67. Espera
El faro está abierto
para que nosotros exploremos,
así que vamos adentro.
En las estrechas
escaleras de caracol,
subimos
más y más alto.
Estamos solos,
y yo pienso en Muriel
¿Está escondida?
¿Mirándonos?
De vez en cuando paro
para mirar abajo.
Tomo una foto
tratando de capturar
el modo en que las escaleras
parecen moverse
en forma circular
a través del aire.
Encima de nosotros,
en la cima,
está la cúpula de vidrio,
y la luz
que brilla
hacia el mar.
—Dang —digo—.
No hay fantasma.
Me doy vuelta para tomar otra foto,
y cuando menos me lo espero,
Nick me agarra y dice:
—¡Boo!
Pierdo el equilibrio
y tengo que agarrarme de él
para no caer.
—Te tengo —dice él.
Y en ese momento,
incluso si estamos
perdidos en el mar,
Todo mi cuerpo hormiguea.
se siente como si tal vez,
sólo tal vez,
seremos capaces
de encontrar nuestro camino.
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