146. Gracias, Dios
Casi estamos en mi casa.
Quiero decirle
que siga conduciendo.
Que llegue a la autopista
y me lleve con él.
Quiero decirle
que estoy demasiado asustada para ir
y que en serio
no puedo hacer esto.
Que doy una buena conversación
que le diga a otras personas
que estará bien,
pero cuando es sobre mí
y mi mundo se está
destrozando,
no puedo hacerlo.
De la nada Nick pregunta:
—¿Piensas en ella?
—¿Quién?
—La otra chica.
La chica que murió.
—A veces.
—Si no te hubiesen,
tú sabes, cambiado,
tus padres serían
los tristes.
—Sí.
—Es de locos como un accidente
ocurrió para mejor, ¿no?
Como nosotros conociéndonos.
Quiero decir ¿cuáles eran las posibilidades?
Me hace pensar que tal vez Dios
sabe lo que está haciendo.
¿En realidad lo hace?
¿O es todo por casualidad?
Cara: Esta niña.
Cruz: Esa niña.
Yo
o
ella.
Y es ahí cuando me golpea
como una baqueta a la batería.
Soy la afortunada.
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