sábado, 29 de octubre de 2011

Amor de dioses-niley-capi-10



nick tenía que vaciar una celda de sus siete ocupantes y poner a
 aquellos dioses y diosas dentro de otras celdas ya apiñadas, para 
hacer lugar a miley. Sin embargo, el tiempo y esfuerzo lo merecía.
 Él no podía tolerar el pensamiento de ella con ese bastardo,
 Erebos, haciéndole las mismas cosas que una vez le había hecho a él.
No. Iba. A. Suceder.
Y quizás, tal vez, había una escasa posibilidad de que no tuviera nada que ver con castigarla sino todo que ver con el placer que anteriormente él repudió. En sus brazos, él había vuelto a la vida. Eso había pasado la última vez, también, pero lo había despreciado como locura de prisionero. Ahora, no podía despreciarlo. Él no era un prisionero; era un guardián. Había vuelto a la vida, y necesitaba más. De ella, sólo ella. Sin embargo ella afirmó que simplemente había estado jugando con él.
Quería que eso fuera una mentira más de lo que quería tomar su próxima respiración. Lo cual no entendía. Estaba condenada a pasar la eternidad escondida, lo que quería decir que ellos no podían tener ninguna clase de vida juntos. Ni siquiera si la liberaba. Pues, él sería encerrado o sentenciado a muerte.
Durante una semana, nick lamentó su situación y meditó qué hacer. Mientras tanto, se mantuvo alejado de la nueva celda de miley. De todas formas, eso no le impidió seguir pensando en ella. ¿Qué estaba haciendo ella? ¿Pensaba en él? ¿Soñaba con él y ese demoledor beso?
Él lo hacía. Cada vez que cerraba los ojos veía la pasión resplandeciendo en su rostro. Un rostro que era exquisito. De escasamente pasable, a bonito, a exquisito, todo en el plazo de una semana. Sacudió la cabeza maravillado. Pero ella merecía la alabanza. Sus pestañas eran largas y abundantes como el terciopelo negro. Terciopelo que enmarcaba los sensuales ojos de chocolate. Sus mejillas eran suaves, perfectas para acariciar, y sus exuberantes labios rojos eran más dulces que la ambrosía. Toda esa fuerza… su pene se llenó y se alargó de sólo recordarla. Ella lo había agarrado y arañado con un abandono salvaje. Todavía llevaba las marcas.
Ellos definitivamente no habían acabado. Ni siquiera de cerca. Él tenía que experimentar eso de nuevo.
Finalmente, no pudo soportar la separación por más tiempo. Agradecidamente, su turno había acabado. Un turno que había consistido en caminar por los pasillos de la prisión, observar a los prisioneros dentro de sus celdas, asegurando que todos se mantuvieran calmados.
Eso lo debería haber aburrido. Después de todo, era un guerrero. Pero no lo hastiaba. Y eso lo debería haber irritado. Después de todo, pasó incontables siglos en este lugar y había jurado que nunca retornaría una vez que hubo escapado. Pero de nuevo, irritación no era lo que sentía. Había querido este trabajo para estar cerca de miley. Para tener su venganza, se había asegurado una vez. Ahora, no estaba tan seguro. Hoy, y realmente durante toda la semana, había caminado por los corredores vigorosamente, sabiendo que todo lo que tenía que hacer para captar una mirada de ella era doblar en la esquina.
No se había permitido hacerlo. Hasta ahora. Finalmente, la vería.
En el momento en que ella apareció a la vista, su sangre se calentó abrasando. Su aliento siguió el ejemplo, haciendo arder sus pulmones hasta las cenizas. Ella se sentaba encima de su catre, con los brazos apoyados en la barandilla, las rodillas se levantaron al inclinarse suavemente hacía adelante. Su pelo estaba peinado con los dedos a la perfección, y sus ojos estaban entrecerrados, escudando sus iris y las emociones depositadas allí, pero al menos él podía ver la sombras que sus pestañas proyectaban en sus mejillas. Sombras que podría trazar con la yema del dedo.
Oh, sí. Ella era exquisita.
—¿Dónde está tu novia? —Su voz era suave como la seda. No obstante, justo debajo de esa seda, pensó que había notado un deje de furia.
¿Estaba enfadada porque había venido? ¿O enfadada por haberse mantenido apartado tanto tiempo?
—No tengo novia.
Ella se encogió de hombros.
—Que lástima para ti que esas putas no se comprometan.
Sabía que él era la puta de la que ella hablaba, y tensó la mandíbula. Pero se lo merecía, suponía.
—Hice lo que tenía que hacer para escapar, miley. Eso no quiere decir que no sinti… —No. Oh, no. No bajaría por ese camino. No había querido sentir nada por ella, pero lo hacía. Eso no lo había detenido de usarla, así que a ella nunca le gustaría lo que tenía que decir al respecto—. Estoy seguro que tú también harías lo que fuera para escapar.
Su expresión se oscureció, pero no refutó sus palabras.
—Entonces, ¿viniste a liberarme?
—Difícilmente.
—¿Entonces por qué estás aquí? No tenemos nada más que decirnos.
Porque eres en todo lo que pienso ahora. Nunca debería haberla marcado.
Esto se podría haber evitado. O no. Podría haber dormido con
 otras en todos aquellos años atrás porque él había estado
 desesperado por huir de este lugar, pero había sido su rostro el
 que se había imaginado cuando lo había hecho.
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espero q les guste mis amores besotes muack
v&s
a&c

7 comentarios:

Anónimo dijo...

mee encaanto por fas siguelaaa :P
lo amee

TANI dijo...

oohh nen ME ENCANTO COAZON

V y J dijo...

lo amamos!!!!!!!!
saritha publica mas!!!!
BESOS :K
VALERY Y JIME

Cαrσσ'H ♥ dijo...

Awwwwwwwwwwwww ame el cap!
Espero subas pronto!
Manaw!
Te quiero pee'!
;D
Besos super grandes heheheheh!
xoxoxooxoxoxoxoxo!

Lucia dijo...

aaaaa
me encantooo
jejeje
sube prontooo
el siguiente
jejeje

Anónimo dijo...

oohh me encanto por fiiss subee mas

Mari ♥ dijo...

Podrías dejar de ser tan malita y subir otro capi?
\hahahaa/ Sariis me he leído esta nove en tan solo una Mañana y me ha encantado.
Espero que estés subiendo pronto nuevos capis :)
Continuala si?
Hehehe
xoxoxo Que tengas un lindo día :)
Keep shining!