one shot niley - la jugueteria -parte 2--dedicado a valiiz feliz aniversario

Arranco de un tiron la camiseta de mi uniforme y me estampo contra el estante de los juguetes.

Besó mis pechos por encima del sujetador y con gran destreza iba desabrochándolo hasta que me dejo el torso desnudo.

Mis pezones estaban duros y erguidos y él los contemplo con una mirada cargada de lujuria, la cual me hizo estremecer.

Sus enormes manos abarcaban mis turgentes pechos en su totalidas y su lenguia se paseo por ellos como si fuese amo y señor.

Mi sexo se humedecía más y mas y su virilidad palpitaba dentro del ajustado pantalón que la oprimía.

Desabrocho su cinturón, el pantalón e hizo lo mismo con el mio.

Me dejo en braguita frente a él. Me puse roja de vergüenza.

-¿Qué pasa? ¿Acaso te da vergüenza estar desnuda? –pregunto de manera insolente y divertida-. Ho, ya entiendo –dijo en cuanto tocó mi parte intima, tan empapado que me hacia avergonzar.

Su mano se poso impaciente en mi feminidad, mientras un dedo tocaba mi clítoris otros dos se introducían n lo mas profundo de mi sexo.

Gemia de placer y él disfrutaba con mis gritos.

Por fin se bajó los calzoncillos y pude admirar aquello que se escondia siempre bajo sus anchos pantalones. Era un miembro enorme, se me hizo agua la boca al mirarlo y desee poder tenerlo dentro de mi boca, pero eso seria en una próxima ocasión, si es que la había.

Se puso un preservativo con la habilidad de un buen amante. Me estampo nuevamente a la estantería y me penetro con tanta fuerza que crei que mi cuerpo se partiría en mil pedazos.

Me embestía con un fuerza bestial, como si llevara meses conteniendo esa furia.

-¡Dios!, hace meses que deseaba estar dentro tuyo, joder –dijo sincero, como si leyera lo que pensaba en ese momento -¡Oh, Dios!

Sus gemidos y maldiciones hacían que me excitara cada vez más, llevándome al limite de mis fuerzas sexuales.

Cuando me quise dar cuenta ya no estaba estampada a la estantería, estaba sobre sus caderas y él aguantaba todo el peso, pero no dejaba de perder el ritmo de cada embestida.

Mi piernas se entrelazaron a su cadera, mis manos en su grueso cuello. Mis labios buscaron los suyos y nos mordisqueamos, impacientes.

Mi boca se pego a su oreja, le dedique varios besos húmedos y le susurraba cuanto me gustaba… pero enseguida me dijo suplicante: -No lo hagas o voy a acabar, por favor.

Me rei de manera traviesa, satisfecha de haber encontrado un punto débil en ese hombre.

Me bajó con tanta rapidez que crei caerme si no me sostenía. Se quitó el preservativo, me puso de espaldas y me penetro por la cola.

-No sabes cuantas veces imagine meterme en tu cola –dijo aferrándose a mi trasero con la fuerza de un león.

-Al parecer no eras indiferente como creíamos.

Me amarró por el pelo y en un tono salvaje dijo: -A las demás si, pero jamás fui indiferente a ti.

Aceleró el ritmo de manera frenetica, nuevamente sentí que las piernas me fallarían.

Su liquido calido y espeso entro en mi cuerpo con rapidez, acompañado de un gemido que casi pareció un sollozo.

Enseguida me giró, me miro dulcemente a los ojos y me dio un beso tan tierno que contrastaba por completo con su estado casi salvaje de hacia unos segundos.

-Eres preciosa –la sangre subió a mis mejillas de inmediato.

Nos estábamos vistiendo cuando por fin me atrevi a preguntar: -Nos vemos el próximo lunes, ¿verdad?

-No, ya no vengo a repartir, hoy era el ultimo dia –noté un apunzada enorme en mi cuerpo, sobre todo en mi corazón.

Mi orgullo floreció tan rápido como antes el deseo y acabe de vestirme en segundos.

-Voy a ir apagando las luces, date prisa –dije herida y tajante.

Se acercó a mi por detrás cuando empezaba a apagar las luces y mi cabeza le decía a mi estúpido corazón: “sólo un polvo”

Posó un beso en mi cuello y me aparte con brusquedad.

-Creo que no fui todo lo claro que debería haber sido.

-Tranquilo, entiendeo lo que es un polvo de despedida.

Se rio quedamente –Yo preferiría que fuese de bienvenida –reconocio en mi cara la incomprensión-. Vengo a trabajar al almacen que abren aquí y esperaba que pudiéramos vernos…mas a menudo.

Mis labios se levantaron dibujando una sonrisa –Todo lo a menudo que gustes –dije con cara de idiota y arrepintiéndome de regalarme de esa manera.

Me giro por la cintura, me abrazo como lo hace un novio mas que un amante.

-Espero que esto sólo sea el comienzo –dijo con una sonrisa tras darme un beso.

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ahora si es todo por hoy aver q dia les pongo otro one shot hot como les gusta jejej las amooo

v&s

a&c