135. Desastroso
No puedo dormir.
Mis pensamientos no me dejan.
Así que, mientras él duerme,
voy a la cocina,
y limpio.
Todos esos platos sucios,
dejados por una mujer
consumida con preocupación.
Ella no debería
Tener que volver a casa y por ellos
recordar
esa preocupación.
Ella debería venir a casa
y sentirse aliviada.
Aliviada porque lo peor ya terminó.
Aliviada porque la casa está limpia.
El acto de frotar
suaviza mi alma, sólo un poco.
Sin embargo, mis pensamientos
siguen dando vueltas
y vueltas
como la esponja
en mi mano.
¿Cómo puedo dejarlo?
¿Cómo puedo decirle adiós,
dejarlo ir al hospital,
un lugar que él odia,
un lugar al que teme?
Alejo el último plato.
La cocina está limpia.
¿Pero todo lo demás?
Un desastre.
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