138. Más fuerte de lo que pensaba
A
las cinco despierto a
Nick entre besos
y abrazos.
—¿No podemos sólo quedarnos aquí? —susurra,
apretándome muy fuerte,
no hay nada más
en el mundo entero
excepto él y yo.
Mi corazón
me ruega que diga
sí.
Pero mi cerebro me dice
que el arrepentimiento vendrá.
tocando ruidosamente,
invadiendo este dulce espacio
y arruinando todo.
Desearía que el tiempo se detuviera.
Pero ya sea en estrellas marinas
o bajo la brillantina
o en los brazos de Nick,
los deseos no siempre se hacen realidad.
Así que lo beso
una vez más
y pido disculpas
a mi muy
frágil corazón.
―Tiempo de irse, cariño.
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