43. Creémonos un poco de diversión
Después del almuerzo
vamos hacia
una tienda de recuerdos.
Conchas de todas las
Formas y tamaños.
Erizos,
completos y perfectos,
no rotos,
como siempre los encuentro.
Caramelos en un
caleidoscopio
de colores.
Nick toma un par de
baldes y palas de plástico.
Voy por una bolsa de
caramelos surtidos.
Una ola de vértigo
me baña
porque jugaremos en la playa
sin ningún otro pensamiento que:
divertirnos
Comienzo a darle dinero,
pero toma los caramelos
y aleja los billetes.
—Yo me encargo.
—Pero…
—No. Por favor.
—Sonríe—.
Déjame hacer esto, ¿sí?
Es bueno para mi ego.
divertirnos
Antes de que pueda discutirlo,
Mi teléfono suena.
divertirnos
Es Selena.
He ignorado
todos sus mensajes.
Probablemente está preocupada,
por lo que me alejo.
—Hola.
—Miley, ¿por qué no estás en la casa?
¿En dónde estás?
—Newport.
—¿Qué? ¿Por qué?
¿Volverás pronto?
—No. No hasta mañana.
—¿Mañana?
Pero Miley, tú…
—Mira, no puedo hacer esto ahora, ¿está bien?
Debo irme. Estoy bien. Mejor que bien.
Te veré mañana.
—¿Todo bien? —pregunta Nick.
Tomo una toalla de sus manos.
—Nada que un castillo de arena no pueda curar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario