos, salió de la oficina y se encaminó hacia el ascensor, al final del pasillo.
Iba a apretar el botón cuando se detuvo. ¡Por los dioses!, cómo odiaba esa cosa estrecha y cuadrada.
Y la idea de estar allí dentro, solo…
Echó un vistazo a su alrededor y vio las escaleras. Sin dudarlo ni un instante, se dirigió hacia ellas.
miley estaba intentando encontrar el informe de Rachel en su maletín, pero cayó en la cuenta de que había dejado un par de archivadores en el asiento trasero del coche.

— ¿Dónde tengo hoy la cabeza? —se reprendió. Pero no hizo falta que pensara mucho la respuesta. Sus pensamientos estaban divididos entre dos hombres que habían alterado su vida por completo.
Enfadada consigo misma por no ser capaz de concentrarse, cogió el maletín y salió de la consulta, detrás de nick.
— ¿Dónde va, Doctora? —le preguntó Lisa.
— Me he dejado unos cuantos informes en el coche. No tardo.
Lisa asintió.
miley se acercó al ascensor. Aún estaba rebuscando en el maletín en busca de los archivos cuando se abrieron las puertas.
Sin prestar mucha atención, entró en al ascensor y, de forma automática, apretó el botón de la planta baja.
Justo cuando las puertas se cerraron, se percató de que no estaba sola.
Rodney Carmichael estaba justo enfrente, mirándola fijamente.
— ¿Me vas a decir quién es él?
miley se quedó helada mientras la invadían el terror y la furia. ¡Sentía deseos de despedazarlo! Pero aunque su altura fuese escasa para ser un hombre, aún le sacaba una cabeza.
Y era muy inestable.
Ocultando el pánico, ella le habló con calma
— ¿Qué hace usted aquí?
Él hizo un mohín.
— No me has contestado. Quiero saber de quién era la ropa que había en tu casa.
— Eso no es de su incumbencia.
— ¡No digas tonterías! —chilló.

2 comentarios:

Yazmin dijo...

ohhh no la deges asi
nick al rescarte
me gusto el cap sis bye

Cαrσσ'H ♥ dijo...

Ahhhhhhhhhhhh!!!
qe miedo qon eze Tipo!!!
u.u
Zeguire qomenTando no lo ovidez!!!
xD
Aunqe ya lo leii!!
xD
ME GUZTA MUXOTEEEEEEEEEEE!!
^^!
Ezpero el proximo
xoxoxooxoxo