viernes, 11 de noviembre de 2011

at dusk niley- capitulo 2 -felizz ANIVERSARIO GEMELIIZ




La pesadilla estaba empezando a parecer más real que la realidad.
Intranquila, me di la vuelta y eché a correr. Me alejé de los prados y
desaparecí en el bosque.
Pronto acabará todo, me dije, abriéndome paso entre la hojarasca y las
ramas caídas de los pinos, que crujían bajo mis pies. Aunque apenas había
unos cientos de metros hasta la puerta principal, tenía la sensación de
estar mucho más lejos. La densa niebla conseguía que pareciera como si
ya me encontrara en el corazón del bosque. «Mis padres se despertarán y
se darán cuenta de que no estoy. Por fin comprenderán que no puedo
soportarlo, que no pueden obligarme. Saldrán a buscarme y, vale, se
enfadarán mucho por haberlos asustado de este modo, pero lo
entenderán. Al final siempre acaban entendiéndolo, ¿no? Y luego nos
iremos. Saldremos de la Academia Medianoche y no volveremos nunca
más.»
Tenía el corazón desbocado. En vez de reconfortarme, cada paso que
me alejaba de la Academia Medianoche ponía a prueba mi determinación.
Antes, al elaborar el plan, me había parecido buena idea, como si fuera
infalible, pero ahora que era real y me encontraba sola en el bosque,
adentrándome en la espesura, no estaba tan segura. Tal vez estuviera
huyendo para nada. ¿Y si me arrastraban de vuelta de todos modos?
Estalló un trueno. Se me aceleró el pulso. Volví la espalda a Medianoche
definitivamente y observé la flor que temblaba en su rama. El viento le
arrancó un pétalo. Introduje las manos entre las espinas, sentí que me
laceraban la piel dolorosamente, pero eso no me detuvo; estaba decidida.
Eché a correr hacia el este, intentando poner tierra de por medio entre
Medianoche y yo, mientras mi pesadilla se empeñaba en acompañarme.
Era ese lugar. Me ponía los pelos de punta, me hacía sentir inquieta y
vacía. Si me alejaba de allí, todo saldría bien. Jadeante, volví la vista atrás
para comprobar cuánto trecho había recorrido... cuando lo vi. A menos de
cien metros de mí, había un hombre envuelto en un abrigo largo y oscuro,
entre los árboles, medio oculto por la niebla. En el momento en que
nuestras miradas se encontraron, echó a correr en mi dirección.
Hasta ese momento no había sabido qué era el miedo. Una sensación
fría como el agua helada sacudió todo mi cuerpo y entonces descubrí lo
rápido que podía correr. No grité, ¿para qué? Me había adentrado en el
bosque para que nadie pudiera encontrarme, lo más estúpido que había
hecho nunca en la vida y, por lo que parecía, también lo último que iba a
hacer. Además, ¿para qué iba a llevarme el móvil, si no había cobertura?
Nadie iba a venir a salvarme. Tenía que correr lo más rápido que pudiera.
Oía sus pasos detrás, quebrando ramas y aplastando hojas. Se
acercaba. ¡Dios, era muy rápido! ¿Cómo podía alguien correr a esa
velocidad?
Te han enseñado a defenderte, pensé. ¡Se supone que sabes qué hacer
en situaciones como esta! No recordaba nada, no podía pensar en nada.
Las ramas desgarraban las mangas de mi chaqueta y se enganchaban en
los mechones de cabello que se me habían soltado del moño. Tropecé con

una piedra y me mordí la lengua, pero seguí corriendo. El hombre estaba
cada vez más cerca, demasiado. Tenía que acelerar, pero no podía.
—¡Ah! —grité medio asfixiada cuando saltó sobre mí y caímos rodando.
Me di un costalazo en la espalda y me aplastó contra el suelo con su
peso y sus piernas, entrelazadas con las mías. Me tapó la boca con una
mano, pero conseguí liberar un brazo. En las clases de autodefensa de mi
antiguo colegio, siempre decían que había que ir directo a los ojos, que
había que sacárselos sin contemplaciones. Nunca había dudado de poder
hacerlo cuando se diera la ocasión, ya fuera para ponerme a salvo o para
ayudar a otra persona, pero estaba tan aterrorizada que no sabía si podría
soportarlo. Doblé los dedos, intentando armarme de valor.
—¿Has visto quién te seguía? —susurró el tipo en ese momento.
Lo miré fijamente unos instantes. El retiró la mano de mi boca para que
pudiera responder. Pesaba mucho y todo me daba vueltas.
—¿Te refieres además de ti? —conseguí decir al fin.
—¿De mí? —No tenía ni idea de qué le estaba hablando. El tipo lanzó
una mirada furtiva a su espalda, como si siguiera a la defensiva—. Tú
corrías porque te perseguía alguien... ¿no?
—Yo solo corría. El único que me perseguía eras tú.
—Quieres decir que creías que... —El tipo se apartó de mí de inmediato
para que pudiera moverme—. Ah, vaya, lo siento. No era mi intención...
Tía, debo de haberte dado un susto de muerte.
—Entonces, ¿tu intención era ayudarme?
Tuve que decirlo en voz alta antes de conseguir creérmelo. Él asintió
vigorosamente con la cabeza. Tenía la cara muy cerca de la mía,
demasiado cerca, lo que me impedía ver nada más. Era como si solo
existiéramos nosotros y la niebla que se espesaba a nuestro alrededor.
—Sé que debo de haberte asustado y lo siento muchísimo. Creía que...
Sus palabras no estaban sirviéndome de gran ayuda. Estaba cada vez
más mareada, no menos. Necesitaba aire y tranquilizarme, algo imposible
mientras él estuviera tan cerca de mí. Lo señalé con un dedo y dije algo
que no creo haberle dicho a mucha gente, mucho menos a un extraño, y
mucho menos aún al extraño que más me había aterrado en mi vida:
—¿Te... quieres... callar?
Se calló.
Dejé caer la cabeza contra el suelo, soltando un suspiró. Me llevé las
manos a los ojos y los apreté hasta verlo todo rojo. Todavía tenía el sabor
de la sangre en la boca y el corazón me latía con tanta fuerza que era
como si el pecho se estremeciera. Un poco más y me meo encima, tal vez
lo único que hubiera faltado para que aquella situación fuera más
humillante de lo que ya era de por sí. Sin embargo, me limité a respirar
hondo, poco a poco, hasta que me sentí con fuerzas para incorporarme.
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LOSE LO SE NO ES EL MEJOR QUE EHH ECHO PERO Q DIJIERON SUS PURAS CHANVONADAS JAJA NOO GEMELIIZZ TE ESPERA EL 0TROO BABY JEJEJE

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