- Si lo has olvidado, ¡por qué me sigues gritando?
—Yo no estoy gritando—dijo él bajando la voz notablemente.
—¡Perfecto, porque yo nunca estuve con David y no voy a parar de decirlo hasta que me escuches!
—Pero yo no te creeré nunca. Recuerdo la forma en que me miraste la mañana después. ¡Eras culpable y estabas orgullosa de ello! Pero mirando atrás, sabiendo lo que sé ahora, ¡no era nada! Debería haberlo dicho antes, pero natu-ralmente, ser tu primer amante importa...
—¡Importa tanto que desapareciste una sema¬na entera después!
—¿Por qué no me cuentas exactamente lo que hiciste con David? —le preguntó él de re¬pente.
Ella se quedó sin palabras y abrió mucho los ojos.
Nick levantó entonces los brazos, frustrado ante su silencio.
—¡Es por tu culpa por lo que estoy pensando así de nuevo! ¿Por qué no has podido dejarlo como estaba?
Se acercó entonces a la mesa y sacó algo del bolsillo, dejándolo delante de ella.
—Pensaba darte esto después de desayunar.
Luego, se alejó y se metió en la villa.
Miley abrió la caja y se encontró un guar¬dapelo con un diamante incrustrado. Lo abrió y vio que dentro había dos fotos pequeñas de su madre y de su abuelo. Se sintió increíblemente afectada por ese detalle y se le saltaron las lá¬grimas.
Decidida a arreglar las cosas, entró en la casa y se dirigió al dormitorio. ¿Qué sentía Nick por ella? ¿Sentía algo profundo? ¿O ella era solo otra compañera de cama?
Una vez en el dormitorio, buscó sus cremas de maquillaje en el bolso que había usado la no¬che anterior. Pero lo que encontró fue un sobre de mediano tamaño que no había visto antes.
Lo abrió con el ceño fruncido. Contenía un recorte de prensa y un par de fotos a todo color. Las tiró sobre la cama para poder observarlas mejor. Estaba claro que una por lo menos había sido tomada con teleobjetivo. Era de Alexandra peregrin, en top less sobre una tumbona y en brazos de un hombre que se parecía mucho a Nick.
El corazón le dio un vuelco cuando la puerta se abrió de repente.
—¿Miley?
Sin dudarlo, ella se tumbó boca abajo sobre las fotos y el bolso.
—¿Te encuentras bien?
—Sí...
Como no se movió, Nick se acercó a la cama.
—Has estado llorando.
-No...
—Mentirosa —dijo él al tiempo que le enjuga¬ba una lágrima de la mejilla—. Lo siento. He perdido la cabeza. No puedo pensar bien cuan¬do tú mencionas... Ya sé que no es razonable, pero por favor, no vuelvas a hablar de eso. Me hace ponerme... irracional.
—Sí —dijo ella sin prestar mucha atención.
Lo que sucedió hacía diez años ahora ya no le parecía importante y en lo único en lo que podía pensar en esos momentos era en esas fo¬tos y rogaba de corazón para que se tratara de fotos antiguas, enviadas por su ex novia para fastidiarla.
—¿Estás segura de que estás bien?
—Solo dame cinco minutos para arreglarme.
.-¿Te ha gustado el guardapelo?
—Sí.
1 comentario:
wauuu genial... tkmmm princesa...
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