Hacía casi 6 años de la última vez que nick y miley
se habían visto.
Ella sabía que lo había extrañado muchísimo y que
su corazón no soportaría una desilusión más. Se había prometido no volver a
caer en sus redes, pero le había sido inevitable sucumbir a los encantos y
palabras aduladoras de nick.
Él, por su parte, llevaba años preguntándose porque
había dejado de hablar con miley. No entendía como por el simple hecho de que a
ella sus padres no la dejaran viajar a Nueva York permitió que perdieran el
contacto.
Pero un buen día, después de casi 6 años ella lo
contactó. Comenzaron contándose sus vidas. El había tenido una hija y su pareja
había fallecido. Ella estaba en pareja cuando le escribió el primer mensaje,
pero al cabo de un tiempo decidió poner fin a aquello.
nick por fin dio un paso adelante. Iría a Roma a
visitar a miley.
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Celeste lo esperaba ansiosa en el aeropuerto, ya no
tenía uñas que morderse.
Comentaron vagamente los cambios que notaban el uno
en el otro y emprendieron el camino a casa de ella.
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Acabaron de cenar y se tumbaron en el sofá.
Hablaban sin parar y cada vez que sus miradas se encontraban parecía
concentrarse la electricidad en el salón.
A miley ya no le cabía duda que sus sentimientos al
cabo de 6 años seguían intactos. Pese a su cambio físico seguía enamorada de
aquel chico que ahora era musculoso y de pelo corto chino, al contrario que una
casi década anterior.
-mils, tengo que ser sincero contigo y conmigo.
-Quédate tranquilo nick, sabes que no voy a pedirte
nada. Estas aquí de viaje y yo como buena amiga voy a llevarte a conocer la
ciudad, sin pedirte nada a cambio.
-Lo último que quiero es que sólo seamos amigos. Miley,
yo te quiero.
Ella se quedó petrificada, helada ante algo tan
inesperado como esa declaración de sentimientos por alguien que no había dudado
en dejar de hablarle por el simple hecho de que sus padres no la dejaran estar
con él y cruzar un océano para hacerlo.
-Mira yo -balbuceaba sin saber que palabras escoger
sin humillarse demasiado- … sufrí mucho y no quiero volver a hacerlo.
nick se acercó despacio para no asustarla o enfadarla.
Tomó su jovial rostro entre sus manos, la miró a los ojos y permitió que por
vez primera ella viera el fondo de su alma.
-He sido un imbécil y me hago cargo de ello, pero
te quiero nena.
miley volvió a quedar muda y él le dedicó una
melancólica mirada, ella entornó sus ojos y se dejó llevar por el momento y los
sentimientos.
Sus caras se acercaron a la vez y sus bocas se
dieron un beso que fue torpe y tosco al principio, como si no recordaran como
se hacía aquello.
Se alejaron un poco para retomar el aliento y sobre
todo las riendas de ese beso.
Con una mano en la nuca y la otra en el mentón nick
la acercó hacia sus ansioso y carnosos labios.
El beso los remontó a aquel pasado que parecía tan
lejano, los devolvió a la realidad y los dejó pensar en un futuro.
pensaron ambos y decidieron disfrutar de ese mágico
momento sin otra preocupación que pudiera interrumpirlos.
La lengua de miley pronto se abrió pasó en la de
él, hasta que por fin se reencontró con aquella vieja amiga.
Sus lenguas jugaron durante eternos segundos
mientras nick no cesaba de acariciar el rostro de aquella a quien tanto quería
y deseaba.
Ella notó enseguida la protuberancia que asomaba
por el pantalón y eso logró ponerla un tanto nerviosa.
Se acariciaban y besaban sin que casi corriera el
aire entre ambos.
-Quiero que seas mía –pidió.
miley se pegó más a él, incitándolo a recostarse en
el sofá.
-Aquí no, odiaría hacerte el amor por primera vez
en un sofá –dijo él en tono meloso.
Ambos se levantaron sin dejar de besarse y sin
apartar sus cuerpos.
Llegaron a la habitación y notaron que estaban
nerviosos como dos quinceañeros que van a perder la virginidad. No, ellos no
eran vírgenes, pero jamás se habían visto desnudos y mucho menos habían
mantenido relaciones.
Comenzaron a desvestirse el uno al otro.
Él contempló embelesado la pálida
desnudez de su amor y miley quedó sin palabras al ver su perfecto cuerpo
trabajado.
-Te quiero –dijeron al unísono, como si se hubiesen
leído los pensamientos del otro.
Las grandes manos masculinas se posaron en los
pechos respingones de miley.
Saboreó los pezones con la jugosa lengua y dibujó
su cuerpo con las manos. Ningún rincón quedó sin ser explorado.
La tendió en la cama y bajó hacia su pubis
perfectamente depilado. La boca se le hizo agua al ver esos sonrosados pliegues
que se abrían para él.
La feminidad de miley se contraía en leves
espasmos, su cuerpo se movía sin parar antes las intensas e insistentes
caricias que él le dedicaba a su clítoris, la vulva, los pechos. No podía cree
como tocaba cada parte de su cuerpo.
Una extraña sensación se adueñó de ambos; no sólo
era deseo, era miedo, era como una pequeña regresión al pasado.
El miembro de nick estaba en su punto álgido, su
cabeza latía y estaba sumamente cálida.
Abrió cuidadosamente los muslos de su amante y
apoyó su pelvis entre aquellas sedosas piernas.
Jugó un rato con su pene en la puerta de aquel
monte de Venus, acariciaba el clítoris con la cabeza de su virilidad haciendo
que miley gimiera su nombre una y otra vez.
Por fin la penetró. Con cautela, paciencia y
demostrando un infinito respeto y amor.
Sus embestidas eran dulces y pausadas.
-No sabes cuantas noches… he soñado con este
momento –dijo ente jadeos.
miley creyó derretirse ante esas palabras.
Con una fuerza desconocida, ella consiguió ponerse
encima. Cabalgó ese pasional semental como una profesional jinete.
Ella se revolvía la larga melena, arqueaba su
espalda. Él acariciaba sus pechos y besaba los dedos de sus finas manos.
Sentían como estaban a punto de llegar al final.
El útero de ella se contrajo, apretando la
masculinidad de él, atrapándola.
Juntos terminaron y juntos se durmieron, pensando
en que pasaría entre ellos a partir de esa noche
1 comentario:
Saris!!!!!!!!!
amamos tu nove!
por fis cuelga mas ! y que sea pronto eh!
no nos dejes así
te queremos mucho saris!
BESOS :K
VALERY Y JIME
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