De todas formas, al cabo de menos de media Mileyhabía rellenado todos los papeles y ya estaba de camino. Como había leído los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irvingt, tenía listo todo el itinerario. Se dirigió a Granada para ver los maravillosos jardines, la Alhambra y el Generalife. Tomó el tren en Má¬laga, pero cuando llegó ya era por la tarde. Como quería disponer de más de un par de ho¬ras para explorar la Alhambra, buscó una pen¬sión en la ciudad para pasar la noche.
A la mañana siguiente, estaba en la entrada del monumento cuando una larga limusina pla¬teada se detuvo a su lado. Nick salió de ella con rostro inexpresivo y le abrió una de las puertas.
—Señora Cozakis...
Miley se quedé helada. ¿Cómo la habrían encontrado tan pronto?
—Miley-dijo una voz conocida desde el interior—. Voy a contar hasta cinco para que en¬tres sin discutir.
Miley se puso furiosa.
—Alguien del yate me ha seguido, ¿no?
-Uno.
—Alguien me ha estado espiando. Bueno, creo que eso ha sido rastrero...
-Dos.
De reojo, ella vio cómo Damianos se senta¬ba de nuevo en el asiento delantero.
—Y lo que es más, tengo planes propios.
—Tres.
—Solo quiero ver la Alhambra, ¿de acuerdo?
—Cuatro.
—¡No hay manera de que me hagas entrar en ese coche, donde no quiero estar, Nick Cozakis! —exclamó ella con los brazos en jarras.
-Cinco.
Miley cruzó los brazos y levantó la barbi¬lla. Nick salió del coche. Con un traje ligero co¬lor miel, estaba espectacular A pesar de estar enfadada con él, los latidos de su corazón se aceleraron y la boca se le secó. Él la tomó en brazos y la metió en el coche.
Sorprendida por su arrogancia, Miley le dijo:
-¡Voy a salir de aquí ahora mismo!.
Pero él se lo impidió.
—Has arriesgado la vida cuando dejaste la seguridad del yate ayer.
—¿De qué me estás hablando?
—Te guste o no, eres la esposa de un hombre muy rico y la nieta de otro, lo que hace de ti un blanco muy vulnerable.
—¿Para qué?
—¡Para los raptores, ladrones y los paparaz¬zi! En el mismo momento en que supe que ha¬bías abandonado el barco, me preocupó seriamente tu seguridad personal. El miembro de la tripulación que te siguió no pudo saber basta anoche por dónde andabas.
Miley se puso pálida.
—Ningún ladrón encontraría nada de valor que robarme.
—¿Y te gustaría verte a merced de una banda de ladrones que no podrían conseguir siquiera un buen reloj por su trabajo?
A Miley se le hizo un nudo en el estómago. Su auténtica preocupación la hizo sentirse avergonzada, ya que el primer objetivo al abandonar el yate había sido realmente hacer enfadar a Nick y darle a probar un poco de su propia medicina.
—Yo... lo siento. Sinceramente, no pensé...
—Por lo menos estás bien. Aparte de tu cabello...
—¿Mi cabello?
3 comentarios:
me encantoo
esta genial!!
jejeje
no le gusto
el cambio de look??
jejejeje
esta superrrrrrrrrrrrrrrrr esperoo subas masssssssss un montonnnn jajajajjaa.
wau sis super lindo el cap.... je je t kiero :D
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