viernes, 13 de mayo de 2011

perfect lover-cap-84

faLos tres Mosqueteros, Beowulf, La Letra Escarlata, El Lobo y la Paloma, Armas de Caballero, Fallen, Amores en Peligro… y seguían y seguían hasta dejarla aturdida.
Los ojos se le llenaron de lágrimas de alegría y la invadió una oleada de calidez. Las estanterías estaban de nuevo llenas de libros. La mano le temblaba mientras acariciaba los lomos de su nueva colección.
— ¿Esto es un sueño? —susurró.
Sintió a nick tras ella. No la estaba tocando, pero podía percibirlo con cada poro, con cada sentido de su cuerpo. No era nada físico pero conseguía que la tierra temblara bajo sus pies. Y la dejaba sin aliento.
— No pudimos encontrarlos todos, especialmente las ediciones de bolsillo, pero selena me ha asegurado que hemos conseguido los más importantes.
Una única lágrima descendió por la mejilla de miley al ver las copias de los libros de su padre. ¿Cómo los habían podido conseguirlos?
El corazón le latía con fuerza mientras veía sus títulos foritos: 
Abrumada y con una sensación de mareo, dejó que las lágrimas corrieran por su rostro.
Se dio la vuelta y se lanzó a los brazos de nick.
— Gracias —sollozó—. ¿Cómo…? ¿Cómo lo has hecho?
Él se encogió de hombros, y alzó una mano para enjugarle las lágrimas. En ese momento, miley se dio cuenta de que algo faltaba en su mano.
— Tu anillo no —murmuró mientras contemplaba la señal blanquecina en el dedo de su mano derecha, donde había llevado el anillo—. Dime que no lo has hecho.
— Sólo era un anillo, miley.
No, no lo era. Ella recordaba la expresión de su rostro cuando el doctor Lewis quiso comprárselo.
«Jamás» —
había dicho él— «No sabe por lo que pasé para conseguirlo»
Pero miley sí lo sabía después de haber escuchado las historias de su pasado. Y lo había vendido por ella.
Temblando, se puso de puntillas y lo besó con fiereza.
nick se quedó helado al sentir sus labios. Jamás se había entregado a él de aquel modo. Cerró los ojos, hundió las manos en su pelo para dejar que le acariciara los brazos, y gimió ante el asalto de miley.
La cabeza de nick comenzó a dar vueltas al saborear su boca, al sentir el cuerpo de miley pegado al suyo, al ser consciente de la ferocidad de su beso, que nunca antes había experimentado; jamás le habían besado así…
Hasta su alma maldita se estremeció.
En ese momento, deseó poder permanecer sereno durante más tiempo. No quería vivir otro segundo más separado de miley. No podía imaginarse un solo día sin que ella estuviese a su lado.
nick notó cómo, poco a poco, perdía el control. La locura lo asaltaba dolorosamente, le atravesaba la cabeza al mismo tiempo que la entrepierna.
¡Todavía no!
Gritó su mente. No quería que ese momento terminara. Ahora no. No cuando ella estaba tan cerca.
Tan cerca… pero no tenía opción
La separó de la mala gana.
— Ya veo que te ha gustado el regalo, ¿no?
Ella se rió.
— Por supuesto que me ha gustado. nick, estás loco. —Le pasó los brazos alrededor de la cintura y apoyó la cabeza sobre su pecho.
nick se estremeció mientras unas desconocidas emociones hacían vibrar su cuerpo. La envolvió entre sus brazos y sintió cómo sus corazones latían al unísono.
Si pudiera, se quedaría así, abrazándola para toda la eternidad. Pero no podía. Retrocedió un paso. Ella lo miró con una ceja alzada. nick borró con una caricia las arrugas de preocupación que se habían formado en la frente de miley.
— No te estoy rechazando, cariño —le susurró—. Lo que ocurre es que no me siento muy bien en este momento.
— ¿Es la maldición?
Él asintió.
— ¿Puedo ayudarte?
— Dame un minuto para controlarlo.
miley se mordió el labio mientras lo observaba acercarse a la cama. Era la única vez que nick no parecía moverse con su habitual elegancia y fluidez. Daba la impresión de que apenas podía respirar, como si tuviese un terrible dolor de estómago. Agarró con tanta fuerza el poste de la cama que los nudillos se le pusieron blancos.
El dolor se apoderó de miley ante aquella imagen y quiso reconfortarlo. Quería ayudarlo más que nunca. De hecho quería… Lo quería a él. Y punto.
Abrió la boca ante el repentino impacto de sus pensamientos. Lo amaba.
Profunda, verdadera y totalmente. Lo amaba. ¿Cómo no iba a amarlo?
Con el corazón enloquecido, miley deslizó la mirada sobre los libros del vestidor. Los recuerdos la asaltaron: nick la noche que apareció y se le ofreció; nick haciéndole el amor en la ducha; nick tranquilizándola, haciéndola reír; nick bajando por la trampilla del ascensor para rescatarla; nick tumbado en la cama con la rosa, observándola mientras ella descubría sus regalos.
selena tenía razón. Era el mayor de los tesoros y no quería dejarlo marchar.
Estuvo a punto de decírselo, pero se contuvo. No era el momento. No cuando estaba soportando una tremenda agonía. No cuando era tan vulnerable.
Él querría saberlo.
¿O no?
miley consideró las consecuencias de su posible confesión. A nick no le gustaba esta época, estaba claro. Quería irse a casa. Si ella le confesaba cuáles eran sus sentimientos, él se quedaría por esa razón; pero no sería justo, porque casi lo haría por obligación. Quizás algún día acabara resentido con ella por haberle negado la posibilidad de regresar al mundo que una vez conoció. A lo que había sido.-
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espero y les guste chicas las quirooooooo muchooo

2 comentarios:

Yazmin dijo...

nooo como se atreve a pensar eso
miley diselo no seas tonta el t ama
ok me emocione
sigo las demas

Unknown dijo...

aaahhh por fia hace una maraton!!!!
te juro que tu novela me mataaa!!!!!
es demasiado buena y unika!!!
por fis hazlo x tus lectoras frekuentes!!!