viernes, 11 de noviembre de 2011

at dusk niley- capitulo 3 -felizz ANIVERSARIO GEMELIIZ




El tipo seguía a mi lado.
—¿Por qué me has tirado al suelo? —conseguí preguntarle.
—Pensé que teníamos que ponernos a cubierto y escondernos de quien
estuviera persiguiéndote, de ese que al final ha resultado ser, esto...
nadie.
Parecía bastante azorado.
Agachó la cabeza y lo miré con tranquilidad por primera vez. La verdad
es que no había tenido tiempo de fijarme en nada: cuando lo primero que
piensas de alguien es que es un «asesino pirado», no te pones a analizar
los detalles. Me di cuenta de que no se trataba de un hombre adulto, como
había creído. Aunque era alto y ancho de espaldas, era joven, tal vez de
mi misma edad. La carrera le había alborotado el pelo, liso y de color
castaño dorado, que le caía sobre la frente, ocultando unos ojos verdes
increíblemente oscuros. Tenía una mandíbula fuerte y angulosa, y un
cuerpo musculoso y robusto.
Sin embargo, lo más sorprendente de todo era lo que llevaba bajo el
abrigo negro: unas botas negras bastante estropeadas, pantalones negros
de lana y un jersey rojo oscuro de cuello de pico adornado con un blasón:
dos cuervos bordados a cada lado de una espada plateada. El escudo de
Medianoche.
—Eres alumno de la escuela —dije.
—Bueno, voy a serlo —contestó en voz baja, como si temiera volver a
asustarme—. ¿Y tú?
Asentí con la cabeza mientras me deshacía el moño para volver a
hacérmelo.
—Es mi primer año. Mis padres encontraron trabajo de profesores, así
que... me toca pasar por el aro.
Pareció sorprenderse porque frunció el ceño. De repente su mirada se
volvió más inquieta e insegura, aunque se repuso enseguida y me tendió
la mano.
—nicholas Ross.
—Hola. —Me resultaba extraño presentarme a alguien a quien cinco
minutos antes creía decidido a matarme—. miley Olivier.
—El corazón te va a mil por hora —murmuró nicholas. Volvió a mirarme
con ojos inquisidores y me puse nerviosa, aunque por motivos distintos—.
Vale, si no corrías porque te perseguía alguien, entonces ¿por qué corrías
de esa manera? Porque a mí no me pareció que estuvieras haciendo
footing precisamente.
Le habría mentido si se me hubiera ocurrido alguna excusa creíble, pero
no fue así.
—He madrugado para... Bueno, para escaparme.
—¿Tus padres no te tratan bien? ¿Te pegan?

—¡No! No es eso. —Me sentí muy ofendida, pero comprendí que era
lógico que nicholas dedujera algo por el estilo. ¿Por qué si no alguien en su
sano juicio iba a adentrarse en el bosque antes de que saliera el sol y
echar a correr como si le fuera la vida en ello? Acabábamos de
conocernos, así que nicholas tal vez asumía que estaba tratando con una
persona cuerda. Decidí no mencionarle lo de la pesadilla recurrente, no
fuera que eso acabara de inclinar la balanza hacia «chiflada»—. Es que no
quiero ir a esa escuela. Me gustaba la de mi pueblo y, además, la
Academia Medianoche es... Es tan...
—Pone los pelos de punta.
—Eso.
—¿Adonde ibas? ¿Has encontrado trabajo en alguna parte o algo así?
Estaba sonrojada y no solo por el esfuerzo físico de la carrera.
—Ah, no. En realidad no me escapaba de verdad, solo estaba llevando a
cabo una... declaración de principios. O algo así. Pensé que si hacía una
cosa por el estilo, mis padres por fin comprenderían lo mucho que detesto
estar aquí y tal vez nos iríamos.
nicholas me miró incrédulo y luego sonrió. Su sonrisa transformó la
extraña energía que se había ido acumulando en mi interior y transformó
el miedo en curiosidad, incluso en excitación.
—Como yo con el tirachinas.
—¿Qué?
—Cuando tenía cinco años, pensaba que mis padres estaban siendo
injustos conmigo y decidí irme de casa. Me llevé el tirachinas porque ya
era todo un machote, ya me entiendes, y podía cuidar de mí mismo. Creo
que también me llevé una linterna y un paquete de Oreos.
A pesar del aturdimiento, se me escapó una sonrisa.
—Creo que ibas mejor preparado que yo.
—Salí muy digno de la casa en que vivíamos y llegué hasta... el final del
patio trasero, así que decidí resistir desde allí mismo. Me quedé fuera todo
el día, hasta que empezó a llover. No se me había ocurrido coger un
paraguas.
—Un plan estupendo. —Suspiré.
—Lo sé, es patético. Volví a entrar en casa, empapado y con dolor de
estómago después de zamparme como unas veinte Oreos, y mi madre,
una señora muy inteligente aunque me saque de quicio, fingió que no
había ocurrido nada. —nicholas se encogió de hombros—. Lo mismo que
harán tus padres. Lo sabes, ¿no?
—Ahora sí.
Estaba tan decepcionada que se me hizo un nudo en la garganta. En
realidad había sabido desde el principio cómo iba a terminar aquello, pero
no podía quedarme de brazos cruzados; tal vez solo lo había hecho para
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bueno aqui termina el maraton dedikaco a mi gemeliz por nuestro aniversario y a peticion de la ternurita q no quiere caps largos ahora el proxiimo sraa cotoo agradescancelo a mi ternuritha ehh jejejeje :D gemeliizz te extrañoooooooo

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