Le llevó tres días, pero miley
finalmente localizó la casa de nick, una extensa propiedad en el Olimpo. La
cantidad de riqueza que habría necesitado para adquirir tal lugar la dejaba
asombrada. Pero entonces él habría considerado que cada centavo gastado valía
la pena. Después de vivir en una celda diminuta durante miles de años,
probablemente habría querido cada milímetro de espacio que pudiera conseguir. Y
cada comodidad.
Había
una piscina de natación, más de treinta habitaciones, dos escaleras de caracol
de mármol y cuatro hogares, y todas las paredes estaban hechas de oro sólido.
Sin embargo, nada de eso le interesaba. Sólo su habitación.
Allí
descubrió más acerca del hombre que la había alejado. Un hombre que no habría
arriesgado todo esto sólo para evitar ver su rostro, como había declarado. Un
hombre que no habría arriesgado la vida por otra cosa que no fuera amor.
Era
dueño de una cama gigante, la cual cubría con sábanas de seda negra. Las
paredes estaban pintadas con murales del sol y el cielo, y los muebles olían a
rica caoba. Había varios estantes de libros, cada uno lleno de ejemplares con
tapas de cuero. Almohadas bordadas con cuentas estaban estratégicamente
ubicadas a lo largo del suelo. Lugares donde recostarse a leer, suponía.
No
obstante, lo que retuvo su atención, fue el retrato que colgaba sobre el hogar.
Un retrato de ella.
Debió
haberlo mandado a pintar después de su estadía en la tienda, pues estaba
reclinada en una bañera de porcelana, con burbujas resbalando sobre los hombros
y pechos, y el cabello empapado. Se habría visto tan simple y femenina como
siempre, excepto que había hecho que el artista agregara una luz sensual en los
ojos oscuros y una sonrisa de “atrápame si puedes” en los labios.
Finalmente
sabía como la veía. Como alguien hermosa. Valioso.
Sólo un
hombre enamorado haría tal cosa. Sólo un hombre enamorado mantendría tal cosa
en un lugar tan predominante. Solo un hombre enamorado querría ver el retrato
de una mujer cada noche antes de dormir y luego despertar viendo lo mismo.
Oh, sí.
La amaba.
Allá,
fuera del Tártaro, había pensado, esperado que lo hiciera, pero dejó que las
palabras dañaran su siempre baja autoestima. ¿Cómo podría quererla un hombre
tan hermoso y sensual? Se preguntaba. Pero lo hacía. La amaba. La prueba: había
arriesgado todo por ella.
No podía
hacer menos por él.
Cruzó a
grandes zancadas el dormitorio, sabiendo que su amante tendría un baúl con
armas metido en alguna parte y sabiendo exactamente que hacer con ellas.
nick no tuvo celda propia, al
principio no. Aún sangrando y desesperado, luchando, había sido metido a una
celda con Erebos. Por supuesto que lo habían elegido a él como su compañero de
celda, pensó, con la rabia inundándolo. Un hombre que una vez había pensado en
reclamar a su miley. Un hombre que después le había robado la comida y la había
llamado con nombres terribles.
Había
visto como ocurría en varias ocasiones. No había hecho nada por ello entonces,
diciéndose que ella se merecía lo que le ocurriera, pero había querido hacerlo.
Y no había mejor momento que el presente.
Incluso
con la fuerza disminuida por el collar y la mitad de la sangre seca sobre el
pecho, incluso con las heridas goteando, abriéndose con cada movimiento que
hacía, nick se las arregló para derrotar a Erebos en tiempo record. Golpeó,
pateó, no peleó limpio, dándole un rodillazo al dios en sus partes mientras
estaba caído. Al final, un roto y ensangrentado Erebos yacía llorando en el
sucio suelo, junto con todos los que habían tratado de salvarlo.
Fue
entonces cuando trasladaron a nick a la celda vacía que había ocupado miley.
Tirado sobre el catre, se dedicó simplemente a respirar la esencia de miley, que
perduraba. Su dulce, dulce miley. Tendría que pasar la eternidad sin ella.
Incluso sin su marca. Una vez más, rugió.
¿Que
estaría haciendo ahora? Si buscaba consuelo en brazos de otro hombre, aunque
fuera en los años venideros, tiraría abajo la prisión piedra por piedra y
mataría al bastardo. Sí, como no. La alejaste de ti para que hiciera
justamente eso. Quieres que sea feliz.
—¿Qué
significa todo ese jaleo? En serio.
Dioses,
ahora hasta escuchaba su voz. Llevaba sólo dos días encerrado y ya se estaba volviendo
loco.
Los
barrotes vibraron, se abrieron. Rodó sobre su costado, decidido a echar a quien
fuera. Cuando captó la imagen de su adorada miley, pestañeó. Oh, sí, de hecho
se estaba volviendo loco. Estaba parada ante él, envuelta en un top y
pantalones de cuero negro. El cabello estirado hacia atrás, en una simple cola
de caballo. Tenía salpicaduras de sangre en las mejillas. Nunca se había visto
más hermosa. Su fortaleza estaba allí, a la vista de todos.
------------------------------------------------------------------
espero que les guste neniix y hellop como estan espero que bien que digo bien exelente aww q cree :( ya solo quedan dos capis como les dije esta nove es muy corta pero que cren ya viene mas novelas aww shiiipiriliin mas ms mas y mas hahahas y esta sera con jenis o shii :) hahah asi que el final de esta nove talves lo suba mmm aww aquien engaño noshep ehh tenido una semana de lokos pero les prometo q se los subo cuando jens suba el final de su nove asi que a esperar o a presionar a jenis las quiero nenas cuidense besotes muackis
v&s
a&c
2 comentarios:
LIKE! <3
queremos el proximo cap!
no demores en publicar
BESOS :K
VALERY Y JIME
nnooooooooooo!!!!!!
como lo dejas asiiiii!!!
no se kien rayos sea JENIS pero que suba pronto el final de su nove.....
:( todo sea por la buena salud mia por que sino subes me dara un infarto
jajjajjajajajj.........
¬¬ es enserio!!
Publicar un comentario