MILEY abrió la puerta del estudio como
indicándole que se fuera. Allí estaba su padre, alucinado. Obviamente, había
oído suficiente como para saber que estaba embarazada de nick. La miró con
desprecio. Aquello fue demasiado para ella. Llorando, corrió a su apartamento
en el antiguo establo.
nick percibió la cara de disgusto de su
futuro suegro.
-Siento mucho que se haya enterado así. miley está un poco alterada, pero yo me
encargaré de todos los preparativos para la boda -le dijo.
Martin Dentón sintió un gran alivio y
le ofreció a nick una copa, que él aceptó.
Nunca se había sentido tan perdido.
Creía que miley estaba jugando con él, lo último que esperaba de ella. Se dio
cuenta de que quizá había abierto la boca más de la cuenta. Habría sido mejor
que se hubiese mordido la lengua. Tras tomarse tres copas, Martin le dijo que
nunca había oído una propuesta de matrimonio peor y le preguntó si le daba
vergüenza mostrarse romántico.
nick contestó con sinceridad. Nunca en
su vida había tenido un detalle romántico con nadie.
-Pues deberías aprender -lo aconsejó
Martin antes de contarle que miley
trataba a sus muñecas de pequeña como si fuera su madre y que siempre le
habían encantado los niños.
Mientras oía a su futuro suegro
recrearse en sus recuerdos e ilusionarse con la llegada de un nieto, nick se
relajó y se imaginó a la criatura como a una miley en miniatura. Le empezó a gustar
la idea.
Martin le dio el certificado de
nacimiento de miley y nick se apresuró a hacer los papeles oportunos para
casarse en una semana. Siguiendo los consejos de su suegro, fue a una buena
joyería y eligió un anillo de pedida con diamantes y una alianza a juego.
Aquella misma noche, volvió a casa de
los Dentón encantado y seguro de que aquella vez sí que iba a ser bien
recibido. miley se daría cuenta de que lo de casarse con ella iba en serio
cuando viera que ya lo había preparado todo.
miley
se había pasado media tarde llorando por la poca
sensibilidad de nick. Intentó con- vencerse de que la sinceridad era una
virtud, pero tanta por su parte en unos momentos tan delicados le había hecho
bastante daño. Lo quería mucho, pero aquel amor quedaba oculto bajo infinitas
capas de rabia y dolor hacia él. ¿Cómo se iba a casar con un hombre que lo
último que quería era una mujer y que le gustaban los niños, pero solo de
lejos? Sería un rotundo fracaso obligarlo a hacer algo de lo que siempre había
huido.
nick subió los escalones del
apartamento de miley de tres en tres. La puerta no estaba cerrada. Frunció el
ceño. Era una locura no tener más cuidado en una ciudad tan grande. Menos mal
que estaba él allí para cuidarla. Entró y se la encontró profundamente dormida
en el sofá. Se sentó a su lado, le agarró la mano y le puso el anillo en el
dedo. Ya era suya. Ahora todos los demás hombres lo sabrían. Aquello del
romanticismo le encantaba.
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