jueves, 5 de mayo de 2011

sleeping with someone who hates me-cap-12

-Ya te llamaré... -le dijo cuando miley  se bajó del vehículo como alma que llevaba el diablo. miley parpadeó sorprendida y asintió,
-No tienes mi número -le dijo dándole el móvil.
Cuando por fin se alejó, nick se quedó mirándola y se dijo que debía apresurarse a anotar su número porque sabía que no iba a estar mucho tiempo en aquella dirección.
Estaba empezando a entender por qué Joe había caído rendido a sus pies. Aquella mujer era una experta actriz que se hacía pasar por inocente y sincera. Nick sintió una gran rabia.
Miley pensó que le había parecido que nick anotaba su número a toda velocidad. No, no podía ser. Claro que, por otra parte, sabía que era una chica fácil y, además, era una forma de dejarle claro que, si no la llamaba, no sería porque lo hubiera olvidado. Tenía muy claro que no la iba a llamar. Había sido educado, pero distante.
No había hecho el más mínimo amago de tocarla, a pesar de que era un hombre muy apasionado. Así se lo había demostrado la noche anterior, pero no por la mañana. Entonces, ¿por qué le había ofrecido su apartamento? Tal vez porque tuviera tantos, que le daba igual prescindir de uno. Tal vez fuese su manera de darle las gracias por haberse comportado como una furcia y haberle dado una buena noche de sexo.
En ese momento, vale abrió la puerta y se la encontró pálida ante la humillación que le había provocado aquel último pensamiento.
-Tienes visita -la informó vale, molesta-. Tu madrastra lleva aquí desde las doce.
¿A qué demonios estaba jugando Mabel? No tenían nada que decirse y verla era una tortura. ¿Era imprescindible que valeria se mostrara tan desagradable con ella?
-Mira, me voy a cambiar y le diré que se vaya. Yo me iré en cuanto meta mis cosas en el coche -le prometió dirigiéndose hacia la habitación.
Diez minutos después, entró en el salón. Mabel estaba en la ventana y se giró. Era una mujer castaña, menuda y con un cuerpo perfecto que no reflejaba en absoluto que estaba embarazada de cuatro meses. Sus ojos azules ya estaban empañados por las lágrimas, como era de esperar, y miley  tuvo que morderse la lengua.
-¡Tu padre me ha contado lo que te dijo y lo siento mucho! -exclamó fingiendo-. Me siento muy culpable, así que he venido a verte...
-¿Para comprobar que no voy a contarle nada sobre mi ex novio y tú? -le espetó miley  con disgusto-. Te prometí que no lo haría, pero no es algo que me guste repetirte.
-Pero, ¿cómo te las vas a apañar económicamente? He estado pensando que... podría ayudarte. Tu padre es muy generoso y no se daría cuenta.
-Ya me las arreglaré -contestó con asco.
-Nunca has estado sola y no sabes lo duro que puede ser. Si no tuviera que pensar en mi hijo, te juro que le contaría la verdad a tu padre.
¿La verdad? ¿Cuál de ellas? Tras pillarlos in fraganti, había quedado claro que aquella mujer no estaba dispuesta ni por asomo a renunciar a la magnífica vida que llevaba con su marido para jugársela con un amante joven que solo quería destrozar su matrimonio. Joe había escuchado sus palabras con la boca abierta. Estaba claro que le había dolido enormemente. Cuando su madrastra le había dicho que estaba embarazada, tanto miley como Joer se habían quedado alucinados.
Dejando a un lado sus recuerdos de aquel día, miley se dio cuenta de que estaba muy incómoda y de que no quería seguir viendo a aquella mujer.
-Papá entrará en razón tarde o temprano. Como Joe ha muerto, no tienes nada que temer.
-¿Cómo puedes decir eso? -dijo Mabel hipando.
Cínica. miley recordaba a la perfección el alivio que había visto en la cara de Mabel cuando les habían comunicado la muerte de Joe. Aquella mujer no tenía conciencia y solo pensaba en ella.
En cuanto se hubo ido, miley  corrió a recoger sus cosas.
-Si te sirve de consuelo, nos dio una envidia de muerte que te marcharas con nick Contaxis, pero siento decirte que todo el mundo sabe que utiliza a las mujeres como si fueran pañuelos de papel. Claro que, él puede con lo guapo y rico que es. Las mujeres se mueren por acostarse con él y aprovecha.
-¿Y? -la increpó miley fingiendo indiferencia.
-Cuando te deje tirada, no llores porque te lo he advertido. Además, suele salir con supermodelos y tú, desde luego, no eres una de ellas. En cuanto se entere de los rumores sobre Joe y tu verás.
-Para que te enteres, no pienso salir con él-dijo miley sacando las maletas al recibidor-. nick no ha sido más que una aventura de una noche.
Veinte minutos después, miley se subió a su Mercedes y se alejó de casa de val, a la que había dejado perpleja. Había sido una contestación grosera, pero la había hecho sentirse mejor. Y ahora que no tenía casa ni amigos, ¿qué haría? Supuso que a vender sus joyas para pagarse una casa.
Una semana después, miley miró el repugnante sitio en el que estaba viviendo. Desde luego, no era precisamente un palacio. Claro que, no había vendido el coche y las joyas por lo que había creído. Le había sido imposible alquilar un apartamento para ella sola porque no tenía dinero, y compartir con gente que no conocía de nada no le apetecía; así que no había tenido más remedio que irse a una habitación alquilada.
Lo único bueno era que tenía una entrevista de trabajo al día siguiente. En cuanto se pusiera a trabajar, haría amigos y podría irse a vivir a un sitio mejor. Mientras tanto, decidió comprar un bote de pintura y mejorar aquel lugar en vez de apiadarse de sí misma y lloriquear.
nick no la había llamado. ¿Acaso había creído que lo iba a hacer? Sintió una terrible decepción. No había podido olvidar la complicidad que había sentido con él. Había sido una tonta por creer que era algo especial. Había dormido con el móvil en la mesilla todas las noches. «Estúpida», se dijo furiosa consigo misma por no haberse olvidado de él. Si lo que le había contado vale era cierto, de buena se había librado. Si no, ¿cómo le iba a haber explicado por qué le había mentido dándole un apellido falso?

1 comentario:

Lucia dijo...

me encantoooo
sissss
esta genial!!