Después de que Charlie y Freddie volvieran para dentro de la casa,
me
tendí en la hierba suave del jardín y cerré los ojos. La puesta
del sol
acaricio mi rostro y me dije a mi misma que tenía que absorber
vitamina D
y trate de no pensar enel cáncer o en el envejecimiento de piel.
Mía se cuidaba muy bien contra el envejecimiento de la piel. Nunca
salía
de casa sin aplicarse protector solar factor 50 y labial con
protector. Mía
era quien decidía en que íbamos a gastar y lo que no nos
lastimaría.
Escogía los profesores a los que debíamos impresionar, pero
también
aquellos cuyas vidas debíamos hacer un infierno. Fue ella quien me
mando, que abandonara el coro en el último semestre, porque ¨era
mal
visto¨. No fue fácil, porque a mí me gustaba cantar, pero estaba feliz
de
estar de acuerdo con ella. Cuando tú sabes, teníamos que concordar
con
alguien como Mía, teníamos que serle fieles.
Parar las antenas para saber lo que estaba mal o lo que estaba
bien,
siempre estaba ligado a ella. El hecho de haber sido conocida como
amiga
de Mía, me facilito la vida en la escuela.
Mía siempre pensaba que tenía derecho automático a todo, como
siempre
creía que una persona no era lo suficientemente buena. Esa era la
gran
diferencia entre nosotros. La mayor parte del tiempo era divertido
observar
a Mía correr todos los riesgos. Y yo era el tipo de persona que
trabajaba
¨tras bastidores¨.
—Cuando sea famosa, tú serás mi asistente.
Pero con Jasón, las cosas no salieron como lo había planeado.
Cuanto más
trataba de impresionarlo, la situación era peor. Ella vivía
pidiendo a Jasón
que le enseñara modismos jamaiquinos, hasta que un día le dijo:
— ¿Porque me estas preguntando eso? ¡Mi madre es nigeriana y mi papa
es de Londres!
Luego vino la fiesta de fin de semestre. Caí en éxtasis cuando
Jasón me
llevo al baile y me beso. Luego me llevo a casa y dijo:
—Nos vemos.
¿Dónde estará ahora?
Entrenando futbol o siendo perseguido por chicas. Yo al menos
nunca,
corrí tras él. Quien me invito al baile fue el. Fui yo, a la que
le dio un beso
al final de la fiesta. Si hubiera sabido como seria de complicado
esa noche,
nunca habría ido a la fiesta.
Tantas consecuencias…
Mi rostro ardía y yo no sabía si era por el sol o por causa de
aquellos
recuerdos.
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