1Estaba claro que su padre ya se había deshecho de mil. Así, la venganza sería mucho más personal...
Con una sonrisa maligna, llamó a la puerta y la abrió solo unos milímetros porque no quería tener que mirarla todavía a los ojos. Temía que la furia que se lo comía por dentro saliera al exterior a través de sus ojos.
-Te veo abajo para desayunar... -le dijo.
DESPUES de robarle una camisa a nick, miley bajó las escaleras hecha un flan en busca del comedor.
No la había esperado y le había hablado casi a través de la puerta en tono frío y distante. Después de la noche que habían compartido, no se esperaba aquello. Se preguntó si estaría deseando que se fuera de su casa. Tal vez, solo le diera de desayunar por educación. Además, ya eran casi las doce del mediodía.
Recordó las palabras que le había dicho la noche anterior y recobró la seguridad. Claro que, se lo podía haber inventado para engañarla. miley observo los cuadros y las antigüedades que había en el recibidor. Allí donde mirara, no encontraba más que señales de una opulencia que la intimidaba.
Apareció un criado y le abrió la puerta que conducía al comedor. Allí estaba nick, sentado en un extremo de una gran mesa. Se levantó inmediatamente y miley se sonrojó levemente.
-Te he quitado una camisa. Espero que no te importe -dijo nerviosa.
-Tendría que haber mandado a que buscaran tus cosas -contestó él. miley se sorprendió agradablemente por la propuesta. Claro que, aquello también podía significar que estaba acostumbradísimo a hacerlo con otras
-. Lo siento.
Apesadumbrada, miley desvió la mirada y se apresuró a sentarse.
nick sintió deseos de aplaudirla por su buena actuación. Fingía de maravilla el desconcierto de una mujer que nunca había pasado la noche en casa de un hombre al que tenía que ver por la mañana.
-Te puedes quedar en un apartamento que tengo -murmuró.
-Oh... no, gracias -contestó ella, sorprendida.
-No puedo soportar la idea de que no tengas dónde ir.
-No te preocupes. Hoy mismo me voy a poner a buscar piso -apuntó miley.
-No es fácil encontrar una casa decente en Londres.
-Ya me las apañaré. Hay mucha gente que lo hace, así que yo también. Estoy deseando demostrarle a mi padre que sé cuidarme sola. Me ofrecí a irme de casa cuando se volvió a casar, pero no quiso ni escucharme. Hizo que reformaran los antiguos establos y me instalé allí.
nick se quedó mirándola fijamente.
-No entiendo cómo un padre tan comprensivo como el que me estás describiendo llegue a echar de casa a su hija.
miley se puso como un tomate.
-Mi padre cree que me ha consentido demasiado.
-¿Ah, sí?
-Sí. La verdad es que me encanta que me mimen.
-Seguro que todos los hombres estarían encantados de hacerlo -contestó nick, sibilino.
-¡Deja de hacerme la pelota! Aquella mujer era lista, sí.
-¿Qué vas a hacer?
miley pensó en todas las facturas que tenía que pagar y sintió sudores fríos. Sabía que iba a tener que vender sus joyas y el coche, pero no quería aburrirlo con aquello.
-Encontrar un sitio donde vivir y un trabajo -contestó sin poder dejar de mirarlo. Se había duchado también y todavía tenía el pelo mojado. Aunque no sabía qué pensaba de ella en aquellos momentos, seguía fascinada por él.
-Te aconsejo que vayas a la agencia Select Recruitment. Me han dicho que son muy buenos -la aconsejó nick ocultándole que era suya.
-Eso espero -dijo miley sonriendo amargamente-. No tengo referencias y muy poca experiencia laboral.
-Estoy seguro de que podrás venderles tu personalidad y tu clase. La presencia es muy importante. Resalta tus puntos fuertes y no los débiles -la aconsejó.
Encantada con el consejo y el cumplido, miley se lanzó a por el cruasán con miel y el té. ¿Querría volver a verla? Seguramente, no. Se apresuró a dejar la taza de nuevo sobre el plato porque le temblaba la mano. «No seas tonta», se dijo controlando las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos. Al menos, le quedaba el consuelo de pensar que, tal vez, hubiera sido igual de especial para él porque no creía que tuviera por costumbre darse duchas gélidas con borrachas.
El reloj de su abuelo dio la hora y nick se puso en pie suspirando.
-Me temo que tengo una comida de trabajo que no puedo anular. Mi conductor te llevará donde tú quieras. Por favor, tómate todo el tiempo que necesites para terminar.
-No... si ya he terminado -contestó miley intentando sonreír. Se levantó y fue hacia el vestíbulo delante de él, apretando con fuerza el bolso. No le estaba gustando en absoluto la situación. Así aprendería a no emborracharse y, sobre todo, a no acostarse con un tipo que no conocía de nada.
nick pensó que eso de fingir que se sentía incómoda se le daba de maravilla. Se estaba comportando como si la hubiera amenazado o algo. Seguro que Joe no la había tratado con tanta dureza. Al pensar aquello, sonrió.
-Mejor te llevo yo -dijo dispuesto a alargar todo lo que pudiera su desconcierto-. ¿Dónde te llevo?
Una vez en la limusina y mientras él hablaba por teléfono en griego, miles contaba los minutos que le faltaban para perderlo de vista. Al recordar cómo la había hecho sentirse, como un animal salvaje, le dio pena que aquello no fuera a repetirse.
Después de haber dado órdenes para que la siguieran, nick se puso a hojear una revista hasta que la limusina se paró en la dirección que le había dado.
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capi dedicado a todas las chicas que siempre comentan
3 comentarios:
Pues yop comento
pero no lo he hecho ultimamente...
SIS REGRESE... wiii
me diverti y te extrañe mucho :'(
pase por una tiendita a la orilla de
la carretera y la tienda se
llamaba Sarita... y me puse triste...
pero ya volvi ya lei los capis pero comente
en este ya q me da flojera y tengo
muuuuuuuuuuuuuuuuuuucho q leer de una semana...
CONECTATE... te extrañop
me encantoooo
pobre Miley ='(
sis lo siento
no puedo conectarmeee
pufff mantener una conversacion
es dificil
con tu madre entrando a tu cuarto
sin avisar
sobre todo cuando esta que si tengo que
estudiar mas
o cosas asi :S
nick y su sed de venganza
jaja ok me gusto bye
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