domingo, 6 de noviembre de 2011

Fire in Two Hearts--cap--4


Aunque ya no era de su incumbencia, la idea de tener una rival en el corazón de Nick puso una nota de tristeza en su estado de humor. Al principio, había amado a ese hombre con una pasión tan desmedida que temió haberse vuelto loca. Los dos eran jóvenes, demasiado jóvenes..., pero la pasión había sido tan salvajemente arrebatadora. ...
«Olvida la pasión del pasado», se dijo antes de releer la carta.
El abogado Joe Lucas planteaba la posibilidad de que se desplazara a Atenas para reunirse con su marido, en presencia de los abogados de ambos, naturalmente, con el fin de llegar a un acuerdo que facilitara un divorcio rápido y sin complicaciones. Según él, con un par de días sería más que suficiente. Además, Nick Jonas correría con todos los gastos de transporte y alojamiento de ella y de su letrado, como gesto de buena voluntad, ya que él no podía viajar a Londres.
Miley se paró a pensar por qué razón Nick no estaba dispuesto a tomar un avión para resolver el tema, ya que el hombre que ella recordaba vivía prácticamente atado a una maleta. Era extraño pensar que no deseara moverse, en realidad era extraño pensar en él, fueran cuales fueran las circunstancias. Recordó, por primera vez en mucho tiempo, que se habían conocido en una exposición de automóviles que se celebraba en los recintos fériales de la capital inglesa. Ella había acudido como fotógrafa profesional de una prestigiosa revista y, a sus veintidós flamantes años, se sentía la dueña del mundo. Y él era apuesto, gallardo y moreno... Un verdadero Apolo de piel cetrina.
Habían charlado desenvueltamente bajo los focos, entre los prístinos destellos de los prohibitivos automóviles de último modelo. Ella había analizado su atuendo y decidido que era el representante de unas de las marcas expositoras, ya que todos ellos llevaban relucientes trajes que parecían haber costado una fortuna. En aquel momento no pensó en la posibilidad de que fuera el dueño de varios de los coches. La verdad sobre Nick llegó después..., cuando ya era demasiado tarde.
Después de la sesión de fotos, habían quedado para cenar y, finalmente, habían terminada en la cama. Cuando él descubrió que Miley era virgen, su pasión se redobló. Estaba encantado de poder desempeñar el papel de maestro, la enseñó a entender y aceptar los placeres de su propio cuerpo y dejó bien claro cuáles eran sus gustos. Cuando llegó el momento de regresar a Grecia, Nick se negó a partir sin ella. Se casaron en una precipitada ceremonia civil y salieron corriendo hacia el aeropuerto.
Miley empezó a hacerse preguntas desde el mismo instante en que puso los ojos sobre el avión privado que llevaba el logotipo dorado de la familia Jonas. Él se rió a carcajadas al comprobar que ella no sabía que acababa de casarse con un importante magnate griego, la arrastró hacia la pequeña cabina privada e hicieron el amor durante todo el viaje. Ese había sido el momento más feliz de la vida de Miley. Pero ahí había terminado la historia. En cuánto llegaron a la casa de Nick en Atenas, él había puntualizado:
-No puedes ir así vestida para conocer a mi madre.
Era la primera crítica que oía de sus labios, pero había sido suficiente para que en su mente se encendieran las primeras luces de alarma, presagiando futuros antagonismos.
-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo mi ropa?
-La falda es demasiado corta, se asustará cuando te vea. Además, podrías recogerte un poco el pelo en señal de respeto hacia las personas mayores
Ni se recogió el pelo ni se cambió la falda. Pero pronto descubrió que no era tan fácil mostrarse rebelde y cabezota ante un hombre que bebía los vientos por ella que ante la mirada de reprobación de su familia.
Desde ese día, las cosas habían ido de mal en peor. Y sí, se dijo a sí misma mientras echaba una tercera mirada a la carta, había llegado el momento de poner el punto final a una historia de desamor que no conducía a ninguna parte
.


De hecho, Miley solo veía un problema en los términos de la carta. No pensaba dejar a su madre sola en Londres ni un solo día.
-¿a que Hora llega su vuelo -inquirió Nick , desde la mesa de su lujoso despacho en Atenas.
En las dos últimas semanas se había deshecho .de la actitud tranquila y perezosa característica de su vida en San Esteban para convertirse en el millonario griego de mente ágil e implacable que era.
¿Estaba contento de ello? No, no lo estaba, pero sabía que había muchas personas pendientes de las decisiones que él tomara y que su profesionalidad de cara a la alta sociedad griega estaba en juego. La mesa de su despacho estaba llena de pilas de documentos y, al parecer, todos ellos requerían una solución urgente. Se pasaba el día de reunión en reunión, sin apenas tiempo para tomarse un respiro entre una y otra. Su vida social había pasado de las pacíficas cenas en los restaurantes de la playa de San Esteban a una apretada agenda de compromisos que agotaban sus fuerzas.
Además, como cabeza de familia, debía acompañar a su madre en todos los actos sociales previos a la inminente boda de su hermano Troy . Habría deseado que Troy y Maite se casaran en secreto, sin armar tanto revuelo. El único buen recuerdo que tenía de su malogrado matrimonio era la sonrisa que le había dedicado Miley cuando él había puesto el anillo en su dedo anular delante del juez, mietras murmuraba con deleite: «Te amo tanto...» Ese momento había sido totalmente suyo. Nick no necesitaba casarse delante de quinientos testigos para demostrar que su amor era verdadero. Su corazón brincó dolorido por el recuerdo de lo que había poseído y luego perdido.
-Esta tarde -contestó Joe Lucas , sacándolo de su ensimismamiento-. Pero ha insistido en buscar alojamiento por su cuenta. Estará en el hotel Apolo, cerca del Pireo.
-Ese hotel es una basura -comentó Nick frunciendo el ceño-. ¿Por qué prefiere estar allí y no en la suite del Ateneo?
Joe se encogió de hombros, dando a entender que carecía de respuesta.
-Lo único que sé es que ha rechazado nuestra invitación y, a cambio, ha reservado tres habitaciones, no solo dos, en el Apolo, una de las cuáles debe ser accesible en silla de ruedas.
¿Acceso para una silla de ruedas?, se preguntó Nick atónito.
-¿Por qué? ¿Le ha pasado algo? ¿Está enferma...?
-Aún no sé si esa habitación es para ella -contestó Joe.
-¡Pues infórmate! -le espetó Nick , sintiéndose mareado al pensar que su mujer podría estar impedida-. Si es cierto, tendremos que cambiar nuestra propuesta y tener en cuenta esa discapacidad física.
-Creo que nuestra propuesta es válida tal y como está redactada -comentó Joe con cinismo.
-No me conformo con una propuesta «válida» -contestó Nick súbitamente enojado-. Se trata de mi mujer... -se interrumpió brevemente al oír sus propias palabras-. Si necesita un complemento para sobrellevar una discapacidad, vamos a dárselo. No quiero terminar este matrimonio con una sensación de triunfo. Al contrario, necesito saber que la he tratado con justicia hasta el último momento.

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holaaa nenas como estan espero q duperss awww las extrañoo mucho nenas y muchas gracias por todos sus coments nena y a las personas q leen gracias por leer asi solo les digo que esta nove hoy la subo completis nenas y a jens corazon no te pude comentar no me dejo y no sep por que y me despere mejor yop pero gracias por la dedikatoria me encanto asii todooooos los capis q subire se los dediko a mis siiis licii q la extrañoo muchoo nena y subee nove pleasee me encanta a my favorithe girl q me dejo plantada ayer y a mi swittin q la extrañoooooo


v & s
a& c

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