136. Tiempo límite
Abro las puertas corredizas de vidrio
para dejar que la briza fresca
se precipite y ahuyente
el aire viciado.
Piel de gallina se levanta
en mis brazos.
Las olas chocan en la costa
en la distancia, y el hogar
parece tan lejano.
Pienso en mi mamá en la cama,
tratando de dormir,
pero pensando en mí.
Tal vez Kelly está con ella.
Espero que esté con ella.
La cariñosa.
La bonita.
La que se parece a mamá,
con sus ojos azules y cabello rubio.
Kelly tenía razón.
Fui egoísta,
por hacerles esto.
Pero tenía que venir.
Tenía que irme.
El día antes
de que tu vida cambie
es un gran día.
Pero ya no es
el día de antes.
El día está aquí.
El día que he temido,
y ahora temo incluso más,
está aquí.
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